En un reportaje publicado por la Agencia FAPESP se detalla que el trabajo coordinado por la investigadora Catherine Scott, de la Universidad de Leeds, basó el estudio en años de análisis y levantamiento sobre el funcionamiento de los bosques tropicales y templados, los gases emitidos por la vegetación y sus impactos en la regulación del clima. La recolección de informaciones sobre bosques tropicales fue coordinada por Artaxo, en el marco de dos Proyectos Temáticos apoyados por la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de Sao Paulo. Datos sobre bosques templados se obtuvieron en Suecia, Finlandia y Rusia, bajo la coordinación de Erick Swietlicki, de la Universidad de Lund en Suecia.
Entendiendo, cómo la selva tropical controla la temperatura. Al poder regular el modelo para reproducir las condiciones actuales de la atmósfera terrestre y el aumento de la temperatura del planeta ocurrido desde 1850, hicimos una simulación en la que se mantuvo el mismo escenario, en el que todos los bosques eran eliminados. El resultado fue de 0,8 ° C en la temperatura media. Es decir que hoy el planeta estaría en promedio casi 1 ° C más caliente si no hubiera más bosques, comentó Artaxo. Los estudios revelan que la diferencia observada en las simulaciones se debe a las emisiones BVOC (compuestos orgánicos volátiles biogénicos) emitidos por los bosques tropicales.
Al ser oxidados los compuestos dan origen a partículas de aerosol que enfrían el clima reflejando parte de la radiación solar de vuelta al espacio. Una vez que el bosque es derribado, deja de emitir estos compuestos volátiles y este enfriamiento desaparece, llevándonos a un calentamiento global.
Según el profesor Artaxo, los bosques templados producen compuestos orgánicos volátiles diferentes y con menor capacidad de dar origen a esas partículas enfriadoras. En el articulo se destaca que actualmente la vegetación cubre un tercio del área continental del planeta, las grandes zonas forestales en Europa, Asia, África y América ya han sido derribadas.
No se toca en el informe el impacto directo e inmediato de las quemas, como la emisión del carbono negro (considerada un factor importante en el calentamiento global debido a la alta capacidad de esa partícula de absorber la radiación solar). Su duración es de unas cuantas semanas. Según el profesor del IFUSP, la deforestación altera en definitiva la cantidad de aerosoles y de ozono en la atmósfera del planeta, lo que cambia todo el balance radiactivo de la atmósfera. A partir de este estudio, aumentó la importancia relativa de mantener el bosque en pie. No solo es urgente detener la destrucción, sino también pensar en políticas de reforestación a gran escala, principalmente en regiones tropicales. De lo contrario, poco será el avance para reducir las emisiones de gases invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles, dijo Artaxo.
Fuente. Agencia de Noticias FAPESP
Desde Costa Rica
Jorge Muñoz Somarribas
Coordinador
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