La
Revolución de Mayo y su espíritu habían ganado el alma de los habitantes de las
Provincias Unidas del Río de La plata. Las expresiones populares, así lo
manifestaban. El 25 de mayo de 1810, había sido un día de gloria, donde el
primer gobierno patrio, hacía vislumbrar un quiebre de la autoridad española,
aún cuando la Junta había jurado fidelidad al rey cautivo Fernando VII. A dos
años de ese acontecimiento, el 24 de mayo de 1812, en Buenos Aires la Casa de
la Comedia presentaba una obra de teatro llamada “25 de Mayo”, cuyo autor era
Luis Ambrosio Morante. Esa pieza teatral terminaba con un himno que fue el que
inspiró a uno de los espectadores, Vicente López y Planes, quien sería el autor
del himno oficial. El 22 de
julio de 1812, el Triunvirato, envió al Cabildo un oficio, para que se
encargara de designar a quienes compondrían “la marcha de la patria”.
Recordemos que en ese tiempo se vivía una guerra plena y sangrienta contra España, en un proceso independentista que había comenzado con la revolución de mayo de 1810, y culminaría con la declaración de la independencia del 9 de julio de 1816. Esa marcha según el oficio, debía ser escuchada de pie y descubiertos, por los presentes en las funciones teatrales, en cuyo inicio se ejecutaría, y por los niños, al finalizar su jornada de clases diaria. Ya esa canción era conocida, pues Vicente López y Planes, inspirado en el himno de Morgante la había escrito. Otra propuesta de canción patria fue presentada por el regidor Manuel García, con fecha 4 de agosto de 1812.
Recordemos que en ese tiempo se vivía una guerra plena y sangrienta contra España, en un proceso independentista que había comenzado con la revolución de mayo de 1810, y culminaría con la declaración de la independencia del 9 de julio de 1816. Esa marcha según el oficio, debía ser escuchada de pie y descubiertos, por los presentes en las funciones teatrales, en cuyo inicio se ejecutaría, y por los niños, al finalizar su jornada de clases diaria. Ya esa canción era conocida, pues Vicente López y Planes, inspirado en el himno de Morgante la había escrito. Otra propuesta de canción patria fue presentada por el regidor Manuel García, con fecha 4 de agosto de 1812.
La música era también
de Blas Parera y la letra de Fray Cayetano Rodríguez. Sin embargo en el cotejo
agradó más la letra de Vicente López y Planes. Se cuenta que un coro de niños,
a los que acompañaba una orquesta, ya había entonado la canción de Vicente
López, ante los vocales del Segundo Triunvirato, el 1 de noviembre de 1812.
Otras versiones opinan que fue la sala de la dama patricia, Mariquita Sánchez
de Thompson la que fue testigo del estreno de la letra patria. Fue la
Asamblea de 1813, la que se encargó de llevar a cabo la obra, el 6 de marzo de
1813, adoptando la compuesta en 1812, por el abogado y diputado de la Asamblea,
Vicente López y Planes, a cargo de la letra, y por Blas Parera, músico y
empresario de teatro de origen catalán (1777-1840) de la música. Ambos habían
luchado en las invasiones inglesas. Aprobada el 11 de mayo de ese mismo año,
como “Canción única de las Provincias Unidas”, la versión original recibió el
nombre de Marcha Patriótica.
Es discutida
la forma en que participó Blas Patera en la composición musical, por la recibió
la suma de doscientos pesos, ya que algunos dicen que la habría escrito
obligado por el gobierno, ya que la consideraba una ofensa para España.
Recordemos que él era catalán y no adoptó la ciudadanía de la nueva nación, aún
cuando se había impuesto la obligación a los españoles residentes en el país de
adquirir carta de ciudadanía. Él prefirió partir en 1817 rumbo a Brasil y desde
allí a España. El 28 de mayo de 1813 se estrenó oficialmente la Marcha
Patriótica durante una función de contenido nacional. Más tarde adoptó la
denominación de Canción Patriótica Nacional y luego la de Canción Patriótica.
El nombre de Himno Nacional Argentino, comenzó a usarse en una copia de 1847, y
es como se lo conoce actualmente. La
propia Asamblea, debió realizar modificaciones en la osada letra de la canción
patria, para adaptarla a los requerimientos internacionales, que no estaban de
acuerdo con las ideas de libertad. Así esa “nueva nación que se levantaba a la
faz de la tierra”, tuvo que esperar un momento más propicio para ser gritada al
mundo, ya que la estrofa que la proclamaba fue suprimida.
Se adoptaron algunas
expresiones que aún hoy persisten como “ya su trono a la noble igualdad” con
referencia a las ideas monárquicas predominantes en la época. En los
ardientes y belicosos días de la lucha secesionista, no podía esperarse menos
de la canción que identificaba a la patria naciente, que una alusión despectiva
hacia la Metrópoli española. Pero el tiempo pasó y consolidada la
independencia, el largo y agraviante canto, era difícil de memorizar y
eternizaba la pasión de una lucha que ya había concluido, siendo necesario que
la nueva nación se alzara a la faz de la tierra, ya sin rencores. Así lo
comprendió el presidente Julio Argentino Roca, quien por un decreto, dispuso
rescatar del Himno nacional aquellas estrofas que no fueran agraviantes, para
adaptar al himno nacional a los tiempos de paz, a la convivencia armónica, y
sin ofensas inútiles, aunque sin producir alteraciones en su texto original, y
tan solo suprimiendo estrofas.
Así, por
su artículo primero, ordenaba que en las fiestas públicas, en las oficiales, y
en los colegios públicos se entonaran la primera y la última estrofa y el coro,
aceptando la versión musical que en 1860 presentara Juan P. Esnaola, más
pausada y majestuosa. Las referencias a un león rendido a las plantas de una
nación coronada de laureles, los gritos de venganza, de guerra y de furor hacia
los españoles, calificados de fieros y envidiosos tiranos, opresores de la
patria, viles invasores, crueles y sanguinarios tigres sedientos de sangre,
fueron algunas de las partes suprimidas. El 11 de mayo se conmemora anualmente
el día del Himno nacional argentino, día que como se dijo la Asamblea del año
XIII lo sancionó como Marcha Patriótica.