ALBINO LUCIANI, Papa de la Iglesia católica cuyo pontificado fue uno de los más breves de la historia a causa de su inesperado fallecimiento, acaecido el 28 de septiembre de 1978, apenas un mes después de su elección. Hijo de un fabricante de vidrio, quedó huérfano de madre a los diez años de edad; el padre, Giovanni Luciani, contrajo segundas nupcias con una mujer muy devota que sería determinante en la vocación religiosa del niño. Formado en el Seminario Menor de Feltre y en el Seminario Gregoriano de Belluno, ALBINO LUCIANI fue ordenado sacerdote en 1935, pasando ese mismo año a Roma, en cuya Universidad Gregoriana estudió filosofía y se doctoró en teología.
Ejerció como profesor y director del Seminario de Belluno antes de ser nombrado obispo de Vittorio Veneto en 1959, y patriarca de Venecia diez años después. En 1973 obtuvo el cardenalato y entró en la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino. Afín a la corriente renovadora iniciada con el CONCILIO VATICANO II, ALBINO LUCIANI había participado en sus sesiones entre 1962 y 1965, aunque prefería las labores pastorales a las de la curia. De aquí que cuando, en 1978, fue designado sucesor del papa PABLO VI, eligió su nombre y el de JUAN XXIII, artífice del aggiornamento católico, como homenaje a sus predecesores y señal de continuidad de sus pontificados. JUAN PABLO I no pudo, sin embargo, llevar a cabo sus propósitos, pues murió repentinamente 34 días después de su elección. Le sucedió el cardenal polaco Karol Wojtyla, que adoptó el nombre de Juan Pablo II.