En el año 1990 comienzan las manifestaciones de la Santísima Virgen en la Provincia de Salta en la República Argentina, a MARÍA LIVIA GALLIANO DE OBEID, esposa y madre de tres hijos. Su vida fue muy simple, como ama de casa cumpliendo sus deberes y llevando una vida muy tranquila y feliz en su hogar. Ella nunca imaginó ver a la Virgen y nunca lo pidió. A principios del año 1990 comienza a tener las primeras manifestaciones sobrenaturales, siendo ella misma la primera sorprendida. Un día escucha una voz interior que le habla, esta voz es extraordinariamente hermosa y sobrenatural, e inmediatamente produce un cambio en su corazón. Estos coloquios se suceden a partir de allí con frecuencia. La voz que le habla se presenta como la “MADRE DE DIOS”. La señora al principio no comenta de esto a nadie, ella quiere guardar este secreto; no obstante esto, aunque lo disimula muy bien, hay un cambio muy elocuente en ella, porque siente un inmenso deseo de recogimiento y una gran felicidad en su alma.
Sin embargo, poco tiempo después, movida por un gran deseo de compartir esta dicha y felicidad, siente la necesidad de confiarle a su esposo y a su hija mayor, y lo comparte también con su pequeño entorno familiar, padres y hermanos; lo hace de manera espontánea y natural. En ese entonces MARÍA LIVIA reflexiona en su interior y piensa que esto no va a trascender más allá de la intimidad de su alma. Con este pensamiento ella abre cada vez más su corazón a la Virgen; y el diálogo entre ambas se va haciendo cada vez más íntimo. Estos primeros diálogos de amor, calidez y respeto de parte de esta extraordinaria visita son muy sorprendentes para LIVIA. La Virgen se manifiesta por primera vez, en la intimidad del hogar; y esto va a ser una experiencia transformante para ella, pues en función de esta aparición todo va a ser distinto en su sencilla vida.
En esta primera manifestación, LIVIA, siente una fuerza que la pone de rodillas, siente que su alma se eleva y obliga a que levante su cabeza, y en medio de una inmensa luz, aparece la imagen de una joven de alrededor de 14 años; con sus manos y brazos extendidos hacia abajo, desde donde salen purísimas luces que se extienden como rayos de cristal. Esta joven mujer es de una extraordinaria belleza. MARÍA LIVIA no duda que Ella es María. Esta manifestación permanece mirándola en silencio, tiene un rostro de niña y sus ojos de color azul mar son grandes y profundos, sus rasgos son muy marcados, de tal manera que quien la ve no podrá olvidarla jamás y su recuerdo quedará en el alma de tal manera que queda impreso. Lleva un vestido blanco purísimo, un manto azul profundo con destellos verdosos, cubre su cabeza con un velo blanco. Apoya sus pies descalzos sobre una pequeña nube que permanece a pocos centímetros del suelo, luego de un rato de contemplarse mutuamente, la joven le habla presentándose en persona. Después de esta experiencia MARÍA LIVIA por tres días no comió y apenas podía tragar su saliva. A partir de este suceso que el Señor le permite vivir, la vida ordinaria continúa, y ha de adecuarse a este nuevo estado tan sobrenatural. Es como volver a nacer. La Santísima Virgen continúa dialogando con ella todos los días intensamente con la intención de instruirla y prepararla para que se cumplan los designios que Dios tiene para ella.
La Virgen le confía varios secretos con pedidos expresos, algunos que se cumplirían inmediatamente, otros que debían cumplirse más adelante y que debían guardarse hasta el momento en que Ella lo manifestara. Durante 5 años guarda riguroso silencio. Se confía a su confesor, obedeciéndole en todo. En este período de silencio la obra crece en espíritu; es un período de preparación interior profundo. Un silencioso peregrinar sin interferencias humanas, guiada en el silencio por la Virgen y el Señor. En el año 1995, la Virgen le pide que se dirija al MONASTERIO SAN BERNARDO DE CARMELITAS DESCALZAS DE SALTA. Después de esto los mensajes son transmitidos en forma privada a los que los soliciten. Cumpliendo este deseo de la Virgen en que se den a conocer. A partir de allí la Comunidad de Carmelitas adopta espiritualmente a MARÍA LIVIA; desde entonces toda la Comunidad la sostiene con sus oraciones y amor hasta estos días. Con el correr de estos años la Virgen no tiene aún advocación. MARÍA LIVIA se lo pregunta en reiteradas oportunidades pero la Virgen siempre sonríe sin contestar, hasta el día 13 de septiembre de 1996, LIVIA tiene la siguiente visión:
“Hoy mientras estaba en oración vi a la Santísima Virgen que con gran esplendor y gloria bajaba del cielo con ángeles vestida de blanco, manto azul celeste y velo blanco. Con sus manos juntas en actitud de oración y una leve sonrisa en su hermosísimo rostro. Frente a la Santísima Virgen apareció una estrella que brillaba como el sol. La Virgen se arrodilló en profunda adoración, después solo vi en medio de la luz dorada la SANTA HOSTIA y el Corazón herido de Jesús y la voz de la Santísima Virgen que decía:
Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús.
Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús.
Bendito y adorado sea el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús
Después de esto la Madre dijo:
SOY LA INMACULADA MADRE DEL DIVINO CORAZON EUCARISTICO DE JESUS”
En síntesis estos son los temas centrales de los mensajes de la Virgen a MARIA LIVIA:
1.- Volver a amar el Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Adorar perpetuamente en reparación al Corazón Eucarístico vivo y presente entre nosotros en la Sagrada Eucaristía.
1.- Volver a amar el Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Adorar perpetuamente en reparación al Corazón Eucarístico vivo y presente entre nosotros en la Sagrada Eucaristía.
2.- La Evangelización y Consagración del mundo entero al Corazón Eucarístico de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.
3.- La unión de Occidente y Oriente.
4.- La preparación para la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo. Que consiste en un mayor conocimiento del Amor de Dios.
5.- La esperanza, el camino que nos conduce a Dios. Vivir el Amor, vivir con el Amor de su Divino Corazón, vivir un tiempo de eternidad.