PROGRAMA Nº 1198 | 20.11.2024

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EL PUENTE DE BERINGIA

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El puente de Beringia, a veces denominado simplemente Beringia, fue un puente de tierra o amplio territorio que abarcaba el extremo oriental de Siberia (Asia), el oeste de Alaska (América) y la mayor parte del actual mar de Bering, el cual se formó en dos períodos durante la última glaciación, glaciación de Würm o Wisconsin, debido al descenso del nivel de los océanos. La mayor parte del puente estaba donde actualmente se encuentra el estrecho de Bering.

Su primera formación sucedió aproximadamente 40.000 años AP manteniéndose unos 4.000 años. Su segunda formación se produjo aproximadamente 25.000 años AP permaneciendo hasta aproximadamente 11.000-10.500 AP. El puente de Beringia resultó fundamental para la migración de plantas y animales entre ambos continentes. Existe un consenso generalizado que a través del mismo pasaron grupos de seres humanos al actual territorio americano.

En rigor, el puente de Beringia no se identifica exactamente con el término Beringia. Beringia es la región, todavía existente, y el puente de Bering es la forma que esa región adoptó entre el año 40.000 AP y el año 11.000 AP. Beringia es una región asiático-americana ubicada dentro del círculo polar ártico, integrada por Alaska, el extremo este de Siberia, el estrecho de Bering y los mares de Bering, y Chukchi. Dentro de Beringia se incluyen las islas Aleutianas y la península de Kamchatka. La región tiene significancia histórica para América debido a que allí se formó en el pasado el puente de Beringia, por el que migraron plantas y animales en ambas direcciones, y probablemente seres humanos.

Aunque el puente de Beringia haya dejado de existir hace 10.500 años, Beringia como unidad territorial, natural y cultural sigue existiendo hasta el presente. Hoy en día Beringia es una región poblada por antiguas culturas del noroeste de Alaska y el lejano este ruso que, aún separado por las aguas y perteneciendo a diferentes continentes, tienen un lenguaje y tradiciones en común y dependen del mismo entorno ambiental.

Existen sólidas evidencias de que el nivel de los océanos ascendió y descendió varias veces en el pasado. Durante la última glaciación la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel de los océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos del planeta se crearan conexiones terrestres, como por ejemplo las que existían en Australia con Nueva Guinea y Tasmania; en algunas islas del archipiélago de las Filipinas con algunas de Indonesia; entre Japón y la península de Corea; o entre las islas de Fuerteventura y Lanzarote, en el archipiélago español de Canarias.

Uno de esos lugares fue Beringia. Debido a que el estrecho de Bering, que separa Asia de América, tiene una profundidad de entre 30 y 50 metros, el descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio territorio que alcanzó 1.500 kilómetros de ancho uniendo las tierras de Siberia y Alaska, hace aproximadamente 40.000 años a.C.

Se encuentra probado que por ese "puente" cruzaron en ambas direcciones plantas y animales. Por esa razón la clásica teoría del poblamiento tardío sostuvo que ese fue el modo en que el ser humano ingresó a América. Sin embargo esta teoría ha sido puesta en cuestión por la teoría del poblamiento temprano, a veces denominada fuera de Bering (out of Bering), al menos como ruta de la primera migración humana. Por otra parte si bien se han realizado gran cantidad de hallazgos fósiles sobre plantas y animales en la zona, no se han realizado hallazgos de restos de seres humanos de antigüedad suficiente como para confirmar la teoría.

Los científicos afirman que el puente de Beringia estuvo en condiciones de ser transitado por hombres y animales durante dos breves período geológicos que duraron unos 4.000 años el primero y unos 15.000 años el último. Los animales terrestres estuvieron en condiciones de migrar en ambas direcciones. Desde Asia cruzaron algunos mamíferos como el león y la chita que evolucionaron hacia especies norteamericanas endémicas ya extintas. Desde Norteamérica migraron camélidos que luego se extinguieron allí.

Los restos fósiles muestran que los abetos, abedules y álamos crecieron más al norte de sus límites modernos, indicando que existieron períodos en los que el clima fue más cálido y húmedo. Los mastodontes, que dependían del abeto para su alimentación, eran raros en la tundra seca que caracterizaba al puente de Beringia en los períodos fríos cuando, por el contrario se multiplicaba el mamut.

Durante 19.000 años existió la posibilidad de que las tribus primitivas del Asia pudieran cruzar el puente de Beringia. El primero en componer un posible modelo migratorio de asiáticos hacia América a través de Beringia fue Caleb Vance Haynes en un artículo publicado en la revista Science en 1964. El dato más importante para establecer una teoría migratoria durante la última glaciación es el hecho de que Canadá estaba completamente cubierta de hielo durante la última glaciación, invadida por dos gigantescas placas: la placa de hielo laurentina y la placa de hielo de la cordillera. Esto hacía imposible la entrada al continente más allá de Beringia.

Se desarrolló entonces una teoría: poco antes de finalizar la última glaciación y que el puente de Beringia se inundara, comenzaron a derretirse los bordes en contacto de las dos grandes placas de hielo que cubrían Canadá, abriendo un corredor de unos 25 km de ancho, que seguía, primero el valle del río Yukón y luego el borde este de las Montañas Rocosas por el corredor del río Mackenzie. Los científicos que sostienen la teoría estiman que esto ocurrió hacen 14.000 años AP, aunque otros cuestionan la fecha y afirman que no pudo haber sucedido hasta 11.000 años AP. 

Esta teoría se articuló con los descubrimientos de la cultura Clovis que databan del año 13.500 AP para concluir que había sido integrada por los primeros migrantes que ingresaron por el puente de Beringia, de la que a su vez habrían descendido todas las demás culturas indoamericanas.

Así, se ha fortalecido la posibilidad de que los pobladores de América provenientes de Beringia utilizaran una ruta alternativa hacia el sur bordeando la costa. Debido al descenso del nivel del océano esa posible ruta se encontraba al oeste de la actual costa norteamericana y en el presente está cubierta por las aguas del océano Pacífico, complicando los estudios arqueológicos. En un reciente estudio submarino se encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de 10.000 años AP a una profundidad de 53 metros.

Algunas muy antiguas dataciones de presencia humana en América como las de monte Verde (Chile) fechadas en 33.000 AP, y Topper (EE. UU.), que se remonta a 50.000 años atrás, son incluso anteriores a la formación del puente de Beringia y, de confirmarse, estarían sugiriendo rutas radicalmente distintas, incluso de un poblamiento diferente para Sudamérica.

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