Völuspá (La
Profecía de la Vidente) es el nombre del primer y el más conocido poema de la
Edda poética. Cuenta la historia de la creación del mundo y su inminente final,
narrada por una völva o vidente y dirigida a Odín. Es una de las principales fuentes
primarias para el estudio de la mitología nórdica. La profecía comienza con una
invocación a Odín, tras lo cual la vidente comienza a relatar la historia de la
creación del mundo de forma resumida. La vidente explica cómo pudo conseguir su
conocimiento, conociendo así la fuente de la omnisciencia de Odín, y otros
secretos de los dioses de Asgard. Menciona los acontecimientos presentes y
futuros, aludiendo a muchos de los mitos nórdicos, como la muerte de Baldr y el
encadenamiento de Loki. Por último, la vidente habla del fin del mundo, el
Ragnarök, y su segunda venida.
El poema
Völuspá se conserva íntegro en dos textos islandeses, el manuscrito denominado
Codex Regius, de alrededor de 1270, y que consiste en 63 estrofas de versos
aliterados (fornyrðislag). También se encuentra en los manuscritos del
Hauksbók, códice de Haukr Erlendsson de 1334, mientras que partes del poema se
citan también en la Edda prosaica de Snorri Sturluson, compuesta hacia el año
1220, con añadidos hasta finales del siglo XIII. Las ediciones y traducciones
posteriores se han basado en estas fuentes, refundiendo y complementando el
material que aportan. El poema
comienza con la vidente pidiendo silencio a los "hijos de Heimdal"
(los seres humanos), y preguntando a Odín si desea que ella le recite el
antiguo saber. También menciona que recuerda a los gigantes nacidos en tiempos
remotos, que fueron quienes la criaron. Comienza entonces a relatar el mito de
la creación: en el principio el mundo estaba vacío, hasta que los hijos de Bor
levantaron la tierra desde el fondo del mar.
Los Æsir
establecieron entonces el orden en el cosmos, ubicando en él al Sol, la Luna y
las estrellas, comenzando así el ciclo del día y la noche. Siguió así una edad
en la que los Æsir crearon y acumularon mucho oro, por lo que fue llamada la
Edad Dorada, en la cual construyeron con dicha templos palacios, y crearon
herramientas y artefactos. Pero entonces tres poderosos gigantes llegaron desde
Jötunheim, finalizando así la edad de oro. Los Æsir crearon entonces a los
enanos, de los que Mótsognir y Durin eran los más poderosos. En este punto
concluyen las diez primeras estrofas, mientras que las seis siguientes
contienen los nombres de los enanos. Esta parte, denominada a veces como
Dvergatal (catálogo de enanos), se considera un mero paréntesis en la
narración, y suele ser omitida por los redactores y los traductores. Tras el
Dvergatal se narra la creación del primer hombre y la primera mujer, Ask y
Embla, así como una descripción de Yggdrasil, el árbol-mundo. La vidente narra
después como Gullveig originó la primera guerra, y lo que sucedió en la lucha
entre Æsir y Vanir.
En ese punto la
vidente revela a Odín que conoce algunos de sus propios secretos, de cómo
sacrificó uno de sus ojos en pos del conocimiento, obteniendo la cabeza
profética de Mimer. La vidente suele preguntar constantemente a Odín si desea
seguir escuchando su narración, y entonces ella le cuenta cómo los problemas
pronto acaecerán: la muerte de Baldr, el mejor y más bello de los dioses; la
enemistad de Loki; la destrucción final de los dioses, donde fuego e
inundaciones abruman el cielo y la tierra, mientras que los dioses libran la
batalla final contra sus enemigos, aludiendo este vaticinio al Ragnarök, el
"destino de los dioses". Describe los hechizos de la batalla, las
luchas personales de los dioses, y el trágico final de muchos de ellos, entre
los que se cuenta el propio Odín. Finalmente, un nuevo mundo renacido se creará
desde las cenizas de la muerte y la destrucción, donde Baldr volverá a vivir en
un mundo nuevo donde la tierra florecerá en abundancia.