Enoc, un personaje bíblico preludio al diluvio, apenas es mencionado en las Escrituras, principalmente en el Génesis y en su propio libro. Descendiente de Set y el primer vástago de Adán, bisabuelo de Noé, su vida abarcó 365 años, caracterizada por la singularidad de ser llevado por Dios sin experimentar la muerte.
La intriga surge al relacionarlo con los 200 ángeles caídos, encerrados en algún rincón de la tierra. El origen de esta conexión se halla en un libro apócrifo, descubierto en 1947 por un pastor árabe en las cavernas de Qumrán. Este documento, resguardado en una vasija antigua, revelaba rollos de pergamino que detallaban lo escrito por Enoc y otros evangelios excluidos de la Biblia.
El capítulo 6 relata el descenso de 200 de estos seres celestiales al monte Hermon, situado en la frontera entre Israel, Líbano y Siria. Este pacto maldito implicaba la unión con mujeres humanas, desencadenando una progenie de gigantes, los Nefilim, quienes, dotados de fuerza y violencia, amenazaban con corromper la creación divina.
En el capítulo 10, Enoc detalla cómo Dios, al observar la corrupción resultante de estos y sus descendientes, decide desatar un diluvio universal para purificar la tierra. El libro subraya que los rebeldes fueron detenidos en un lugar inaccesible, revelado a Enoc por el ángel Uriel en el capítulo 18. Este sitio, desértico y aterrador en los confines de la tierra, con siete montañas de piedras preciosas, coincide con descripciones que parecen apuntar a la Antártida, ya que se ajusta perfectamente, siendo inhóspita para los humanos.
En el capítulo 18, Enoc narra su viaje al sur de la tierra con Uriel, donde presencia la prisión de los ángeles caídos. Este lugar, que ardía constantemente, carecía de agua y pájaros, asemejándose notoriamente a la Antártida. Enoc, previo al cataclismo que alteró el eje terrestre, describe siete montañas adyacentes al monte Vinson, el pico más alto del continente antártico, coincidiendo con la ubicación de los prisioneros.
El capítulo 18 también enfatiza que este será el lugar de encarcelamiento hasta el juicio final de los 200 ángeles. Contrariamente a la suerte de los Nefilim, eliminados por ser una abominable raza híbrida, algunas menciones postdiluvianas de gigantes, como Goliat, Anac y Og, plantean la posibilidad de que no todos fueran exterminados por el diluvio.
En 2006, un mapeo chino identificó una anomalía electromagnética a 151 millas bajo el hielo antártico, conocida como la tierra de Wilkes. Esta revelación ha suscitado el interés de científicos, quienes consideran que las escrituras de Enoc pueden ser verídicas, y que los 200 ángeles caídos podrían estar recluidos allí.
Recopilación
El PELADO Investiga
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