En 1846 la Virgen María se manifestó a dos niños en la SALETTE, Francia. Dos mensajes secretos
entregó ese día, uno a cada niño. El de MAXIMINO
nunca fue revelado públicamente por el Vaticano. A continuación esta es la
versión escrita por MELANIE en 1879 rememorando
el mensaje de 1846. Algunos dicen que en esa época, la niña estaba dolida por
el tratamiento que había recibido de la Iglesia. María le dijo: “Esto que yo te voy a decir no será siempre
secreto, puedes publicarlo en 1858”. Un extracto del mismo fue publicado en
1879 por MELANIE, con imprimatur del
Obispo. En el año 1999, en forma inesperada, el sacerdote francés MICHEL CORTEVILLE encontró en los
archivos del Vaticano una caja con los documentos oficiales de las manifestaciones
de NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE,
fechado en septiembre de 1846, perdidos hacía mucho tiempo. Fue así que pudo
defender con éxito la tesis sobre dicho tema en la célebre FACULTAD DE TEOLOGÍA ANGELICUM, de la Orden Dominica en Roma, y
posteriormente escribir un libro en colaboración con el P. RENÉ LAURENTIN.
El descubrimiento despertó un gran interés en el mundo cristiano dado
que, aunque aprobado por el Papa Beato PÍO
IX, el mensaje de LA SALETTE había
provocado en su momento una reacción violenta por parte de los enemigos de la
Iglesia y también en medios católicos liberales, al punto que se difundieron
falsos mensajes. La confusión generada motivó que en 1915 la Santa Sede
prohibiera la publicación de toda versión del mensaje, aunque de ninguna manera
desalentaba la devoción a NUESTRA SEÑORA
DE LA SALETTE.
1. “Melanie,
lo que voy a decirte ahora no permanecerá siempre en secreto. Podrás publicarlo
en 1858.
2.
Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por su mala vida, por sus
irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por amor del
dinero, por amor del honor y de los placeres, los sacerdotes se han
transformado en cloacas de impureza.
Sí,
los sacerdotes reclaman venganza, y la venganza está suspendida sobre sus
cabezas. ¡Desdicha de los sacerdotes y las personas consagradas a Dios que por
sus infidelidades y su mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo!
Los
pecados de las personas consagradas a Dios claman al cielo, y llaman la
venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no hay más nadie
para implorar misericordia y perdón para el pueblo.
No
hay más almas generosas, no hay más persona digna de ofrecer la Víctima sin
mancha al Eterno en favor del mundo.
3.
Dios va a golpear de una manera sin ejemplo.
4.
¡Desdichados los habitantes de la tierra! Dios va a agotar su cólera, y nadie
podrá sustraerse a tantos males reunidos.
5.
Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la
penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias.
Se
han convertido en esas estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su
cola para hacerlos perecer.
Dios
permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los que reinan, en
todas las sociedades y en todas las familias; se sufrirán penas físicas y
morales.
Dios
abandonará los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante
más de treinta y cinco años.
6. La
sociedad está en la víspera de las plagas más terribles y de los más grandes
acontecimientos; hay que esperar ser gobernado por una vara de hierro y beber
el cáliz de la cólera de Dios.
7.
Que el Vicario de mi Hijo, el Soberano Pontífice Pío IX, no salga más de Roma
después del año 1859.
Pero
que sea firme y generoso, que combata con las armas de la fe y del amor; yo
estaré con él.
8.
Que desconfíe de Napoleón; su corazón es doble y cuando querrá ser a la vez
Papa y emperador, enseguida Dios se retirará de él.
Él es
esa águila que, queriendo siempre elevarse, caerá sobre la espada con que deseaba
servirse para obligar a los pueblos a elevarle.
9.
Italia será castigada por su ambición al querer sacudirse el yugo del Señor de
los Señores; también ella será entregada a la guerra, la sangre correrá por
todas partes.
Las
iglesias serán cerradas o profanadas; los sacerdotes, los religiosos serán
expulsados; se los hará morir y morir de una muerte cruel.
Muchos
abandonarán la Fe y será grande el número de los sacerdotes y religiosos que se
apartarán de la verdadera religión; entre estas personas habrá incluso Obispos.
10.
Que el Papa se cuide de los hacedores de milagros pues ha llegado el tiempo en
que los prodigios más asombrosos tendrán lugar sobre la tierra y en los aires.
11.
En el año 1864, Lucifer con un gran número de demonios serán soltados del
infierno: abolirán la fe poco a poco, incluso en las personas consagradas a
Dios.
Los
cegarán de tal manera, que, a menos de una gracia particular, estas personas
tomarán el espíritu de esos ángeles malos.
Muchas
casas religiosas perderán enteramente la fe y perderán muchas almas.
12.
Los malos libros abundarán sobre la tierra y los espíritus de las tinieblas
extenderán en todas partes un relajamiento universal para todo lo que concierne
al servicio de Dios.
Tendrán
un gran poder sobre la naturaleza; habrá iglesias para servir a estos
espíritus.
De un
lado a otro serán transportadas personas por estos malos espíritus e incluso
sacerdotes, pues ellos no se habrán conducido según el buen espíritu del
Evangelio, que es espíritu de humildad, de caridad y de celo por la gloria de
Dios.
Se
resucitará a muertos y a justos [es decir que esos muertos tomarán la figura de
almas justas que han vivido sobre la tierra, con el fin de seducir mejor a los
hombres; éstos que se dicen muertos resucitados, que no serán sino el demonio
bajo sus figuras, predicarán otro Evangelio contrario al del verdadero
Cristo-Jesús, negando la existencia del cielo o aún las almas de los
condenados. Todas estas almas parecerán unidas a sus cuerpos] (nota de
Melanie).
Habrá
en todas partes prodigios extraordinarios puesto que la verdadera fe se ha
extinguido y la falsa luz ilumina al mundo. Desdichados los Príncipes de la
Iglesia que sólo se hayan ocupado en acumular riquezas sobre riquezas, en
salvaguardar su autoridad y en dominar con orgullo.
13.
El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, pues, por un tiempo, la Iglesia
será librada a grandes persecuciones.
Esto
será el tiempo de las tinieblas; la Iglesia tendrá una crisis terrible.
14.
Olvidada la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser
superior a sus semejantes. Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos,
todo orden y toda justicia serán pisoteados; sólo se verán homicidios, odio,
celos, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.
15.
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su
sacrificio.
16.
Los malvados atentarán muchas veces contra su vida sin poder dañarle; pero ni
él ni su sucesor… verán el triunfo de la Iglesia de Dios.
17.
Los gobiernos civiles tendrán todos un mismo designio, que será abolir y hacer
desaparecer todo principio religioso para hacer lugar al materialismo, al
ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.
18.
En el año 1865 se verá la abominación en los lugares santos; en los conventos,
las flores de la Iglesia se pudrirán y el demonio se hará como rey de los
corazones.
Que
los que están a la cabeza de las comunidades religiosas tengan cuidado con las
personas que deben recibir, pues el demonio hará uso de toda su malicia para
introducir en las órdenes religiosas personas entregadas al pecado, ya que los
desórdenes y el amor de los placeres carnales serán extendidos por toda la
tierra.
19.
Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá en
las calles, el francés combatirá con el francés, el italiano con el italiano;
luego habrá una guerra general que será espantosa.
Por
un tiempo Dios no se acordará de Francia ni de Italia, puesto que el Evangelio
de Jesucristo no se conoce ya más. Los malvados desplegarán toda su malicia; se
matará, se masacrará mutuamente hasta en las casas.
20.
Al primer golpe del rayo de su espada las montañas y la tierra entera temblarán
de pavor puesto que los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la
bóveda de los cielos.
París
será quemada y Marsella será engullida por el mar, muchas grandes ciudades
serán sacudidas y engullidas por terremotos: se creerá que todo está perdido.
Sólo
se verán homicidios, sólo se oirán estrépito de armas y blasfemias.
Los
justos sufrirán mucho; sus oraciones, sus penitencias y sus lágrimas subirán
hasta el Cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia, y pedirá
mi ayuda y mi intercesión.
Entonces
Jesucristo, por un acto de su justicia y de su misericordia, ordenará a sus ángeles
que todos sus enemigos sean ejecutados.
De
pronto, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres
entregados al pecado perecerán, y la tierra será como un desierto. Entonces se
hará la paz, la reconciliación de Dios con los hombres.
Jesucristo
será servido, adorado y glorificado; en todas partes florecerá la caridad. Los
nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia que será fuerte,
humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo.
El
Evangelio será predicado en todas partes, y los hombres harán grandes progresos
en la fe, porque habrá unidad entre los obreros de Jesucristo y los hombres
vivirán en el temor de Dios.
21.
Esta paz entre los hombres no será larga; veinticinco años de abundantes
cosechas les harán olvidar que los pecados de los hombres son causa de todas
las aflicciones que acontecen sobre la tierra.
22.
Un precursor del anticristo con sus ejércitos de varias naciones combatirá
contra el verdadero Cristo, el único Salvador del mundo; derramará mucha sangre
y querrá aniquilar el culto de Dios para hacerse tener como un Dios.
23.
La tierra será golpeada por toda clase de plagas (además de la peste y el
hambre, que serán generales).
Habrá
guerras hasta la última guerra, que será hecha por los diez reyes del
anticristo, que tendrán todos un mismo designio, y serán los únicos que
gobernarán el mundo.
Antes
que esto acontezca habrá una especie de falsa paz en el mundo; sólo se pensará
en divertirse.
Los
malvados se entregarán a toda clase de pecados, pero los hijos de la Santa
Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, crecerán en el amor de
Dios y en las virtudes que me son más queridas.
Dichosas
las almas humildes conducidas por el Espíritu Santo. Yo combatiré con ellas
hasta que lleguen a la plenitud del tiempo.
24.
La naturaleza reclama venganza para los hombres, y, esperando lo que debe
ocurrir a la tierra manchada de crímenes, se estremece de pavor.
25.
Tiembla, tierra, temblad vosotros, los que hacéis profesión de servir a Jesucristo
y que por dentro os adoráis a vosotros mismos.
Pues
Dios va a entregaros a su enemigo, puesto que los lugares santos se hallan en
la corrupción.
Muchos
conventos no son más las casas de Dios sino pasturas de Asmodeo y los suyos.
26.
Será durante este tiempo que nacerá el anticristo, de una religiosa hebrea, de
una falsa virgen que tendrá comunicación con la antigua serpiente, el señor de
la impureza; su padre será Ev.
Al
nacer vomitará blasfemias, tendrá dientes; será, en una palabra, el diablo encarnado;
lanzará gritos terribles, hará prodigios, sólo se alimentará de impurezas.
Tendrá
hermanos que, aunque no sean demonios encarnados como él, serán hijos del mal.
A los
doce años se señalarán por sus valientes victorias, pronto estará cada uno a la
cabeza de ejércitos asistidos por legiones del infierno.
27.
Las estaciones se alterarán, la tierra sólo producirá malos frutos, los astros
perderán sus movimientos regulares, la luna sólo reflejará una débil luz
rojiza.
El
agua y el fuego darán al orbe de la tierra movimientos convulsivos y horribles
terremotos que engullirán montañas, ciudades, etc.
28.
Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del anticristo.
29.
Los demonios del aire con el anticristo harán grandes prodigios sobre la tierra
y en los aires, y los hombres se pervertirán cada vez más.
Dios
cuidará de sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad; el
Evangelio será predicado en todas partes,
¡Todos
los pueblos y todas las naciones tendrán conocimiento de la verdad!
30.
Yo dirijo un apremiante llamado a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos
de Dios viviente y reinante en los cielos.
Llamo
a los verdaderos imitadores de Cristo hecho hombre, el único y verdadero
Salvador de los hombres.
Llamo
a mis hijos, mis verdaderos devotos, aquellos que se han entregado a mí para
que los conduzca a mi Hijo divino, aquellos que, por así decir, llevo en mis
brazos; aquellos que han vivido de mi espíritu.
Llamo
en fin a los apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo
que han vivido en desprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la
humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la
mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y
desconocidos del mundo.
Es
tiempo de que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis
hijos queridos, yo estoy con vosotros y en vosotros con tal vuestra fe sea la
luz que os ilumine en estos días de infortunio.
Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria y del honor de Jesucristo. Combatid, hijos de la luz, vosotros, los pocos que veis, pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.
Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria y del honor de Jesucristo. Combatid, hijos de la luz, vosotros, los pocos que veis, pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.