Los
Macabeos se rebelaron con éxito contra Antíoco IV Epífanes. Según el Talmud, el
templo fue purificado y las mechas de la menorá milagrosamente ardieron durante
ocho días, a pesar de que sólo había aceite suficiente para la iluminación de
sólo un día. El Janucá, es celebrada durante ocho días, y conmemora la derrota
de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los
macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén
de los iconos paganos, en el siglo II a.
C. La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo
encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una
exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la
principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma
progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de
los días más un brazo «piloto»).
Judea
era parte del reino ptolemaico de Egipto hasta el año 200 a . C., cuando el rey
Antíoco III el Grande
de Siria derrotó a Ptolomeo V Epifanes de Egipto en la Batalla de Panio. Judea
se convirtió entonces en parte del Imperio seléucida de Siria. El rey Antíoco
III el Grande ,
en un intento por conciliar con sus nuevos súbditos judíos, les garantizó el
derecho a «vivir de acuerdo a sus costumbres ancestrales» y continuar con
la práctica de su religión en el Templo de Jerusalén. Sin embargo, en el año 175 a . C., Antíoco IV
Epifanes, el hijo de Antíoco III, invadió Judea, aparentemente a pedido de los
hijos de Tobías.
Los
tobíades, quienes lideraron la facción helenista judía en Jerusalén, fueron
expulsados de Siria alrededor del 170
a . C., cuando el sumo sacerdote Onias y su facción
proegipcia les arrebataron el control. Los tobíades exiliados cabildearon con Antíoco
IV Epifanes y lo convencieron de recapturar Jerusalén. Según el testimonio del
historiador judío Flavio Josefo, el rey «acordó con ellos, y vino sobre los judíos
con un gran ejército, y tomó su ciudad por la fuerza, y asesinó a una gran
multitud de aquellos que favorecían a Ptolomeo, y envió a sus soldados a
saquear la ciudad sin piedad. También profanó el templo, y puso fin a la
práctica constante de ofrecer un sacrificio de expiación diariamente por tres
años y seis meses».
Cuando
el segundo templo de Jerusalén fue saqueado y los servicios interrumpidos, el
judaísmo fue efectivamente convertido en ilegal. En el año 167 a . C., Antíoco Epifanes
ordenó la construcción de un altar a Zeus en el Templo. También prohibió la
circuncisión y ordenó el sacrificio de cerdos en el altar del Templo. Las
acciones de Antíoco Epifanes probaron ser equivocadas, cuando fueron
desobedecidas masivamente y provocaron una revuelta de gran escala. Matatías,
un kohen (sacerdote judío) y sus cinco hijos —Yojanán, Simón, Eleazar, Jonatán
y Judas— lideraron la rebelión contra Antíoco. Judah fue conocido por el nombre
de Judah haMacabí ('Judah el Martillero'). En el año 166 a . C. Matatías fallece, y
Judah toma su lugar como líder de la rebelión. En el año 165 a . C. la rebelión contra
el monarca seléucida triunfa, y el templo es liberado y re dedicado.
La
festividad de la Janucá es
desde la época de la hegemonía helénica en Israel, comenzada
con la conquista de Alejandro el año 332 a . C.; según puede leerse en los libros de
I y II Macabeos, aunque no se hace mención a ella en el Tanaj hebreo. Cuando se
corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a . C.), éste decide
helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus
tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado
que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi'ín, comenzaron
a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en
contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran minoría contra
el ejército griego; sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al
milagro de Janucá: ganar pocos contra muchos.
Según
el Talmud, al terminar la guerra, los Macabeos regresan a Jerusalén y encuentran
el Santo Templo profanado, con la menorá (un candelabro de siete brazos)
apagada, y aceite ritualmente puro suficiente para encenderla un solo día.
Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, el poco que tenían
mantuvo encendida la menorá durante todo ese tiempo. En los libros I y II de Macabeos
se puede leer sobre la institución de la Janucá. El primero narra: «Durante
ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y
toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se
debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día
veinticinco del mes de kislev» (I Macabeos 4:56-59). De acuerdo con II
Macabeos (10:6-8), «lo celebraron con alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta
de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que
se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta».