El
Cruce de los Andes fue un conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de
los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) entre el 19
de enero y el 8 de febrero de 1817, para atravesar con una fuerza de 4.000
regulares y 1.200 milicianos la cordillera de los Andes desde la región
argentina de Cuyo hasta Chile, y enfrentar a las tropas realistas leales a la
Corona española que allí se encontraban. Formó parte del plan que el general
José de San Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de
Argentina, Chile y del Perú. Es considerado como uno de los grandes hechos
históricos de Argentina, así como también como una de las mayores hazañas de la
historia militar universal. Algunos autores lo toman como parte de un conjunto
de acciones que integran el llamado PLAN DE MAITLAND.
Tras
la Revolución de mayo de 1810, se inició la guerra de independencia argentina,
como parte de un conjunto de revoluciones contra la monarquía española a lo
largo de todo el continente sudamericano. Si bien dichos movimientos lograron
un éxito inicial, luego su avance sufrió un estancamiento, debido a la
resistencia y represión que llevaron a cabo los sectores americanos y
peninsulares leales a la corona española, que mantenían su centro de poder en
Perú. Para llevar a cabo su plan, San Martín llegó a Mendoza el 7 de septiembre
de 1814 con la idea de organizar un pequeño y disciplinado ejército en la
Provincia de Cuyo. A poco de llegado, entre el 1 y 2 de octubre de ese año, se
produjo en Chile la Batalla de Rancagua, en la cual las fuerzas patriotas
chilenas fueron derrotadas, y parte de sus restos cruzaron la cordillera en
dirección a Mendoza, quedando Chile nuevamente en manos realistas.
Ante
esta situación, San Martín recibió e incorporó a su incipiente ejército cuyano
—que ya contaba con alrededor de 1000 hombres—8 los restos de tropas chilenas
al mando de Andrés del Alcázar y Bernardo O'Higgins; la otra facción siguió a
José Miguel Carrera decidiendo no formar parte del nuevo ejército. Al mismo
tiempo San Martín incorporó a su ejército el Batallón de Auxiliares Argentinos
(también llamado Auxiliares de Chile), que había retornado de su misión en
Chile al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras por órdenes del gobierno
de las Provincias Unidas después de tomar conocimiento del Tratado de Lircay. San
Martín nombró al jurisconsulto chileno Dr. Hipólito de Villegas, quien fuera
desterrado por los hermanos Carrera, como apoderado del Ejército de los Andes
para percibir los fondos que recolectaban con el objeto de proveer el
sostenimiento de las tropas.
Intentó
poner rápidamente a su ejército en condiciones de combatir, ante el temor de
que los realistas cruzaran la cordillera y atacaran Mendoza, debido a la
aparición de destacamentos realistas en el Portillo, Las Flechas y Ladera de
las Vacas en el paso de Uspallata. Pese a esos movimientos, este temor nunca se
hizo realidad debido a que el líder de las fuerzas españolas en Chile, Casimiro
Marcó del Pont, consideró el cruce por parte de un ejército como impracticable.
Así fue que San Martín se abocó durante los años 1815 y 1816 a formar el
Ejército de los Andes, y a prepararlo para el cruce de la cordillera de los
Andes y el ataque a los realistas de Chile. El 9 de julio de 1816 las
Provincias Unidas declaran su independencia y con Juan Martín de Pueyrredón
elegido Director Supremo el general San Martín recibió el apoyo pleno del
gobierno central para mejorar y consolidar el ejército.
La
ciudad de Mendoza se transformó en un gran cuartel y fábrica militar, y casi
todos los pobladores cuyanos participaron en la elaboración de pólvora y
municiones, aprendieron a fundir cañones, tejer tela y coser ropa. Se montó una
fundición de armas a cargo del religioso franciscano fray Luis Beltrán, un
cuerpo de maestranza a cargo de Antonio Álvarez Condarco y servicios sanitarios
a cargo del médico Diego Paroissien. A mediados de 1816, San Martín se instaló
en el campamento de El Plumerillo, ubicado en las adyacencias de la ciudad de
Mendoza, donde constituyó su Estado Mayor. La actividad de San Martín incluyó
un complejo plan para engañar al enemigo (Guerra de Zapa) mediante el envío de
espías y conferencias con indígenas difundiendo el rumor de que cruzaría los
Andes por un paso más al sur, lo cual era de mayor factibilidad.
Los
indígenas pehuenches comunicaron estos planes a los españoles de Chile, quienes
así dispersaron sus fuerzas y perdieron poder de resistencia. El grueso del
ejército cruzó los Andes por los difíciles pasos de Los Patos en San Juan, al
mando éste del General José de San Martín y Uspallata de Mendoza, los cuales
eran considerados como imposibles para el cruce, pero permitían cortar por el
centro a las líneas defensivas realistas y dirigirse directamente a Santiago de
Chile. Debieron atravesar más de 500 km de cordillera y pre-cordillera. El
ejército se conformó por aproximadamente 3800 soldados argentinos (incluyendo
una parte del ejército de patriotas chilenos), 1200 milicianos como TROPA de
auxilio (para conducción de víveres y municiones), 120 barreteros y 21 piezas
de artillería. Para el cruce utilizaron 1600 caballos y 10 600 mulas, por lo
que todo el personal realizó el cruce montado. Llevaron 22 cañones, 2000 tiros
de cañón, 1129 sables y 5000 fusiles de bayoneta. La base de la alimentación
del ejército fue el valdiviano —plato sobre la base de carne seca (charqui)
machacado, grasa, rodajas de cebolla cruda y agua hirviendo—. Las columnas que
llevaban los víveres iban a retaguardia. Transportaron más de 4 toneladas de
charqui, galletas de maíz, 113 cargas de vino, aguardiente para disminuir el
frío nocturno, ajo y cebolla (para combatir el soroche, o apunamiento) 600
reses para la provisión de carne fresca, quesos y ron.
El
Ejército de los Andes, formado en El Plumerillo (a 7 km de Mendoza), abandonó
el campamento e inició el cruce de los Andes por los pasos de Los Patos y
Uspallata. Estas vías abruptas aseguraban el factor sorpresa. El cruce duró 21
días, utilizándose guías (baqueanos). La altitud máxima alcanzada superó los
4000 msnm. El plan de campaña era dividir las tropas en dos columnas (principal
y secundaria) y cuatro destacamentos, estaba formado por tres columnas al mando
respectivo de Miguel Estanislao Soler (vanguardia), San Martín y O'Higgins,
ambos con la reserva a una jornada de distancia. Dos divisiones, una al mando
del general Miguel Estanislao Soler y otra al mando del general chileno
Bernardo de O´Higgins cruzarían por el Paso de los Patos. Otra, al mando de Las
Heras, debía marchar por el camino de Uspallata con la artillería. Otra
división ligera, que cruzaría desde San Juan por el Portezuelo de la Ramada con
el objetivo de apoderarse de la ciudad chilena de Coquimbo, iba al mando de
Juan Manuel Cabot. Otro destacamento ligero debía cruzar desde La Rioja y
ocupar Copaipó cruzando la cordillera por el paso de Vinchina. Por el Sur, el
capitán Freyre penetraría por el Planchón para apoyar a las guerrillas chilenas
lideradas por Manuel Rodríguez.
La
salud de San Martín era bastante precaria. Padecía de problemas pulmonares
-producto de una herida producida en una batalla en España en 1801-, reuma y
úlcera estomacal. A pesar de sus "achaques" siempre estaba dispuesto
para la lucha y así se lo hizo saber a sus compañeros: "Estoy bien convencido del honor y patriotismo que adorna a todo
oficial del ejército de los Andes; y como compañero me tomo la libertad de
recordarles que de la íntima unión de nuestros sentimientos pende la libertad
de la América del Sur. A todos es conocido el estado deplorable de mi salud,
pero siempre estaré dispuesto a ayudar con mis cortas luces y mi persona en
cualquier situación en que me halle, a mi patria y a mis compañeros".