Después de tres días de
encuentros con el Santo Padre, y de muchas horas dedicadas a la meditación y a
la oración, siguiendo sus indicaciones, los Obispos de Chile deseamos comunicar
lo siguiente:
En primer lugar,
agradecemos al Papa Francisco por su escucha de padre y su corrección fraterna.
Pero especialmente, queremos pedir perdón por el dolor causado a las
víctimas, al Papa, y al Pueblo de Dios y
al país por nuestros graves errores y omisiones.
Gracias también a Mons.
Scicluna y al Rev. Jordi Bertomeu por su dedicación pastoral y personal, así
como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las
heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país.
Gracias a las víctimas,
por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades
personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas
veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad
eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en
el camino de la curación y cicatrización de las heridas.
En segundo lugar, queremos
anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto
nuestros cargos en las manos del Santo Padre, para que libremente decida con
respecto a cada uno de nosotros.
Nos ponemos en camino,
sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un
proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con
él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño
causado, para re-impulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo
centro siempre debió estar en Cristo.
Queremos que el rostro del
Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con
humidad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino.
Siguiendo la recomendación
del Santo Padre, imploramos a Dios que en estas difíciles y esperanzadoras
horas, nuestra Iglesia sea protegida por el Señor y la Virgen del Carmen.
Los obispos de la
Conferencia Episcopal de Chile en Roma