El siguiente texto fue
tomado del periódico La Trompeta de Jerusalén y fue escrito la Pascua en que
crucificaron a Jesús.
«En Jerusalén, estos
últimos días, han ocurrido sucesos inesperados relacionados con Jesús de
Nazaret, el hijo del carpintero, el mismo que, desde hace tres años, recorre el
país rodeado de un círculo íntimo de doce apóstoles y mucha otra gente que lo
sigue.
Su nombre se fue haciendo
conocido y popular de manera que, al llegar a una ciudad, los habitantes salían
de sus casas para escucharlo. En ocasiones, tuvo que subirse a un barco y hablar
desde allí a la muchedumbre.
También ha provocado algún
revuelo, como el día en que leyó el texto de Isaías en la sinagoga y dijo que
esas palabras se habían cumplido en él.
Muchos lo siguen porque
dicen que hizo milagros, que curó a varios ciegos, paralíticos y leprosos.
Algunos dicen haberlo visto resucitar a Lázaro, uno de sus amigos. Su fama
llegó hasta nuestra ciudad y por eso, hace apenas una semana, fue recibido como
un rey, La multitud que vino para la fiesta, tomó ramas de olivo y palmas para
aclamarlo y salió a su encuentro diciendo: ¡Hosana! ¡Bendito el que viene en
nombre del Señor, el rey de Israel!
No se sabe con exactitud
qué hizo de lunes a miércoles, porque su actividad pública fue escasa.
En una oportunidad se lo
vio en el templo, donde echó a los mercaderes a latigazos porque dijo que, con
sus actitudes, lo habían convertido en una cueva de ladrones, Fue la única vez
que se lo vio utilizar la violencia en estos tres años. Ese día, recordó
palabras de Isaías que en la Escritura afirmó que su casa era una casa de
oración. Los sacerdotes se sintieron muy molestos y quisieron saber con qué
autoridad decía esas cosas, pero Jesús, no les contestó.
Ese episodio los irritó
mucho y, los sacerdotes, que ya lo miraban con malos ojos, decidieron hacerlo
arrestar con la complicidad de uno de sus amigos: Judas.
Todos están muy inquietos
por la muerte de este hombre. Para algunos fue una injusticia, para otros algo
necesario, y para los que lo seguían, una desilusión.
Seguramente, en unos días,
la calma volverá a reinar en la ciudad, y ya nadie se acordará de este triste episodio.
Jesús se convertirá en un
crucificado más».
Extracto del libro escrito
por Juan Carlos Pisano “Semana Santa con Cristo” Editorial San Pablo