Hace un tiempo los ciudadanos de este bendito país, vemos en las noticias como el actual gobierno, sigue cometiendo embestidas contra los medios de comunicación y sobre todo con un multimedio y dos diarios de gran tirada diaria aquí en la Argentina. Como siempre con argumentos, no se si serán reales o no… como supuestos delitos de lesa humanidad y coacción por la venta de Papel Prensa.
El actual secretario de comercio y el ex presidente de la Nación, esposo de la actual mandataria quieren enjuiciar los directivos de estos periódicos, donde parece ser que existe la viuda de un banquero vinculado a los montoneros que asegura haber sido forzada en 1976 a vender sus acciones bajo torturas y supuestas amenazas de muerte del CEO de Clarín y de la dictadura militar.
Papel Prensa es una empresa privada que abastece de papel para diarios a unos 170 diarios de todo el país de diferentes líneas editoriales e ideologías. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) advirtió que ve "con mucha preocupación" lo que definió como un "creciente antagonismo" que plantea la Casa Rosada frente a los medios independientes de comunicación, al punto de manejarse "de manera autoritaria". La situación también impactó en la comunidad intelectual, pero al margen de esto…
Recuerdo cuando el Papa Juan Pablo II imploró en su homilía del 24 de Enero de 1998, en la arquidiócesis de Santiago de Cuba: "El bien de una nación debe ser fomentado y procurado por los propios ciudadanos con medios pacíficos y graduales. De este modo cada persona, gozando de libertad de expresión, capacidad de iniciativa y de propuesta en el seno de la sociedad civil y de la adecuada libertad de asociación, podrá colaborar eficazmente en la búsqueda del bien común."
Que lejos estamos de esa expresión que dijera Juan Pablo II… cuando pensamos que el autoritarismo había terminado siguen apareciendo personajes siniestros que amparados por el poder siembran la semilla de la discordia, el odio, el prepotismo que en algunos casos disfrazando el fin, sabemos cual es el medio por lo cual se realizan estas cosas… expresión que dejo a su discernimiento personal…
Ahora que entendemos por LIBERTAD DE EXPRESION: la libertad de expresión es un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del año 1948, y las constituciones de los sistemas democráticos, también lo señalan. De ella deriva la libertad de imprenta también llamada libertad de prensa.
Esto de presionar, de prepotear, de imponer un sistema mediático que en definitiva comunique lo que yo quiero y punto; no es para nada democrático, pero después se levantan banderas de igualdad, libertad, donde sabemos que la realidad nos muestra otra cosa.
Lamentablemente copiamos modelos que no son beneficiosos para la Nación, modelo como lo del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Las limitaciones legislativas contra los medios se aprobaron en Argentina en 2009, cinco años después de que el Gobierno venezolano tomara la iniciativa. Hay una influencia directa de Chávez sobre el Gobierno argentino, la relación bilateral es muy estrecha y lo mismo ocurre en el plano personal entre Chávez y el matrimonio presidencial. Eso es evidente y se traduce en el apoyo de Venezuela a la Argentina en el pago de la deuda, con tasas muy altas (no era negocio para Argentina fondearse con Venezuela) o en el estilo de gobierno de Chávez (ya dejó de ser autoritario para convertirse en totalitario) algo que intentan desarrollar hoy el actual gobierno argentino.
Siempre lo repito y es una lastima como estas personas manipulan a las masas, Chávez se ha referido a las armas que el Imperio utiliza contra Venezuela y ha señalado a los diarios impresos, entre los que ha destacado “El Universal” y “El Nacional”, los canales de TV, los grandes canales internacionales, las emisoras de radio y, por primera vez, ha señalado a las “como se llama las páginas, las ventanas, el Internet”. Para Chávez todo eso son instrumentos de la oligarquía y ha afirmado que “cada día tendrán menos libertades” para engañar y manipular al pueblo.
Es interesante como ellos que luchan contra el dominio o el manejo de países de mucho poder político y económico, terminan pareciéndose, pero lo disfrazan con palabras bonitas e inspiradoras que de alguna manera contienen nuevos vientos de libertad, como el término “oligarquía”, palabra muy utilizada en el gobierno de Chávez y que les hace grabar a fuego en la mente del pueblo.
Chávez es un tirano militar investido por el aura retórica de un supuesto socialismo antiimperialista que parece resultarle atractivo a ese producto de la conciencia burguesa del occidente decadente que es la socialdemocracia, así como a otras variantes del sentimiento de culpa del opulento: ecologismo, indigenismo…, conviene resaltar cómo el presidente de Venezuela cumple los requisitos del populismo canónico, y que en nuestro país estamos adoptando día a día, influyendo en las nuevas generaciones este tipo de pensamiento que con el tiempo iremos viendo los resultados, ya que en muchas veces la historia tiende a repetir.
En síntesis: como sabemos algunos medios promueven el encuentro; otros ignoran esa expectativa. Han aumentado los medios que prescinden de toda referencia al desarrollo de la sociedad, desplazando la atención hacia una búsqueda de entretenimiento interminable. Entre ambos extremos hay proyectos alentadores. Pero se puede constatar hasta qué punto numerosos programas evitan la sana confrontación de ideas y de proyectos de toda naturaleza. Los consideran carentes de interés. Y abunda el entretenimiento barato, sin contenido, hueco, carente de responsabilidad ética, y los mensajes más individuales, más subjetivos, más inmediatos, sin perspectivas de futuro.
Hemos de preguntarnos seriamente, cuál es el aporte que pueden dar los medios de comunicación, sin que desde el poder quieran silenciar y ocultar la realidad, sino en cambio, aceptar la dualidad, la diversidad mostrándola como promesa o anhelo de futuro, para que el país de cada uno y la gigantesca “aldea global” sea un lugar de esfuerzo, de esperanza y de fraternidad; para que los padres no tengan temor al mundo que espera a sus hijos; y –lo digo con la fe puesta en el Señor- para que vayamos a un nuevo encuentro vivo con Jesucristo, nuestro único camino de libertad de expresión, de conversión, de comunión y solidaridad.
Alfredo Musante
Director Responsable
Programa radial
EL ALFA Y LA OMEGA
miércoles, 25 de agosto de 2010
La imposición de las manos

La despedida de Jesús en su Ascensión , se expresa también con el mismo gesto: "elevando sus manos, los bendijo" (Lc 24,50). Es una expresión que muchas veces se relaciona a la curación. Jairo pide a Jesús: "Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva" (Mc 5,23).
Imponer las manos sobre la cabeza de una persona, significa en muchos otros pasajes, invocar y transmitir sobre ella el don del Espíritu Santo para una misión determinada. Así pasa con los elegidos para el ministerio de diáconos en la comunidad primera: "después de orar, les impusieron las manos" (Hechos 6,6).
Hay dos momentos en la celebración de la Eucaristía en que el gesto simbólico tiene particular énfasis. Ante todo cuando el ministro, en la Plegaria Eucarística, invoca por primera vez al Espíritu (epíclesis), extendiendo sus manos sobre el pan y el vino: "santifica estos dones con la efusión de tu Espíritu".
La Bendición Final es el segundo momento en el que el gesto de la imposición adquiere especial énfasis. Este gesto nos habla también del don de Dios y la mediación eclesial:
Estupendo binomio: la mano y la palabra. Unas manos extendidas hacia una persona o una cosa, y unas palabras que oran o declaran. Las manos elevadas apuntando al don divino, y a la vez mantenidas sobre esta persona o cosa, expresando la aplicación o atribución del mismo don divino a estas criaturas.
La mano poderosa de Dios que bendice, que consagra, que inviste de autoridad, es representada sacramentalmente por la ,mano de un ministro de la Iglesia, extendida con humildad y confianza sobre las personas o los elementos materiales que Dios quiere santificar.
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1:03


martes, 24 de agosto de 2010
Tormenta de Santa Rosa

La expresión tiene su origen en una leyenda que atribuyó a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva una fuerte tormenta que impidió que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima. Según los meteorólogos el evento no tiene la certeza que el imaginario popular le atribuye, e imputan su ocurrencia al choque de los primeros vientos cálidos con los frentes fríos producto del acercamiento de la primavera.
En 1615, en la ciudad peruana de Lima, “Ciudad de Los Reyes”, una religiosa beata Rosa –Isabel Flores de Oliva– encabeza una rogativa desde una Iglesia, ante el posible desembarco de naves de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima quedó salva. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas, al poder místico de Rosa.
Aquí en Argentina la leyenda se popularizo con gran fuerza en la zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. En la provincia de Mendoza, uno de sus departamentos lleva su nombre. Es una región realmente seca, y es muy poco frecuente que la tormenta (muy benéfica allí) se produzca.
Para el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, "tormenta” es la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (el relámpago) y por un ruido seco o un estruendo sordo (el trueno), asociada a nubes convectivas (cumulunimbus) y suelen llegar con lluvia en forma de chaparrón o, en latitudes más altas, de nieve o granizo, y también de vientos fuertes.
En invierno no ocurren estas tormentas convectivas, porque para su desarrollo, se necesitan condiciones energéticas más de primavera y de verano. Y, al acercarse el equinoccio de primavera del Hemisferio Sur (22 o 23 de septiembre), el acercamiento paulatino (por el ángulo de inclinación del eje del planeta) de este sector de la Tierra, respecto al Sol aumenta la disponibilidad de energía en el "Subsistema Austral Climático Terrestre", produciéndose cambios en la "Circulación Atmosférica Regional", desde fines de agosto. Con presencia de aire cálido y húmedo del norte, sumado a más radiación solar y a entrar "Perturbaciones Sinópticas" del oeste podría aparecer el fenómeno de tormenta saliendo del invierno, en cercanías del 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima.
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23:23


San La Muerte

El culto es obviamente pagano, no existe San La Muerte en ningún Santoral, y no tiene fecha especial de celebración, si bien se suele conmemorar el Viernes Santo y el Día de Todos los Muertos.
Este culto surgió a posteriori de la expulsión de los jesuitas de sus misiones en el noreste de la Argentina y Paraguay en 1767, de ellos también derivan el Señor de la Paciencia, El Señor de La Columna o San Ceono que crearon los naturales de la zona ya sin la orientación dogmática de la Compañía de Jesús.
Se lo conoce también con los nombres de Señor de la Buena muerte, y Señor La Muerte. El amuleto que lo representa sólo tiene efectividad si se encuentra bendecido por un sacerdote católico, en una muestra de claro sincretismo.
Acerca de la utilización del amuleto, para lograr la bendición su dueño lo lleva escondido en la mano mientras le pide al sacerdote que bendiga una estampita, logrando la bendición de ambas cosas.
El paso posterior -agregan- es el de llevar el amuleto durante siete viernes seguidos a otras tantas iglesias. Luego ya se puede utilizar para lograr hacer un "mal" a alguna persona enemiga, a través de oraciones.
LAS LEYENDAS: son recopilaciones históricas del Señor San la Muerte y sus enseñanzas a través de leyendas. En ellas, el Señor transmite a sus devotos principios morales, espirituales y religiosos.
Son importantes incluir como documento para conocer mas sobre él y el mensaje que quiere transmitir a todos los hombres.
Los españoles quedaron perplejos cuando los indios que habitan este lugar antes de ir a realizar sus ocupaciones se encomendaban a los que ellos denominaban un fetiche o talismán que representaba a un hombre descarnado en posición fetal o sentado al cual los indígenas le llamaban ÑANDERU GUAZU o Tupá y que muchos siglos antes de que los españoles descubriesen América se cree que según la adición oral fue en el año 800 de nuestra era lo que seria aproximadamente hace 1200 años y ateniéndonos siempre como fuente la tradición oral Dios Padre se le hace presente a un cacique guaraní de aspecto flaco y descarnado se le revela como Tupá o ÑANDERU GUAZU y se sienta de cuclillas a conversar con el cacique y le cuenta que en el cielo hay una pieza llena de velas , una mas grandes y otras mas pequeñas ,todas encendidas y le explica que las velas representan la vida y que cuando se apagaba el hombre moría y su alma era arrancada de su cuerpo para ser llevado a su juicio.
De ahí que en las estampitas actuales aparece con la guadaña, ya que en las primeras tallas aparece en posición fetal o sentada, y le dice que debía encomendarse el cacique con todo su pueblo tanto en vida como para poder tener una buena muerte, de allí nace el nombre Señor de la Buena Muerte.
Cuenta la leyenda que existió una vez, un rey que fue famoso por ser justo en administrar justicia. Este rey muere y va al cielo. En representación de Dios, éste le reconoce lo justo que había sido en la tierra cuando administraba justicia, y le pide que lo ayude en una labor en la cual él iba a ser idóneo para esa tarea, justamente le encomendó el cuidado de la vida y de la muerte de los humanos, Dios le dijo: “¿Ves todas esas velas encendidas...?, pues esas velas son la vida de los hombres de la tierra. Tu labor será que, cuando una de las velas se termine de consumir, tendrás que bajar e ir a buscar su alma para conducirla ante mi presencia. Mientras las velas estén ardiendo esas personas están vivas, una vez que se haya consumido, es cuando se acaba el tiempo para esa persona, como ves, hay velas mas grandes y velas mas pequeñas, no todos tiene el mismo tiempo de vida allí en la tierra”. Así por orden divina se convirtió en el ayudante de Dios para controlar la existencia de los hombres. Sus devotos se encomiendan a él en la vida y para que los proteja en la hora de la muerte.
En los Esteros del Iberá se cuenta otra leyenda, otra parte de una misma leyenda que forma la historia de este Santito: cuentan los lugareños, que en la región, hace unos 1500 años aproximadamente, había una prisión en donde estaban albergados los leprosos. A estos, por miedo al contagio, los tenían apartados de los demás reclusos, en una edificación alejada. En el pueblo existía una “Payé” (médico brujo), unos dicen que fue un monje Franciscano o un monje Jesuita que cuando Carlos III de España los expulsó de la región, se quedó en el lugar para ayudar a los indígenas. Este Payé era conocido por su poder de curación, a través de la administración de yuyos, brebajes, curaciones “de palabra” y oraciones, la administración de una "agua curativa", su gran amor al prójimo, el cual abarcaba también a los leprosos cuando éste se adentraba en sus celdas para ofrecerle agua a los enfermos en la culminación de sus vidas por medio de la enfermedad.
Entre los nativos donde se originó este mito, los personajes más respetados socialmente eran los Caciques y los brujos o curanderos. Su ciencia se transmitía a una persona por él elegida. El Chamán debía cumplir la altísima misión encomendada por Tupá (Dios), de administrar la vida y la muerte de sus contemporáneos, mediante la realización de curaciones o daño. Cuando envejecía, debía elegir entre los jóvenes de su tribu a quien consideraba merecedor de cumplir tan alto designio. Entonces el elegido debía internarse en el bosque, sentarse sobre un tronco y permanecer durante siete días sin ingerir alimentos ni agua y además aguantar el miedo a las horrorosas apariciones que vería. Si esta prueba era superada, estaría en condiciones de ejercer su trabajo como ayudante a Tupá.
En una ocasión, ya elegido el sucesor, el joven despide de su novia y a pesar que estaba prohibido le revela el lugar donde cumpliría la prueba. Se interna en el monte, elige el lugar para soportar la prueba y espera. Pasados los siete días no regresa a la tribu. Su enamorada va en su búsqueda, y lo encuentra esquelético y muerto.
Llora desconsolada y se lleva de recuerdo una falange como reliquia. Al llegar a su choza encuentra a su madre enferma. Entre lamentos ruega a su amado, aferrándose al huesito, que desde el más allá sane a su madre. Sus ruegos fueron escuchados y su madre sana milagrosamente.
Cuenta la leyenda que existió una vez, un rey que fue famoso por ser justo en administrar justicia. Este rey muere y va al cielo. En representación de Dios, éste le reconoce lo justo que había sido en la tierra cuando administraba justicia, y le pide que lo ayude en una labor en la cual él iba a ser idóneo para esa tarea, justamente le encomendó el cuidado de la vida y de la muerte de los humanos, Dios le dijo: “¿Ves todas esas velas encendidas...?, pues esas velas son la vida de los hombres de la tierra. Tu labor será que, cuando una de las velas se termine de consumir, tendrás que bajar e ir a buscar su alma para conducirla ante mi presencia. Mientras las velas estén ardiendo esas personas están vivas, una vez que se haya consumido, es cuando se acaba el tiempo para esa persona, como ves, hay velas mas grandes y velas mas pequeñas, no todos tiene el mismo tiempo de vida allí en la tierra”. Así por orden divina se convirtió en el ayudante de Dios para controlar la existencia de los hombres. Sus devotos se encomiendan a él en la vida y para que los proteja en la hora de la muerte.
En los Esteros del Iberá se cuenta otra leyenda, otra parte de una misma leyenda que forma la historia de este Santito: cuentan los lugareños, que en la región, hace unos 1500 años aproximadamente, había una prisión en donde estaban albergados los leprosos. A estos, por miedo al contagio, los tenían apartados de los demás reclusos, en una edificación alejada. En el pueblo existía una “Payé” (médico brujo), unos dicen que fue un monje Franciscano o un monje Jesuita que cuando Carlos III de España los expulsó de la región, se quedó en el lugar para ayudar a los indígenas. Este Payé era conocido por su poder de curación, a través de la administración de yuyos, brebajes, curaciones “de palabra” y oraciones, la administración de una "agua curativa", su gran amor al prójimo, el cual abarcaba también a los leprosos cuando éste se adentraba en sus celdas para ofrecerle agua a los enfermos en la culminación de sus vidas por medio de la enfermedad.
Entre los nativos donde se originó este mito, los personajes más respetados socialmente eran los Caciques y los brujos o curanderos. Su ciencia se transmitía a una persona por él elegida. El Chamán debía cumplir la altísima misión encomendada por Tupá (Dios), de administrar la vida y la muerte de sus contemporáneos, mediante la realización de curaciones o daño. Cuando envejecía, debía elegir entre los jóvenes de su tribu a quien consideraba merecedor de cumplir tan alto designio. Entonces el elegido debía internarse en el bosque, sentarse sobre un tronco y permanecer durante siete días sin ingerir alimentos ni agua y además aguantar el miedo a las horrorosas apariciones que vería. Si esta prueba era superada, estaría en condiciones de ejercer su trabajo como ayudante a Tupá.
En una ocasión, ya elegido el sucesor, el joven despide de su novia y a pesar que estaba prohibido le revela el lugar donde cumpliría la prueba. Se interna en el monte, elige el lugar para soportar la prueba y espera. Pasados los siete días no regresa a la tribu. Su enamorada va en su búsqueda, y lo encuentra esquelético y muerto.
Llora desconsolada y se lleva de recuerdo una falange como reliquia. Al llegar a su choza encuentra a su madre enferma. Entre lamentos ruega a su amado, aferrándose al huesito, que desde el más allá sane a su madre. Sus ruegos fueron escuchados y su madre sana milagrosamente.
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23:22


martes, 17 de agosto de 2010
Éxodo Jujeño
Se denomina Éxodo Jujeño a la retirada hacia Tucumán emprendida por el Ejército del Norte, comandado por el general Manuel Belgrano en la vanguardia y el mayor general Eustoquio Díaz Vélez en la retaguardia, y la población de San Salvador de Jujuy que evacuó la ciudad completa. Tuvo lugar el 23 de agosto de 1812, ante el avance de las tropas realistas provenientes desde el Alto Perú. En el mes de mayo de 1812, el general Manuel Belgrano, al mando del Ejército del Norte, estableció su cuartel general en la ciudad de Jujuy, ubicada en la desembocadura meridional de la Quebrada de Humahuaca, ruta principal de las invasiones desde el norte. Enterado del avance del numeroso ejército realista, Belgrano reclamó al gobierno de Buenos Aires refuerzos para la resistencia; pero no obtuvo mayores auxilios, debido a que las autoridades del Primer Triunvirato estaban abocadas principalmente a vencer a los realistas fortificados en Montevideo.
Por entonces llegaban hasta la zona las fuerzas patrióticas derrotadas en la batalla de Huaqui. Eran alrededor de 800 soldados, sin armas, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados. Belgrano debía reorganizarlos, rearmarlos, restablecer la disciplina y dar ánimos a la población. Para ello se volvió riguroso e inflexible con sus subordinados. Para aumentar el fervor patriótico de la población hace bendecir la bandera de Argentina en la catedral, ignorando aún que la misma había sido rechazada por el Primer Triunvirato (ya que el uso de una bandera propia era un claro signo de independencia, pero aún no se deseaba abandonar la máscara de Fernando VII), lo cual motivó quejas de los mismos.
En lugar de enviar refuerzos para atender al Frente Norte, el Triunvirato, a través de su ministro Rivadavia, y seguramente por iniciativa suya, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba. El gobierno consideraba imposible resistir al ejército de Pío Tristán, que avanzaba desde el Alto Perú, después de haber recibido refuerzos en Suipacha, que elevaban su dotación a 4.000 hombres. La intención del directorio era retroceder hasta Córdoba, donde a las tropas de Belgrano se unirían fuerzas procedentes de la región rioplatense. Ni siquiera el llamado a las armas de todos los ciudadanos entre 16 y 35 años, y la formación de un cuerpo irregular de caballería, los Patriotas decididos a las órdenes de Eustoquio Díaz Vélez, permitían a Belgrano oponer cabalmente resistencia sin aquellas.
El ejército español se presentó con cerca de 3.000 soldados, comandados por Pío Tristán. Como respuesta, el 29 de julio Belgrano dictó un bando que disponía la retirada: "Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó, pues, la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres (...)"
La orden especificaba que la retirada debía dejar sólo campo raso frente al enemigo, de modo de no facilitarle casa, alimento, ganado, mercancías ni cosa alguna que le fuera utilizable. Los cultivos fueron cosechados o quemados, las casas destruidas, y los productos comerciales enviados a Tucumán. El rigor de la medida debió respaldarse con la amenaza de fusilar a quienes no cumplieran la orden. La población acató sin mayores actos la medida a partir de los primeros días de agosto, demorándose algo más los vecinos pudientes, que requirieron de Belgrano carretas para transportar sus bienes. Siguiendo las órdenes de Belgrano, los habitantes de Jujuy, a los que se sumaron algunos refugiados procedentes de Tarija y Chichas, abandonaron sus hogares y arrasaron con todo lo que dejaban atrás, a fin que las fuerzas realistas no pudiesen aprovechar ninguno de sus bienes y dejándolos sin víveres para sus tropas.
El ejército finalmente comenzó también su retirada el 23 de agosto en horas de la tarde; se arreó el ganado y se prendió fuego a las cosechas para desguarnecer al enemigo. Belgrano fue el último en dejar la ciudad deshabitada. Los irregulares del coronel Díaz Vélez, encargados antes de observar la frontera noroeste para cuidar de los movimientos de Tristán, quedarían a la retaguardia. La marcha cubriría 50 km diarios, el quíntuple de lo recomendable, para buscar cobijo hacia el oeste. El general Tristán envió sus avanzadas a hostilizar a los que se retiraban, dirigidos por el coronel Huici. Éste alcanzó a la columna sobre el río de las Piedras, entablándose el combate de Las Piedras. La rápida reacción de Díaz Vélez logró allí una victoria, cayendo en poder de los independentistas el mismo Huici.
El éxito obtenido en el combate de Las Piedras alentó a Belgrano a detener la marcha. Ya desde antes, Belgrano se había apercibido que retirándose hasta Córdoba en espera de la ofensiva de los realistas, éstos podrían fácilmente esquivar las defensas en Córdoba y avanzar directamente sobre Buenos Aires. De modo que, invitado por los tucumanos, y desobedeciendo las órdenes impartidas desde Buenos Aires de retirarse hasta la ciudad de Córdoba, se haría fuerte en San Miguel de Tucumán, donde hizo frente a Tristán. Comunicó esta decisión al Triunvirato, pero Rivadavia le contestó ordenándolo nuevamente seguir viaje hacia Córdoba. Cuando esa orden llegó, Belgrano -junto con Díaz Vélez en su carácter de mayor general- ya habían derrotado a Tristán en la batalla de Tucumán y habían obligado a las tropas realistas a retroceder hacia el norte. De ese modo, los independentistas recuperaron el control de esa región, control que se hizo completo con una segunda y más completa victoria en la batalla de Salta. Por otro lado, la victoria de Tucumán causó la caída del Primer Triunvirato y su reemplazo por el Segundo, que apoyó más decididamente al Ejército del Norte sin descuidar a Montevideo.
El éxodo jujeño es recordado con gran estima por los habitantes de Jujuy, que cada 23 de agosto conmemoran el mismo. Se considera que la acción de los jujeños de 1812 constituyó un gran acto de heroísmo colectivo que permitió las derrotas posteriores de los españoles. En el año 2012 se celebrará el bicentenario del éxodo. En Octubre 28 de 2002 es promulgada Ley 25.664 originada en un proyecto presentado en el Senado argentino por la cual se declara el día 23 de agosto de cada año, y en conmemoración de la Gesta del" EXODO JUJEÑO", a la provincia de Jujuy como Capital Honorífica de la Nación Argentina.
Por entonces llegaban hasta la zona las fuerzas patrióticas derrotadas en la batalla de Huaqui. Eran alrededor de 800 soldados, sin armas, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados. Belgrano debía reorganizarlos, rearmarlos, restablecer la disciplina y dar ánimos a la población. Para ello se volvió riguroso e inflexible con sus subordinados. Para aumentar el fervor patriótico de la población hace bendecir la bandera de Argentina en la catedral, ignorando aún que la misma había sido rechazada por el Primer Triunvirato (ya que el uso de una bandera propia era un claro signo de independencia, pero aún no se deseaba abandonar la máscara de Fernando VII), lo cual motivó quejas de los mismos.
En lugar de enviar refuerzos para atender al Frente Norte, el Triunvirato, a través de su ministro Rivadavia, y seguramente por iniciativa suya, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba. El gobierno consideraba imposible resistir al ejército de Pío Tristán, que avanzaba desde el Alto Perú, después de haber recibido refuerzos en Suipacha, que elevaban su dotación a 4.000 hombres. La intención del directorio era retroceder hasta Córdoba, donde a las tropas de Belgrano se unirían fuerzas procedentes de la región rioplatense. Ni siquiera el llamado a las armas de todos los ciudadanos entre 16 y 35 años, y la formación de un cuerpo irregular de caballería, los Patriotas decididos a las órdenes de Eustoquio Díaz Vélez, permitían a Belgrano oponer cabalmente resistencia sin aquellas.
El ejército español se presentó con cerca de 3.000 soldados, comandados por Pío Tristán. Como respuesta, el 29 de julio Belgrano dictó un bando que disponía la retirada: "Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó, pues, la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres (...)"
La orden especificaba que la retirada debía dejar sólo campo raso frente al enemigo, de modo de no facilitarle casa, alimento, ganado, mercancías ni cosa alguna que le fuera utilizable. Los cultivos fueron cosechados o quemados, las casas destruidas, y los productos comerciales enviados a Tucumán. El rigor de la medida debió respaldarse con la amenaza de fusilar a quienes no cumplieran la orden. La población acató sin mayores actos la medida a partir de los primeros días de agosto, demorándose algo más los vecinos pudientes, que requirieron de Belgrano carretas para transportar sus bienes. Siguiendo las órdenes de Belgrano, los habitantes de Jujuy, a los que se sumaron algunos refugiados procedentes de Tarija y Chichas, abandonaron sus hogares y arrasaron con todo lo que dejaban atrás, a fin que las fuerzas realistas no pudiesen aprovechar ninguno de sus bienes y dejándolos sin víveres para sus tropas.
El ejército finalmente comenzó también su retirada el 23 de agosto en horas de la tarde; se arreó el ganado y se prendió fuego a las cosechas para desguarnecer al enemigo. Belgrano fue el último en dejar la ciudad deshabitada. Los irregulares del coronel Díaz Vélez, encargados antes de observar la frontera noroeste para cuidar de los movimientos de Tristán, quedarían a la retaguardia. La marcha cubriría 50 km diarios, el quíntuple de lo recomendable, para buscar cobijo hacia el oeste. El general Tristán envió sus avanzadas a hostilizar a los que se retiraban, dirigidos por el coronel Huici. Éste alcanzó a la columna sobre el río de las Piedras, entablándose el combate de Las Piedras. La rápida reacción de Díaz Vélez logró allí una victoria, cayendo en poder de los independentistas el mismo Huici.
El éxito obtenido en el combate de Las Piedras alentó a Belgrano a detener la marcha. Ya desde antes, Belgrano se había apercibido que retirándose hasta Córdoba en espera de la ofensiva de los realistas, éstos podrían fácilmente esquivar las defensas en Córdoba y avanzar directamente sobre Buenos Aires. De modo que, invitado por los tucumanos, y desobedeciendo las órdenes impartidas desde Buenos Aires de retirarse hasta la ciudad de Córdoba, se haría fuerte en San Miguel de Tucumán, donde hizo frente a Tristán. Comunicó esta decisión al Triunvirato, pero Rivadavia le contestó ordenándolo nuevamente seguir viaje hacia Córdoba. Cuando esa orden llegó, Belgrano -junto con Díaz Vélez en su carácter de mayor general- ya habían derrotado a Tristán en la batalla de Tucumán y habían obligado a las tropas realistas a retroceder hacia el norte. De ese modo, los independentistas recuperaron el control de esa región, control que se hizo completo con una segunda y más completa victoria en la batalla de Salta. Por otro lado, la victoria de Tucumán causó la caída del Primer Triunvirato y su reemplazo por el Segundo, que apoyó más decididamente al Ejército del Norte sin descuidar a Montevideo.
El éxodo jujeño es recordado con gran estima por los habitantes de Jujuy, que cada 23 de agosto conmemoran el mismo. Se considera que la acción de los jujeños de 1812 constituyó un gran acto de heroísmo colectivo que permitió las derrotas posteriores de los españoles. En el año 2012 se celebrará el bicentenario del éxodo. En Octubre 28 de 2002 es promulgada Ley 25.664 originada en un proyecto presentado en el Senado argentino por la cual se declara el día 23 de agosto de cada año, y en conmemoración de la Gesta del" EXODO JUJEÑO", a la provincia de Jujuy como Capital Honorífica de la Nación Argentina.
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21:53


martes, 3 de agosto de 2010
NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES

En el año 1635, en Cartago los mulatos vivían en la Puebla de los Pardos, barrio ubicado al este de la ciudad, poco después de la cruz de Caravaca, señal inequívoca para que los mulatos no pasaran el límite. A corta distancia de allí, entre blancos e indios, vivía una humilde mujer, que cada mañana acostumbraba ir al bosque, en busca de leña. En ese sitio, un 2 de agosto, la pobre mulata halló sobre una roca una pequeña imagen de piedra.
Juana Pereira, desconociendo la importancia de su hallazgo, la levanto, la llevó a su casa y la guardó en una caja. Al mediodía, regresó la mujer al bosque y encontró de nuevo la imagen sobre la piedra. Llena de admiración, la tomó, creyendo que era otra similar a la anterior y la llevó a su casa. Al abrir la caja, para guardarla junto a la que había encontrado primero, se llevó una tremenda sorpresa: ¡La primera ya no estaba! Su asombro creció cuando, por tercera vez, al volver al bosque, encontró la imagen sobre la misma piedra. Nuevamente la tomó y en su casa, donde pudo constatar que nuevamente la imagen de piedra, no se encontraba.
La joven se alarmó a tal extremo, que corrió donde el sacerdote, a quien le contó lo sucedido y le entregó la imagen. El sacerdote la guardó en una caja con la promesa de examinarla detenidamente cuando tuviera tiempo. Al día siguiente, la mulata regresó al bosque a levantar leña, la vio nuevamente sobre la piedra en la que la había hallado ya tres veces. De nuevo corrió donde el cura quien presuroso y acompañado de otras personas se dirigieron al bosque. Desde allí, condujeron la imagen en procesión hasta la iglesia parroquial, guardándola en el Sagrario. Al día siguiente cuando quisieron examinarla, la figura nuevamente había desaparecido.
De vuelta en el bosque, encontraron, por quinta vez la pequeña imagen. Ya con más cuidado notaron que era la imagen de la Virgen con el Niño en brazos. Comprendieron entonces que la Madre de Jesucristo quería tener su casa en ese lugar y comenzaron a construir una ermita. La pequeña imagen de 20 centímetros fue bautizada con el nombre de Virgen de los Ángeles, porque el 2 de agosto, los franciscanos celebran la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles.
Cartago goza de contar con una amplia comunidad franciscana, de ahí que la Iglesia agradeciera el regalo de Dios honrándola la pequeña imagen con el mismo título que el Santo de Asís diera a su madre celestial. Por esta razón, se tiene la certeza de que el hallazgo ocurrió ese día, pero no así la fecha exacta. Se estima que fue antes de 1639 aunque algunos dan por un hecho que fue en 1635.
La joven que tuvo el honor de encontrar la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles pareciera que se perdió en la historia de costarricense. Se sabe que existió pues los escritos de la época y de la Iglesia lo comprueban, sin embargo, no se le dio seguimiento después del hallazgo de “la Negrita”.
El Arzobispo de San José, Monseñor Víctor Sanabria Martínez, intentó recuperar datos sobre esa mulata. En sus investigaciones detectó que la mayoría de mujeres de esa zona se llamaban Juana y llevaban por apellido Pereira. Al no dar con la identidad de esta muchacha la llamó “Juana Pereira” como un homenaje a todas las mulatas que conocieron a la verdadera joven que dio con la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles. En ellas se pretendió extender ese honor a toda la cultura aborigen costarricense.
Actualmente Nuestra Señora de los Ángeles se venera en su Santuario ubicado en Cartago, sin embargo no es el único lugar donde los fieles le rinden el debido honor. Se tiene en templos como la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, en Guadalajara, México. Varias parroquias en Los Ángeles, Estados Unidos, tienen su estampa. Nicaragua es otro país en el que aumenta la devoción a la Negrita, aunque todavía no tenga ninguna parroquia con su nombre. En 2005 llegó a Roma. El papa Benedicto XVI no solo la bendijo sino que pidió que la colocaran en la Basílica Santa María de la Luz, a la que peregrinan muchos inmigrantes.
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