Estos mismos sabios afirman que BARBATOS hace verdaderos estragos durante las vacaciones y feriados, camuflándose como un muchacho amancebado o bien bajo el aspecto de un hombre viril y parco, según la fantasía de su víctima. Los grimorios más antiguos de demonología observan en BARBATOS uno de los aspectos arquetípicos del héroe cultural, similar, en parte, al legendario Robin Hood; es decir: un hábil asaltante de bosques y encrucijadas (y mujeres) que despoja a los poderosos (sus maridos) para repartir el botín entre los pobres (naturalmente, él mismo).
Físicamente, BARBATOS es uno de los demonios más atractivos del infierno, lo cual facilita enormemente su tarea. La confianza, en cierta forma, puede despertarse gracias a la buena presencia del prestidigitador. En otros aspectos, BARBATOS se destaca por su habilidad para desentrañar los oráculos que se ocultan en la voz de los animales, cuyos resultados regala sin vacilar a sus devotos, acaso para aliviarlos de esa horrorosa ansiedad que llamamos porvenir. En demonología BARBATOS es un demonio de poca importancia, uno de los tres ayudantes de ASTAROTH junto con AAMON y PRUSLAS. Pero de acuerdo con la mayoría de otras fuentes, se trata del Conde-Duque del Infierno. BARBATOS gobierna treinta legiones de demonios y tiene cuatro reyes como séquito para mandar sus legiones. Otorga el entendimiento de las voces de los animales, como decíamos, conoce el pasado y el futuro, puede ganarse amigos y gobernantes, y puede conducir a los hombres a tesoros escondidos que han sido ocultados por hechizos de magos a cambio de su alma.