miércoles, 24 de julio de 2013

“Traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo”


"Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: ‘La paz de Cristo esté con ustedes’”, fueron las primeras palabras de Francisco en Rio de Janeiro la tarde del lunes 22 de julio durante la ceremonia de bienvenida que se desarrolló en el jardín del Palacio Guanabara, en presencia de las más altas autoridades del Estado, el Cuerpo Diplomático y varios cientos de invitados institucionales.

Antes de este primer encuentro oficial, el Papa quiso tener otro encuentro: desde su salida del aeropuerto el Obispo de Roma, abordando un pequeño automóvil plateado, abrió la ventana del vehículo que lo transportaba para que las personas pudieran verlo mejor y para poder saludar y bendecir a quienes lo esperaban en las calles. Las imágenes eran las mismas que hemos visto los últimos meses en Roma durante las audiencias generales: el auto avanzando lentamente y deteniéndose para permitir al Papa saludar, bendecir, besar a la gente.

Tantos niños - como en la Plaza de San Pedro - le eran acercados por los policías para que el Santo Padre los acaricie y bendiga. El protocolo fue “roto” también en Rio con este primer encuentro directo no programado con la población. Para llegar a su primera cita oficial en Guanabara, la sede de la gobernación de Río de Janeiro, el Papa cambió el auto con el papamóvil y luego un helicóptero. La ceremonia protocolaria de recepción y el primer encuentro privado con la presidenta Dilma Rousseff, inició con una hora de justificado retraso.

Volviendo al primer acto oficial del Papa en Brasil, luego de las palabras de saludo de la presidenta, Francisco recordó en su discurso haber llegado para la Jornada Mundial de la Juventud, para encontrarse con jóvenes venidos de todas partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor. “Ellos - precisó el Obispo de Roma- quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: ‘Vayan y hagan discípulos a todas las naciones’”. Más adelante en su saludo el Pontífice aseguró que “los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa”.

Discurso completo del Santo Padre Francisco durante la ceremonia de bienvenida

Señora Presidente,
Distinguidas Autoridades,
Hermanos y amigos
En su amorosa providencia, Dios ha querido que el primer viaje internacional de mi pontificado me ofreciera la oportunidad de volver a la amada América Latina, concretamente a Brasil, nación que se precia de sus estrechos lazos con la Sede Apostólica y de sus profundos sentimientos de fe y amistad que siempre la han mantenido unida de una manera especial al Sucesor de Pedro. Doy gracias por esta benevolencia divina.

He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes».

Saludo con deferencia a la señora Presidenta y a los distinguidos miembros de su gobierno. Agradezco su generosa acogida y las palabras con las que ha querido manifestar la alegría de los brasileños por mi presencia en su país. Saludo también al Señor Gobernador de este Estado, que amablemente nos acoge en el Palacio del Gobierno, y al alcalde de Río de Janeiro, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante el gobierno brasileño, a las demás autoridades presentes y a todos los que han trabajado para hacer posible esta visita.

Quisiera decir unas palabras de afecto a mis hermanos obispos, a quienes incumbe la tarea de guiar a la grey de Dios en este inmenso país, y a sus queridas Iglesias particulares. Con esta visita, deseo continuar con la misión pastoral propia del Obispo de Roma de confirmar a sus hermanos en la fe en Cristo, alentarlos a dar testimonio de las razones de la esperanza que brota de él, y animarles a ofrecer a todos las riquezas inagotables de su amor.
Como es sabido, el principal motivo de mi presencia en Brasil va más allá de sus fronteras. En efecto, he venido para la Jornada Mundial de la Juventud. Para encontrarme con jóvenes venidos de todas las partes del mundo, atraídos por los brazos abiertos de Cristo Redentor. Quieren encontrar un refugio en su abrazo, justo cerca de su corazón, volver a escuchar su llamada clara y potente: «Vayan y hagan discípulos a todas las naciones».

Estos jóvenes provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los una por encima de cualquier diferencia.
Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que esa que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: « Vayan y hagan discípulos»; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados.

Al comenzar mi visita a Brasil, soy muy consciente de que, dirigiéndome a los jóvenes, hablo también a sus familias, sus comunidades eclesiales y nacionales de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones. Es común entre ustedes oír decir a los padres: «Los hijos son la pupila de nuestros ojos». ¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora.

La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; eso significa tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente que responda a su sed de auténtica felicidad, suscitando en él la creatividad del bien; entregarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para que sea protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos. Con estas actitudes, precedemos hoy al futuro que entra por la ventana de los jóvenes.

Al concluir, ruego a todos la gentileza de la atención y, si es posible, la empatía necesaria para establecer un diálogo entre amigos. En este momento, los brazos del Papa se alargan para abrazar a toda la nación brasileña, en el complejo de su riqueza humana, cultural y religiosa. Que desde la Amazonia hasta la pampa, desde las regiones áridas al Pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, nadie se sienta excluido del afecto del Papa. Pasado mañana, si Dios quiere, tengo la intención de recordar a todos ante Nuestra Señora de Aparecida, invocando su maternal protección sobre sus hogares y familias. Y, ya desde ahora, los bendigo a todos. Gracias por la bienvenida.

Fuente:

www.news.va

Síntesis de la Encíclica Lumen Fidei - Segunda Parte

Como toda encíclica, la recientemente publicada “Lumen Fidei” del Papa Francisco ofrece muchísimos aspectos para la meditación y la formación del cristiano de cara a los tiempos actuales.

A lo largo de toda la encíclica encontramos referencias a la tensión entre individualismo y comunión, entre encierro en el propio yo y encuentro con Dios y con los otros, entre vínculos humanos por interés y vínculos verdaderos de fraternidad.

Podemos ofrecer una síntesis y luego un desarrollo de estos pasajes tan significativos:

El bautismo convierte nuestro yo para que pueda abrirse a un Yo más grande

La confesión de la fe inserta al creyente en la comunión de la Trinidad

Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres

La fe transforma la primera relacionalidad que es el matrimonio y la familia

La fe ensancha horizontes a los jóvenes

La fe en Dios Padre funda la verdadera fraternidad en la sociedad

La unidad es superior al conflicto

Veamos cómo se presentan estos aspectos:

El bautismo convierte nuestro yo para que pueda abrirse a un Yo más grande: Comentando la importancia de los sacramentos en la transmisión de la fe, dirá Francisco: “Así se ve claro el sentido de la acción que se realiza en el bautismo, la inmersión en el agua: el agua es símbolo de muerte, que nos invita a pasar por la conversión del « yo », para que pueda abrirse a un « Yo » más grande; y a la vez es símbolo de vida, del seno del que renacemos para seguir a Cristo en su nueva existencia. De este modo, mediante la inmersión en el agua, el bautismo nos habla de la estructura encarnada de la fe” (LF 42).

La confesión de la fe inserta al creyente en la comunión de la Trinidad: “Quien confiesa la fe, se ve implicado en la verdad que confiesa. No puede pronunciar con verdad las palabras del Credo sin ser transformado, sin inserirse en la historia de amor que lo abraza, que dilata su ser haciéndolo parte de una comunión grande, del sujeto último que pronuncia el Credo, que es la Iglesia. Todas las verdades que se creen proclaman el misterio de la vida nueva de la fe como camino de comunión con el Dios vivo” (LF 45).

Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres: en el capítulo 4 sobre la fe y la ciudad, el Papa enfatiza que “la fe revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos. No se trata sólo de una solidez interior, una convicción firme del creyente; la fe ilumina también las relaciones humanas, porque nace del amor y sigue la dinámica del amor de Dios. El Dios digno de fe construye para los hombres una ciudad fiable.” (LF 50).

“Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres” (LF 51). Y sigue: “La unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la alegría que la sola presencia del otro puede suscitar. La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas, porque capta su fundamento último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y así ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al bien común” (LF 51).

La fe transforma la primera relacionalidad que es el matrimonio y la familia: el Papa señala que “el primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familiay se refiere sobre todo al “matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne (cf. Gn 2,24) y ser capaces de engendrar una vida nueva, manifestación de la bondad del Creador, de su sabiduría y de su designio de amor. Fundados en este amor, hombre y mujer pueden prometerse amor mutuo con un gesto que compromete toda la vida y que recuerda tantos rasgos de la fe. Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada. La fe, además, ayuda a captar en toda su profundidad y riqueza la generación de los hijos, porque hace reconocer en ella el amor creador que nos da y nos confía el misterio de una nueva persona” (LF 52).

La fe ensancha horizontes a los jóvenes: vuelve el Papa a remarcar que “el encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor, amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no defrauda. La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades” (LF 53).

La fe en Dios Padre funda la verdadera fraternidad en la sociedad: el Papa Francisco recoge el desafío de la Revolución Francesa sobre la “fraternidad” y lo lleva a sus verdaderos cauces: “En la « modernidad » se ha intentado construir la fraternidad universal entre los hombres fundándose sobre la igualdad. Poco a poco, sin embargo, hemos comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un Padre común como fundamento último, no logra subsistir. Es necesario volver a la verdadera raíz de la fraternidad. Desde su mismo origen, la historia de la fe es una historia de fraternidad, si bien no exenta de conflictos. Dios llama a Abrahán a salir de su tierra y le promete hacer de él una sola gran nación, un gran pueblo, sobre el que desciende la bendición de Dios (cf. Gn 12,1-3)” (LF 54).

La unidad es superior al conflicto: finalmente, el Papa enfatiza la importancia del perdón para superar los conflictos, que son inevitables, pero que no tienen la última palabra: “La fe afirma también la posibilidad del perdón, que muchas veces necesita tiempo, esfuerzo, paciencia y compromiso; perdón posible cuando se descubre que el bien es siempre más originario y más fuerte que el mal, que la palabra con la que Dios afirma nuestra vida es más profunda que todas nuestras negaciones. Por lo demás, incluso desde un punto de vista simplemente antropológico, la unidad es superior al conflicto; hemos de contar también con el conflicto, pero experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a superarlo, transformándolo en un eslabón de una cadena, en un paso más hacia la unidad” (LF 55).

¿Somos piedras vivas o piedras cansadas, aburridas e indiferentes?

¿Cómo vivimos nuestro ser Iglesia? ¿Somos piedras vivas o, por el contrario, somos, por así decir, piedras cansadas, aburridas, indiferentes? ¿Han visto qué cosa más fea es un cristiano cansado, aburrido o indiferente? El cristiano tiene que estar vivo y alegre de ser cristiano; deber vivir esta belleza de formar parte del Pueblo de Dios que es la Iglesia.

Si reflexionamos sobre la Iglesia como el templo, esta palabra nos hace pensar en un edificio, en una construcción; a muchos en el gran templo de Salomón en Jerusalén que era el lugar de encuentro con Dios en la oración y que custodiaba el Arca de la Alianza en cuyo interior estaban las Tablas de la Ley, el maná del desierto y la vara de Arón.

Una llamada al hecho de que Dios había estado siempre dentro de la historia de su pueblo, había acompañado su camino y guiado sus pasos...También nosotros cuando vamos al templo debemos recordar... nuestra historia... cómo Jesús me ha encontrado, cómo ha caminado conmigo, como me ama y me bendice.

La imagen del antiguo templo, por la fuerza del Espíritu Santo, se realiza ahora en la Iglesia como "Casa de Dios", si el templo de Salomón estaba construido por las manos del hombre para dar una morada a Dios y ser un signo visible de su presencia entre el pueblo, con la Encarnación "es Dios mismo el que construye su casa" para venir a habitar entre nosotros.

Cristo es el Templo viviente del Padre y Cristo mismo edifica su "casa espiritual", la Iglesia, hecha no de piedras materiales sino de ‘piedras vivas’ que somos nosotros. Nosotros somos las piedras vivas del edificio de Dios, unidas profundamente a Cristo que es la piedra que sustenta todo y también a nosotros. Esto significa que el templo somos nosotros, que nosotros somos la Iglesia viva... y cuando estamos juntos entre nosotros está también el Espíritu Santo que nos ayuda a crecer como Iglesia. No estamos aislados, somos Pueblo de Dios: esta es la Iglesia.

El Espíritu Santo con sus dones diseña la variedad que es la riqueza en la Iglesia...La Iglesia no es un entretejerse de cosas e intereses, sino el templo del Espíritu Santo, el templo en que Dios obra, del que cada uno de nosotros con el don del Bautismo es piedra viva. Ninguno es inútil en la Iglesia, todos somos necesarios para construir este templo ninguno es secundario, ni más importante; todos somos iguales a los ojos de Dios, todos somos iguales, somos hermanos, ninguno es anónimo: la Iglesia la construimos y la formamos todos. Pero este hecho nos invita también a reflexionar sobre el dato de que si falta el ladrillo de nuestra vida cristiana, falta algo de la belleza de la Iglesia.

El siguiente comentario, fue un extracto de la catequesis que diera el Papa Francisco el 26 de Junio de 2013.

viernes, 19 de julio de 2013

Mons. Abelardo Silva, tiene su calle propia en el Chaco

El municipio de Presidencia Roque Sáenz Peña se unió a los preparativos del cincuentenario que la diócesis de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña celebrará el sábado 10 de agosto, asignando el nombre de quien fue su segundo obispo, monseñor Abelardo Francisco Silva, a la calle 23, una larga arteria que desde la cercanía de la zona céntrica continúa hasta la ruta 95, atravesando unos cuantos barrios de este distrito chaqueño. 

La inauguración de la calle contó con la presencia del intendente local Gerardo Cipolini, miembros del Consejo Municipal y vecinos del barrio. 

Después de una semblanza de monseñor Silva, intervino una vecina quien manifestó su alegría por el nombre de la calle. También dirigió la palabra el intendente Cipolini, quien recordó con afecto al prelado fallecido. 

El actual obispo, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, impartió la bendición y agradeció la iniciativa de las autoridades civiles. 

También destacó el aporte de los predecesores en esta comunidad y sostuvo que este ambiente y cultura no se hacen solos, sino que lo hacen todos, aunque siempre hay figuras que destacan. Se refirió entonces a la labor de monseñor Silva con su oración y su entrega abnegada por la promoción de la fe y por la promoción humana de la gente de la diócesis. 

Dijo que dejó una amable imagen, de un hombre de Dios, piadoso, que con gran espíritu de sacrificio recorrió palmo a palmo el territorio diocesano, dejando una importante herencia con su impronta y numerosas iniciativas. 

El prelado subrayó su preocupación por los más pobres y necesitados, por los niños de la calle, todos ellos los principales destinatarios de su enorme bondad, y reconoció que monseñor Silva tal vez no deseaba en su humildad que su nombre estuviera escrito en los letreros de una calle, sino en el Reino de los Cielos, lo único que le interesaba. 

Monseñor Barbaro señaló que “cumplimos con este gesto con nuestra obligación de buenos hijos y herederos de su esfuerzo” y consideró que “su nombre en esos carteles nos ayudará a imitar su ejemplo y a acudir a su ayuda: pensamos que estará en el Cielo gozando de Dios y ocupándose principalmente de quienes se ocupó aquí en la tierra”.

Fuente:
www.aica.org

En bici para ver a Francisco...










El Papa Francisco saludó ayer en la casa de Santa Marta a Leandro Martins, un joven brasileño que viaja en bicicleta por el mundo. Leandro escribió un gran número de cartas al Papa contándole su historia, tantas que acabaron por llamar la atención del secretario particular de Su Santidad, que lo invitó a participar en una Misa en Santa Marta. El joven brasileño llegó al Vaticano en su bicicleta, que dejó ante la residencia del Papa.

Tras la Misa, el Papa saludó a Leandro con un abrazo, se interesó por su viaje y le preguntó dónde vivía. Leandro le contestó: “Venga y vea mi bicicleta”. Salieron juntos a verla (al pasar, el Papa saludó y dio la mano a los guardias suizos que estaban en la puerta) y el joven le dijo: “Aquí está mi casa, la cama, la cocina y todo lo demás”. Ambos conversaron sobre la tragedia de la discoteca en Santa María (Brasil), en la que murieron 242 jóvenes y 168 resultaron heridos.

El Papa dijo que no podría desplazarse hasta Santa María durante su próximo viaje a Brasil, ya que está demasiado lejos de Rio, pero aseguró que recordará esta tragedia tan triste durante su estancia. Antes de despedirse, Leandro pidió al Papa que firmara la bandera de Brasil que lleva consigo, y en la que recoge las firmas de todas las personas agradables que ha conocido en su camino. El Papa escribió en español: "Que Dios te acompañe - Francisco - 18-7-13". 

miércoles, 17 de julio de 2013

JMJ 2013: Estatua de Arena de Francisco


Estatua de arena que representa al Papa Francisco en la playa de Copacabana en Río de Janeiro. Más de 1,5 millones de peregrinos de todo el mundo se esperan para la visita del 22 a 28 julio en la Jornada Mundial de la Juventud.

Esperanza del Amanecer - Himno JMJ 2013 en Español



Himno Oficial de la JMJ interpretada por más de 25 cantantes de 11 países de América Latina y España. El Himno que lleva por título "Esperança do Amanhecer" (Esperanza del Amanecer) compuesto por el Padre José Candido, natural de Brasil y autor de diversas canciones litúrgicas, fue lanzado por primera vez en portugués el 15 de septiembre de 2012, día en que la Iglesia celebró la Fiesta de la Exaltación de la Cruz.

Entre los cantantes están la hermana Glenda de Chile; Luis Enrique Ascoy de Perú; en representación de Ecuador está Leo Salas; Silvia Mariella de Paraguay; Alfareros de República Dominicana; Martín Valverde de México; así como la participación de Kiki Troia y Daniel Poli de Argentina; también cantan Quique Guzmán de El Salvador; Ziza Fernandes de Brasil y de Colombia, Sofía Celíz, entre otros.

JMJ: De los 52 obispos que predicarán catequesis en español, 14 son argentinos

Más de 250 obispos de todo el mundo predicarán catequesis para los jóvenes en los tres días previos al gran encuentro con el Papa en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro. 

52 de esos prelados predicarán en español, la segunda lengua con más predicaciones, después del portugués. 

Las catequesis serán una por día por la mañana, de 9 a 13. Los temas serán: "Sed de esperanza, sed de Dios", el 24 de julio; "Ser discípulo de Cristo", el 25 de julio; "Ser misionero, ¡Vayan!", el 26 de julio. 

En Madrid 2011 se publicó dónde predicaba cada obispo. En teoría, cada grupo idiomático tenía asignada una parroquia o auditorio y allí predicaba un obispo del idioma adecuado. Pero había peregrinos que no acudían al que le tocaba, sino que buscaban otro predicador más de su gusto en otra parroquia, ya que contaban con el listado de lugares y predicadores. 

Eso hacía que algunos auditorios (con buenos predicadores) se llenasen demasiado, mientras otros mostraban huecos. 

Para evitar que algunos predicadores, conocidos por sus dotes de orador, tengan una gran cantidad de oyentes y otros tengan auditorios muchos más escasos, -como sucedió en la JMJ Madrid 2011-, la JMJ de Río guarda en secreto la lista de quién predica en cada lugar. 

Al respecto el director del Sector de Preparación Pastoral, el padre Leandro Lenin expresó que “quisiéramos que ese contacto entre el joven y el obispo acontezca como una sorpresa durante esas mañanas”. 

Los predicadores en español 
Entre los obispos de lengua hispana hay seis cardenales: Antonio María Rouco Varela (Madrid), Luis Martínez Sistach (Barcelona), Rubén Salazar Gómez (Bogotá), Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga (Tegucigalpa), Jaime Ortega (La Habana), Juan Luis Cipriani (Lima). 

La selección de predicadores no tiene muy en cuenta las dotes predicadoras del obispo en cuestión, es más bien protocolaria y simbólica de la unión de los jóvenes con la iglesia encarnada en los obispos. 

Los predicadores de la Argentina: los más numerosos 
Catorce serán los prelados argentinos que predicarán durante la JMJ, es la delegación más numerosa que impartirá catequesis a los jóvenes peregrinos en la lengua de Cervantes. 

Son los siguientes: 
José Maria Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña
Alberto Germán Bochatey, obispo auxiliar de La Plata
Vicente Bokalic, obispo auxiliar de Buenos Aires
José Vicente Conejero, obispo de Formosa
Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan de Cuyo
Cesar Daniel Fernández, obispo de Jujuy
Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú
Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús
Raúl Martín, obispo auxiliar de Buenos Aires
Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje
Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero
Eduardo María Taussig, obispo de San Rafael
Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de
la Pontificia Academia de las Ciencias, en la Santa Sede 

Los otros prelados predicadores 
Cuatros serán los obispos que impartirán catequesis proveniente de España y Uruguay; tres de Perú, Honduras, Puerto Rico; dos de Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Panamá, Paraguay, Roma, y finalmente uno de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, México y Guinea Ecuatorial.

Fuente:
www.aica.org

Llego el Papamóvil a Brasil

Ya está en Brasil el papamóvil que utilizará nuestro querido Francisco durante su estancia con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (del 23 al 28 de julio). Para los desplazamientos largos, el Papa utilizará un coche cerrado; en los cortos, usará el “papamóvil”, el famoso jeep blanco descubierto en el que lo vemos habitualmente en la plaza de San Pedro durante las audiencias generales. Habrá también un jeep verde de reserva, por si fuera necesario. En las imágenes pueden ver las operaciones de desembarco del “papamóvil” tras su llegada a Brasil.

Fuente:
www.news.va











JMJ 2013 - Resumen de Noticias 17.07.2013 al 24.07.2013


Consagran la Jornada Mundial de la Juventud a la Virgen de Fátima
Monseñor Oraní João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, Brasil, invitado especialmente por el obispo portugués de Leiria, monseñor Antonio Marto, presidirá este año la mayor de las celebraciones anuales del Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal: la Peregrinación Internacional por el aniversario de las apariciones del 13 de mayo de 1917. 

Sobre el porqué de consagrar la Jornada Mundial de la Juventud a la Virgen, el arzobispo explicó que "evidentemente nosotros no consagramos la entidad", sino "a la juventud que participará en ella, de manera que escuchando el mensaje de Fátima sienta a esta Madre muy presente en su vida y viva realmente todo este mensaje que es un llamado a la conversión y al cambio”

Vía Crucis de Copacabana y los males que aflige a la sociedad actual
El Comité Organizador Local de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, presentó la celebración del Vía Crucis que se llevará a cabo el 26 de julio en Copacabana, con el Papa Francisco. Tendrá un lenguaje actual, y se referirá a cuestiones de extrema importancia para la juventud, con las 14 estaciones que describen el sufrimiento de Cristo y los males que afligen a la sociedad de hoy; se trata de una presentación original del doloroso recorrido que antecede a la Crucifixión.

Jóvenes judíos, católicos y musulmanes reunidos en la JMJ
Entre las actividades oficiales de la Jornada Mundial de la Juventud, un momento inédito en la historia de las Jornadas: jóvenes judíos, católicos y musulmanes, unidos en un encuentro el día 21 de julio, en la Universidad Católica de Río de Janeiro. Cerca de 200 líderes de las tres principales religiones monoteístas del mundo se reunirán y presentarán, además del perfil de su religión, las acciones concretas que han seguido en el camino del diálogo interreligioso.

El Papa Francisco inaugurará la Capilla de los Apóstoles en Aparecida
A pocos kilómetros al norte de Río de Janeiro, en el santuario de Nuestra Señora Aparecida, el papa Francisco inaugurará, el 22 de julio, la Capilla de los Apóstoles, donde está la imagen original de Nuestra Señora Aparecida.

Lanzaron una radio online para seguir la JMJ
Oleada Joven, la red social creada por Radio María Argentina, lanzó la semana pasada la “JMJ Radio”, la primera emisora online. A través de testimonios con las experiencias de anteriores ediciones de estas jornadas, mensajes de Juan Pablo II y Benedicto XVI a los jóvenes participan, y los anhelos y expectativas de quienes se preparan a vivir la próxima JMJ y otros contenidos. Se la puede sintonizar a través de www.oleadajoven.org.ar las 24 horas.

Fuente citada:
www.aica.org 

Síntesis de la Encíclica Lumen Fidei - Primera Parte

Como toda encíclica, la recientemente publicada “Lumen Fidei” del Papa Francisco ofrece muchísimos aspectos para la meditación y la formación del cristiano de cara a los tiempos actuales. 

A lo largo de toda la encíclica encontramos referencias a la tensión entre individualismo y comunión, entre encierro en el propio yo y encuentro con Dios y con los otros, entre vínculos humanos por interés y vínculos verdaderos de fraternidad.

Podemos ofrecer una síntesis y luego un desarrollo de estos pasajes tan significativos:

La fe saca de la idolatría de las propias seguridades y nos abre al “encuentro” con un amor que nos perdona y transforma

La fe nos saca de la dispersión de los ídolos y nos ofrece el camino seguro del amor de Dios

Ante el desafío del individualismo, la fe supone fiarse de un mediador que ensancha la propia experiencia

La salvación no viene de las propias obras, sino de la bondad de Dios que obra en nosotros

La fe ensancha el yo para que sea habitado por Dios

La fe no es algo privado e individual, es eclesial porque es participación en el cuerpo de Cristo

La fe ofrece una verdad grande, que orienta la existencia y se comparte con otros, por sobre las pequeñas verdades individuales

La fe se transmite a través de la relacionalidad y de la confianza, a través de una “memoria más grande”

Veamos cómo se presentan estos aspectos:

La fe saca de la idolatría de las propias seguridades y nos abre al “encuentro” con un amor que nos perdona y transforma: La primera aparición del tema del individualismo la encontramos en el número 13, cuando habla de la “idolatría” como opuesta a la fe. Así nos dice Francisco: “En lugar de tener fe en Dios, se prefiere adorar al ídolo, cuyo rostro se puede mirar, cuyo origen es conocido, porque lo hemos hecho nosotros. Ante el ídolo, no hay riesgo de una llamada que haga salir de las propias seguridades, porque los ídolos « tienen boca y no hablan » (Sal 115,5). Vemos entonces que el ídolo es un pretexto para ponerse a sí mismo en el centro de la realidad, adorando la obra de las propias manos” (LF 13).

La fe nos saca de la dispersión de los ídolos y nos ofrece el camino seguro del amor de Dios: Y aparece aquí una de las categorías fundamentales que propone el Papa, la de “encuentro”, que ya podemos encontrar en el Nro. 1 de la encíclica de Benedicto XVI Deus Caritas Est. Dice el Papa en Lumen Fidei: “La fe, en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría; es separación de los ídolos para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal”. Y sigue: “La fe consiste en la disponibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos”.

Ante el desafío del individualismo, la fe supone fiarse de un mediador que ensancha la propia experiencia: Otra nota que el Papa enfatiza es que la fe responde al desafío del individualismo: “Desde una concepción individualista y limitada del conocimiento, no se puede entender el sentido de la mediación, esa capacidad de participar en la visión del otro, ese saber compartido, que es el saber propio del amor” (LF 14). “El acto de fe individual se inserta en una comunidad, en el « nosotros » común del pueblo que, en la fe, es como un solo hombre” (LF 14). 

La salvación no viene de las propias obras, sino de la bondad de Dios que obra en nosotros: “La fe es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación”. No ponerse a uno en el centro, sino confiar en la salvación que viene de Dios: El Papa volverá sobre el tema de “ponerse a uno mismo en el centro”, cuando comenta la “polémica de san Pablo con los fariseos, la discusión sobre la salvación mediante la fe o mediante las obras de la ley”. En el Nro. 19 el Papa explica que “lo que san Pablo rechaza es la actitud de quien pretende justificarse a sí mismo ante Dios mediante sus propias obras. Éste, aunque obedezca a los mandamientos, aunque haga obras buenas, se pone a sí mismo en el centro, y no reconoce que el origen de la bondad es Dios”. 

Para el Papa, “quien obra así, quien quiere ser fuente de su propia justicia, ve cómo pronto se le agota y se da cuenta de que ni siquiera puede mantenerse fiel a la ley. Se cierra, aislándose del Señor y de los otros, y por eso mismo su vida se vuelve vana, sus obras estériles, como árbol lejos del agua”. En cambio, “la salvación comienza con la apertura a algo que nos precede, a un don originario que afirma la vida y protege la existencia. Sólo abriéndonos a este origen y reconociéndolo, es posible ser transformados, dejando que la salvación obre en nosotros y haga fecunda la vida, llena de buenos frutos” (LF 19).

La fe ensancha el yo para que sea habitado por Dios: a lo largo de todo el texto, el Papa remarca que la fe ensancha el yo para que sea habitado por Dios: “El creyente es transformado por el Amor, al que se abre por la fe, y al abrirse a este Amor que se le ofrece, su existencia se dilata más allá de sí mismo” (LF 21). “En la fe, el « yo » del creyente se ensancha para ser habitado por Otro, para vivir en Otro, y así su vida se hace más grande en el Amor. En esto consiste la acción propia del Espíritu Santo. El cristiano puede tener los ojos de Jesús, sus sentimientos, su condición filial, porque se le hace partícipe de su Amor, que es el Espíritu” (LF 21).

La fe no es algo privado e individual, es eclesial porque es participación en el cuerpo de Cristo: dice el Papa que “la fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio” (LF 22). Por eso, “la imagen del cuerpo no pretende reducir al creyente a una simple parte de un todo anónimo, a mera pieza de un gran engranaje, sino que subraya más bien la unión vital de Cristo con los creyentes y de todos los creyentes entre sí (cf. Rm 12,4-5). Los cristianos son « uno » (cf. Ga 3,28), sin perder su individualidad, y en el servicio a los demás cada uno alcanza hasta el fondo su propio ser” (LF 22).

La fe ofrece una verdad grande, que orienta la existencia y se comparte con otros, por sobre las pequeñas verdades individuales: el Papa denuncia que en la cultura contemporánea sólo se acepta la “verdad tecnológica” y las “verdades del individuo, que consisten en la autenticidad con lo que cada uno siente dentro de sí, válidas sólo para uno mismo, y que no se pueden proponer a los demás con la pretensión de contribuir al bien común” (LF 25). Así, en esta cultura “la verdad grande, la verdad que explica la vida personal y social en su conjunto, es vista con sospecha”. Ante esta situación, el Papa denuncia: “podemos hablar de un gran olvido en nuestro mundo contemporáneo. En efecto, la pregunta por la verdad es una cuestión de memoria, de memoria profunda, pues se dirige a algo que nos precede y, de este modo, puede conseguir unirnos más allá de nuestro « yo » pequeño y limitado. Es la pregunta sobre el origen de todo, a cuya luz se puede ver la meta y, con eso, también el sentido del camino común” (LF 25).

Para responder a esa verdad grande, el Papa señala que La fe se transmite a través de la relacionalidad y de la confianza, a través de una “memoria más grande”: “Sólo en cuanto está fundado en la verdad, el amor puede perdurar en el tiempo, superar la fugacidad del instante y permanecer firme para dar consistencia a un camino en común. Si el amor no tiene que ver con la verdad, está sujeto al vaivén de los sentimientos y no supera la prueba del tiempo. El amor verdadero, en cambio, unifica todos los elementos de la persona y se convierte en una luz nueva hacia una vida grande y plena. Sin verdad, el amor no puede ofrecer un vínculo sólido, no consigue llevar al « yo » más allá de su aislamiento, ni librarlo de la fugacidad del instante para edificar la vida y dar fruto” (LF 27).

La fe nos llega por un entramado de relaciones, por una “memoria más grande”: en el capítulo dedicado a la transmisión de la fe, el Papa vuelve sobre el tema y nos dice: “Si el hombre fuese un individuo aislado, si partiésemos solamente del « yo » individual, que busca en sí mismo la seguridad del conocimiento, esta certeza sería imposible. No puedo ver por mí mismo lo que ha sucedido en una época tan distante de la mía. Pero ésta no es la única manera que tiene el hombre de conocer. La persona vive siempre en relación. Proviene de otros, pertenece a otros, su vida se ensancha en el encuentro con otros. Incluso el conocimiento de sí, la misma autoconciencia, es relacional y está vinculada a otros que nos han precedido: en primer lugar nuestros padres, que nos han dado la vida y el nombre” (LF 38). 

Y agrega: “El conocimiento de uno mismo sólo es posible cuando participamos en una memoria más grande. Lo mismo sucede con la fe, que lleva a su plenitud el modo humano de comprender” (LF 38). La expresión “memoria” es otra de las claves de comprensión de la encíclica, clave que nos adentra en la relacionalidad del ser humano a través de las generaciones. Es imposible creer cada uno por su cuenta: nuevamente vuelve el Papa contra el individualismo en la fe, cuando dice: “Es imposible creer cada uno por su cuenta. La fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad del creyente, no es una relación exclusiva entre el « yo » del fiel y el « Tú » divino, entre un sujeto autónomo y Dios.  Por su misma naturaleza, se abre al « nosotros », se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia” (LF 39). 

“Es posible responder en primera persona, « creo », sólo porque se forma parte de una gran comunión, porque también se dice «creemos». Esta apertura al « nosotros » eclesial refleja la apertura propia del amor de Dios, que no es sólo relación entre el Padre y el Hijo, entre el « yo » y el « tú », sino que en el Espíritu, es también un « nosotros », una comunión de personas. Por eso, quien cree nunca está solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegría con otros” (LF 39).

martes, 9 de julio de 2013

¿Cuántos viajes hizo Jesús al extranjero? - Segunda Parte

El tercer viaje al extranjero Jesús lo hizo por tierra, y su primera parada fue la ciudad de Tiro (Mc 7,24), a 60 kilómetros de Cafarnaúm. Al llegar allí, “no quería que nadie lo supiese”. Pero de improviso se le presentó una mujer fenicia con su hijita enferma, y le suplicó que la curara. Jesús se negó, explicándole que él había venido a ayudar a los judíos, no a los paganos. Pero la mujer le replicó que el pan de Dios es abundante, y que alcanza para todos, incluidos los paganos. Al escuchar estas palabras, Jesús aceptó curar a la niña.

Con este milagro, Marcos nuevamente quiso mostrar a sus lectores la igualdad de judíos y paganos. En efecto, el segundo milagro de Jesús en tierra judía había sido la curación de una mujer (Mc 1,29-31); también ahora, el segundo milagro a los paganos es en beneficio de una mujer. Pero hay más. La forma como Marcos presenta el encuentro de Jesús y la fenicia es una joya de la catequesis, ya que describe la actitud de la Iglesia primitiva ante la evangelización de los paganos. En efecto:

a) que Jesús y sus discípulos fueran a Tiro de manera velada, sin que nadie lo supiera, refleja la cautela con la que la Iglesia primitiva empezó moviéndose en medio de los paganos, como no queriendo despertar expectativas entre ellos;

b) la súplica del milagro que hace la mujer fenicia, muestra la necesidad que tenían los paganos de recibir el Evangelio;

c) la negativa de Jesús, expresa las objeciones que los primeros cristianos ponían para no predicar a los paganos: él había venido únicamente para los judíos;

d) la réplica de la mujer a Jesús, es el argumento en el que se basaba la misión a los paganos: el Evangelio alcanza para todos;

e) la curación de la niña por Jesús, enseña que el mismo Jesús habría querido que su mensaje de salvación llegara a los paganos;

f) finalmente, la manera casi impensada en que la mujer se encuentra con Jesús, describe cómo la evangelización a los paganos, emprendida por la Iglesia, no fue fruto de un programa previamente calculado, sino que los acontecimientos se desencadenaron de forma inesperada, y terminaron rompiendo las barreras que separaban a judíos de paganos.

De Tiro, Jesús se dirige a la Decápolis, segunda etapa de su viaje. Le presentaron entonces a un sordomudo. Este hombre simbolizaba de manera perfecta la situación en la que se hallaban los paganos en aquel tiempo: sin poder escuchar a Dios, ni hablar con él, porque no se les predicaba el Evangelio. Jesús tocó el oído del enfermo con sus dedos, le puso saliva en la lengua, y lo curó. Los acompañantes, al ver semejante prodigio, salieron a predicar por todas partes la buena noticia de lo que Jesús había hecho (Mc 7,31-37).

Con esta nueva acción, Jesús va abriendo progresivamente el terreno de la evangelización en territorio extranjero. El ex endemoniado de Gerasa, curado en el primer viaje, había quedado en tierras paganas pregonando lo que Jesús había hecho con él. Ahora ya no es sólo el enfermo curado, sino todos los compañeros y amigos del sordomudo, los que se vuelven predicadores. Han comprendido quién es Jesús, y saben anunciarlo como aquél que abre los oídos para escuchar a Dios, y ofrece palabras para poder responderle.

El último milagro de este tercer viaje es la multiplicación de los panes. Después de curar al sordomudo, Jesús se vio rodeado por una muchedumbre con hambre. Sus discípulos sólo pudieron reunir 7 panes. Jesús entonces hizo sentar a la gente en la hierba, dio gracias a Dios, y entregó los panes para que fueran repartidos, junto con unos peces. Así, unas 4.000 personas pudieron comer aquella tarde, y hasta sobraron 7 canastas con pan (Mc 8,1-10). ¿Qué sentido tiene este milagro? Marcos ya había contado una primera multiplicación de panes, pero en territorio judío (Mc 6,30-44). Y como este milagro representaba la eucaristía, la Iglesia primitiva corría el peligro de pensar que sólo los judíos estaban invitados a ella. Por eso ahora el evangelista relata una segunda multiplicación de panes, esta vez en territorio pagano, para señalar que también los paganos estaban invitados a participar de la comunión con Jesús.

Este tercer viaje al extranjero resulta, pues, de enorme importancia teológica para san Marcos. Porque mientras los paganos eran despreciados en el mundo judío, y mirados con recelo en las comunidades cristianas, el evangelista Marcos enseña a sus lectores que los paganos se merecen no sólo la salud (como la niñita fenicia), y la palabra divina (como el sordomudo curado), sino también el pan de la eucaristía, signo y anuncio de la “comida de salvación”, a la que también ellos estaban invitados, para encontrarse con Jesús.

Después de la multiplicación de los panes termina el tercer viaje, y Jesús regresa con sus discípulos a la región de Dalmanutá” (Mc 8,10). Casi inmediatamente, Marcos refiere el cuarto viaje. Dice que Jesús y sus discípulos partieron de Dalmanutá y se fueron “a la orilla opuesta” (Mc 8,13). De nuevo se encuentran los discípulos en la barca con Jesús. Pero ahora no hay tormentas ni viento en contra. Esta vez el peligro se halla dentro de la misma barca: los discípulos van preocupados. Es como si cada vez que viajaran hacia territorio pagano, les invadiera el miedo. Entonces Jesús aprovecha para darles una enseñanza: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y la levadura de Herodes” (Mc 8,15).

Los discípulos no entienden estas palabras, pero los lectores sí entendemos: la levadura de los fariseos es la mentalidad cerrada, opresiva, apegada a la Ley judía, propia de los grupos más conservadores de la Iglesia de aquel tiempo; y la levadura de Herodes es la mentalidad autoritaria, opresora, dominante, propia de algunos dirigentes de aquella época. Si esa mentalidad se mete en la barca de la Iglesia, dice Jesús, se puede estropear el pan de las dos multiplicaciones que él había realizado (Mc 8,19-21), es decir, el esfuerzo de unir a los dos pueblos (judíos y paganos) en uno solo.

Cuando desembarcaron en Betsaida, le presentaron a Jesús un ciego para que lo curara. Jesús lo llevó fuera de la aldea, le puso saliva en los ojos, impuso sus manos y le preguntó: “¿Ves algo?” El ciego respondió: “Sí, veo a los hombres como árboles que caminan”. Jesús volvió a poner sus manos sobre los ojos, y esta vez el ciego quedó completamente curado (Mc 8,22-26).

Este milagro resulta muy extraño. Es como una curación en varias etapas, donde Jesús, con paciencia y cuidado, tuvo que imponer las manos, preguntar, escuchar, volver a intentar, hasta que al final el ciego pudo ver bien. Pero no es que a Jesús sus poderes le hubieran funcionado mal. Marcos, con la genialidad que lo caracteriza, quiso mostrar el cuidado que la Iglesia primitiva debió tener para recibir a los paganos en su seno. Ellos no siempre estaban en condiciones de aceptar la fe inmediatamente; por eso había que enseñarles con paciencia, escucharlos, preguntarles, hasta que pudieran abrir los ojos, descubrir a Cristo, y mirar la vida de otra manera. Así, curando al ciego de Betsaida, Jesús volteó el último prejuicio de separación que quedaba con los extranjeros.

La segunda etapa de este cuarto viaje fue la ciudad de Cesaréa de Filipo, 25 kilómetros más al norte. La localidad era famosa por el culto al dios griego Pan, protector de los pastores. Toda la ciudad estaba llena de recuerdos de esta divinidad. Además, en la falda de un cerro cercano el rey Herodes había hecho construir en el año 19 a.C. un templo al emperador Augusto, de 20 metros de largo y altas murallas. Y al oriente del templo se erguía otro santuario, dedicado a las ninfas, divinidades de los ríos y los bosques, porque cerca de allí nacía el río Jordán. Una ciudad, pues, cargada de resonancias paganas.

Justamente en este lugar, dice Marcos, Jesús pregunto a sus discípulos mientras caminaban por la calle: “¿Qué opinan ustedes de mí?” Y Pedro respondió: “Tú eres el Mesías”. Resulta sorprendente que aquí, en medio de tantos santuarios paganos y recuerdos idólatras, Jesús arrancara a Pedro su más grande confesión de fe. Un magnífico detalle de Marcos, que pretende recalcar cómo incluso en medio de un ambiente pagano, rodeado de cultos extraños, es posible conservar la fe y creer en Jesús. Los paganos, aunque vivían en una tierra impura, no por eso tenían una fe contaminada. Se puede confesar a Jesús aun en tierra extranjera. Fue el último gesto de Marcos hacia los paganos, a quienes les dedicó con amor e inteligencia, su precioso Evangelio. Durante su vida, Jesús nunca predicó a los paganos. Todo su tiempo lo invirtió en su patria, y en la prédica a los judíos. Pero después de su muerte el Evangelio empezó a anunciarse también a los paganos, que pronto sintieron simpatía por el cristianismo.

Los cristianos deberíamos imitar a Marcos, y tomar conciencia de que Dios también quiere llegar a cuantos hoy se sienten excluidos de la institución eclesial por diversas razones. Ojalá pronto abandonemos la cerrazón pastoral y busquemos nuevos caminos de acercamiento a los grupos considerados disidentes, heterodoxos, impuros o pecadores. Aunque suene inaudito y parezca sacudir nuestros cimientos eclesiales, la barca de Jesús es para eso. Para salir de nuestro encierro eclesial, y marchar con él en nuevos viajes al exterior.

Ariel Álvarez Valdés
Biblista

Martini, el más sensual de los cócteles

Famoso por tiempo inmemorable, el Martini es el trago más glamuroso, chic, versátil y sensual de todos, con una historia tan interesante como sus variaciones que inspiran a beberlo en compañía.

Es bueno descubrir historias detrás de los nombres de los cócteles y así 'beber' la inspiración de quien creó un elixir. En el caso del Martini, hay varias versiones de su origen y fecha de inicio.

Algunos enólogos, como el peruano Jaime Ariansen Céspedes, dicen que el primer experimento comenzó en Holanda en el año 1500 para crear una bebida medicinal compuesta de enebro y el zumo de bayas destiladas, maceradas en aguardiente. La llamaron 'ginebra' y tuvo muy buena aceptación.

Otras teorías lo ubican en Italia, donde se mezcló ginebra con vermú, e Inglaterra, donde dicen adoptó su nombre del rifle Martini & Henry usado por el ejército británico, que daba un disparo seco, limpio y certero como el trago.

En América, varias ciudades de Estados Unidos se disputan su paternidad. Por ejemplo, a principios del Siglo XX en Nueva York, un barman de apellido Martini que trabajaba en el hotel Knickerbrocker, inventó la mezcla para ofrecer a sus clientes un aperitivo seco. Mezcló mitad de ginebra y mitad de vermú con unas gotas de naranja; enfrió su fórmula y la sirvió en una copa triangular helada, que con el tiempo derivaría en la imagen con la aceituna.

Otra leyenda data de fines del Siglo XIX en la ciudad de Martínez, California, donde un rico minero ofreció una recompensa  de oro al bar de Julio Richelieu a cambio de un estupendo cóctel. El minero eligió como ganadora a una mezcla de 3 partes de gin y una de vermú rojo con una aceituna adentro, y la  bautizó 'Martínez' en honor a la ciudad, que en ese entonces era un pueblo.

San Francisco no se queda atrás. Hace muchos años un barman acostumbraba poner a sus tragos un nombre relacionado con el cliente para quien lo había preparado. Un día una persona salió muy contenta por una mezcla de ginebra con vermú que el cantinero le había preparado.

Este no sabía su nombre pero sí que se dirigía al pueblo californiano de Martínez, así que bautizó su trago como 'Martínez', que en inglés suena como marteenee. Cada primavera, los habitantes de la bahía de San Francisco festejan en honor a su 'Dry Martini'.

Además, este cóctel ha sido -y es- tan popular que tuvo sus adeptos en el mundo del entretenimiento, de las artes y la política.

Deán Martin
Este actor, cuyo verdadero nombre era Paul Dino Crocetti, formó la exitosa dupla con el cómico Jerry Lewis durante las décadas del 50 y 60 en Las Vegas. Tuvieron tanto éxito que los diseñadores de imagen sugirieron ponerle una copa de Martini en su mano, que además le iba perfecto con su nombre artístico. Ese cóctel y el cigarro fueron su marca registrada.

James Bond
El seductor espía de ficción creado por Ian Fleming no pierde ocasión para pedir su trago predilecto en casi todas las películas, más aún si la que lo sirve es una hermosa azafata, como en el filme 'Another Day to Die'.

Franklin D. Roosevelt
El ex presidente de los Estados Unidos (1933-1945) derogó la ley seca en 1933 y salió a brindar públicamente con un Martini. Se dice que a veces le agregaba un poco de anís o jugo de naranja.

Ernest Hemingway
Al célebre escritor y periodista le gustaba que su Martini tuviera 15 medidas de gin por una de vermú. Lo llamaba  'Montgomery', en alusión al militar británico aliado durante la Segunda Guerra Mundial, de quien se decía no entraba en combate si su ventaja no era de quince a uno respecto al enemigo.

MERCEDES SOSA

Mercedes Sosa también conocida como “La Negra”, nació el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, Argentina. Ya desde pequeña mostraba sus dotes artísticas, pues cantaba y bailaba danzas folklóricas. A la edad de 15 años, participa con el seudónimo de Gladys Osorio en el concurso organizado por la radio “LV12 de Tucumán”, y lo gana. Posteriormente, durante dos meses trabajó cantando para esta misma emisora. Mercedes Sosa era descendiente de franceses y diaguitas. En 1950, a los quince años, ganó un concurso musical organizado por una estación de radio local y la contrataron durante dos meses.

Junto con su primer marido, Manuel Oscar Matus y Armando Tejada Gómez, con el que tuvo un hijo, fueron intérpretes clave del movimiento de la nueva canción desarrollado a mediados de los años 1960 (que fue llamado Movimiento del Nuevo Cancionero en Argentina). Luego de publicar su primer disco en 1961 (La voz de la zafra, RCA LXA-7009), que pasó desapercibido, graba un segundo álbum en 1965, Canciones con fundamento, que también pasó desapercibido. Por esa época lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez inmortalizando canciones como "Tristeza" de los Hermanos Núñez. En 1967, hizo una exitosa gira por los Estados Unidos y Europa. En los años subsiguientes, continuó actuando y grabando, extendiendo su repertorio hasta incluir material de toda América Latina.

Mercedes Sosa junto a los autores de la Cantata Sudamericana, Félix Luna (de pie) y Ariel Ramírez (al piano). A comienzo de los años 1970, publicó dos álbumes conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna: Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas. También hizo un tributo a la poetisa chilena Violeta Parra. Simpatizante de Perón en su juventud, apoyó las causas de izquierda a lo largo de su vida. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país a pesar de la represión y del hecho de que sus discos fueran prohibidos, hasta que en 1979, en un concierto en La Plata, fue cacheada y detenida en el propio escenario y el público asistente arrestado. Se exilió entonces en Paris y después en Madrid. Poco antes había muerto su segundo marido.

Volvió a la Argentina en 1982, poco después de que el régimen militar se viera obligado a iniciar el traspaso del poder a un gobierno civil, tras la Guerra de Malvinas. En esa ocasión realizó una serie de conciertos históricos a sala repleta en el Teatro Ópera de Buenos Aires, que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez de un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional. La actuación fue registrada en un doble álbum que constituyó un éxito de ventas y un de los discos destacados de la historia musical del país.

Como productora, organizó uno de los espectáculos más importantes presentados en la Argentina: "Sin Fronteras", que reunió en el estadio Luna Park de Buenos Aires: las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa, además de la propia Mercedes. Durante los años siguientes continuó dando recitales exitosos dentro y fuera de Argentina, actuando en estadios y en los escenarios mas grandes y prestigiosos como el Lincoln Center, el Carnegie Hall donde recibió una ovación de 15 minutos, el Mogador de París y el Concertegebuw de Ámsterdam, el Teatro Colón de Buenos Aires, en el coliseo romano, entre otros escenarios internacionales.

En 1992 cantó en la Quinta Vergara, de Viña del Mar y en el Estadio Chile, de Santiago. Fueron tres actuaciones cargadísimas de emociones y en 1993 vuelve nuevamente para intervenir en el Festival Internacional de Viña del Mar. representó a las voces de la Argentina y América, en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano. Fue la más aplaudida en ese espectáculo realizado para el Vicariato de Roma y el papa Juan Pablo II. Siguió siempre ampliando su repertorio, y grabando en varios estilos. Fue convocada por artistas internacionales como Luciano Pavarotti, Sting, Lucio Dalla, Nana Mouskouri, Joan Baez, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Alfredo Kraus, Pablo Milanés, Milton Nascimento, Caetano Veloso, Chico Buarque, Gal Costa, Gian Marco, Konstantin Wecker, Nilda Fernández, Pata Negra, David Broza, Luz Casal, Cecilia Todd, Ismael Serrano entre otros.

También colaboró, en diversas oportunidades, con músicos argentinos de la talla de Atahualpa Yupanqui, Charly García, Roberto Goyeneche, Ariel Ramírez, Fito Páez, León Gieco, Víctor Heredia, Pedro Aznar, Antonio Tarragó Ros, Alberto Cortez, Los Chalchaleros, Piero, Teresa Parodi, Rodolfo Mederos David Lebón, Julia Zenko, etc. De los reconocimientos que ha recibido sobresale el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO.el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.

También el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. También recibió otra distinción, esta vez del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Ese año fue además incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas.

Fue condecorada con honores en el año 2005 por el "Honorable Senado de la Nación Argentina" con el premio "Sarmiento" en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de Derechos Humanos. Así también se alzó con varias estatuillas en los Grammy Latinos y los Premios Gardel. Últimamente se desempeñaba como Embajadora de buena voluntad de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe. Luego de varios días de internación falleció el 4 de octubre de 2009 y sus restos fueron velados en el Congreso Nacional de la Argentina. Personalidades políticas encabezadas por la presidente de la Nación, ministros, religiosos, artistas que tuvieron que ver con ella a lo largo de su vida y una multitud de personas visitaron en el Salón de los pasos perdidos su féretro.

Al lunes siguiente se decretó duelo nacional por tres días, y una multitud acompañó o saludó con flores a su paso al cortejo fúnebre hacia el cementerio de la Chacarita, donde su cuerpo fue cremado según su deseo para repartir sus cenizas en tres lugares amados por ella: Tucumán, Mendoza, y la ciudad de Buenos Aires.

miércoles, 3 de julio de 2013

¿Cuántos viajes hizo Jesús al extranjero? - Primera Parte

Jesús dijo una vez que Él había venido sólo a predicar a los judíos, no a los paganos (Mt 15,24). Y a sus discípulos les pidió que hicieran lo mismo (Mt 10,5; 10,23). Sin embargo, el Evangelio de Marcos relata cuatro viajes de Jesús al extranjero para predicar a los paganos. ¿Por qué aparecen estos extraños viajes? ¿Qué lugares dice Marcos que visitó Jesús? ¿Qué actividades desarrolló en ellos? Los Evangelios, como sabemos, no son relatos estrictamente históricos de la vida de Jesús. El hecho, pues, de que Marcos lo presente tantas veces viajando fuera del territorio de Israel tiene una intención teológica: mostrar el interés de Jesús también por los paganos, y no sólo por los judíos.

¿Pero por qué Marcos necesitaba recalcar el aprecio de Jesús hacia los paganos? Porque su Evangelio estaba dirigido justamente a una comunidad de origen pagano; y sus lectores no se habrían sentido muy contentos si Marcos sólo hubiera expuesto la preocupación del Señor por los judíos. En cambio al narrar varias salidas de Jesús fuera de Israel, dejó en claro que no había venido sólo a salvar a los judíos sino también a los extranjeros.

El primer viaje de Jesús fuera de su patria, según Marcos, lo hizo después de pronunciar el sermón de las parábolas. Entonces dijo a sus discípulos: “Pasemos a la otra orilla” (Mc 4,35). La frase debió de haber sonado aterradora. La “otra orilla” del lago de Galilea era nada menos que tierra extranjera y peligrosa, llena de paganos y de gente impura, a la que ningún judío virtuoso habría osado ir. Pero a pesar del temor que sintieron, no pudieron decir que no. El sermón de las parábolas que habían escuchado los obligaba a salir de su comodidad para ir a sembrar, del otro lado del mar, la Palabra de Dios. De modo que subieron a la barca.

Ya el viaje comenzó mal. Apenas salieron se desató una terrible tormenta que amenazó con hundir el barco (Mc 4,35-41). El pánico se apoderó de los discípulos, que estuvieron a punto de hundirse. Pero Jesús, que iba con ellos, calmó la tormenta, y así les mostró que mientras viajaran con él jamás debían temer enfrentar lo desconocido.
En cuanto desembarcaron, en la ciudad de Gerasa, les salió al encuentro un endemoniado (Mc 5,1-21). Era un hombre violento, que vivía entre los sepulcros, con una fuerza extraordinaria, capaz de romper las cadenas con que lo ataban, y que se automutilaba con piedras. Jesús se le acercó, y luego de un breve diálogo con él lo curó de su enfermedad. Al verse sano, el ex endemoniado quiso quedarse con Jesús, pero él le ordenó que volviera a su casa, y contara allí lo que le había sucedido. Inmediatamente Jesús emprendió el regreso a su país.

Este primer viaje, con la curación del poseído, constituye un precioso detalle del evangelista Marcos. En efecto:

a) el primer milagro que Jesús había hecho en tierra judía, era justamente la curación de un endemoniado (Mc 1,23-28). Ahora, el primer milagro que hace en tierra extranjera es también la curación de un endemoniado;

b) el endemoniado judío, al ver a Jesús lo reconoce, entra en crisis y dialoga brevemente con él. También el endemoniado pagano al ver a Jesús lo reconoce, entra en crisis y dialoga brevemente con él;

c) después de curar al endemoniado judío, la fama de Jesús se extendió por toda la región. Después de curar al endemoniado pagano, también la fama de Jesús se extendió por toda la región;

d) en territorio judío, la misión de Jesús había sido preparada por un predicador (Juan el Bautista) que vivía en el desierto (Mc 1,2-5). En territorio pagano, la misión de Jesús también es ahora preparada por un predicador (el ex endemoniado) que vivía en el desierto; Marcos, pues, se basó en el primer milagro de Jesús a un judío, para componer el primer milagro a un pagano. Así podía mostrar que, para Dios, tanto unos como otros eran objetos de su amor y de sus cuidados.

El segundo viaje de Jesús al exterior lo realizó después de multiplicar los panes (Mc 6,45-53). Jesús ordenó nuevamente a sus discípulos embarcarse “a la otra orilla”, a la ciudad de Betsaida, mientras él se quedaba en la orilla rezando. En cuanto partieron, se desató sobre el lago un fuerte viento que impidió avanzar a la barca de los discípulos. Entonces, en medio de la oscuridad de la noche, apareció Jesús caminando sobre las aguas. Ellos se asustaron y empezaron a gritar, creyendo que era un fantasma. Pero en cuanto Jesús subió a la barca con ellos, el viento se calmó. Y la barca terminó atracando en la ciudad de Genesaret, es decir, otra vez en territorio judío.

El segundo viaje, pues, terminó en un fracaso. La causa fue el miedo, que paralizó a los discípulos. También en el primer viaje habían sentido miedo, pero al menos habían recurrido a Jesús. Esta vez ni siquiera lo reconocieron cuando estuvo a su lado, ni acudieron a él. Marcos quiso enseñar así a sus lectores, que la evangelización a los paganos sin Jesús, es decir, sin sus métodos, su doctrina, su visión del mundo y del hombre, estaba condenada al fracaso.

Para ayudar a esta misión, un autor llamado Marcos compuso su Evangelio. Sin embargo, se dio cuenta de que un Jesús encerrado en su país, y predicando sólo a judíos, no resultaría atractivo para sus lectores. Además, no habría hecho justicia a las intenciones del mismo Jesús, quien de algún modo quiso también llegar con su prédica a todos los hombres, aunque no tuviera tiempo de hacerlo durante su vida.

Por eso al componer su libro, Marcos presentó a Jesús rompiendo las fronteras del judaísmo y viajando al exterior para anunciar la Buena Noticia con sus milagros y enseñanzas. Mediante esta original forma de presentar a Jesús, supo conquistar el corazón de los paganos, los excluidos del sistema religioso y social, y hacerlos entrar en la Iglesia. Porque nunca dudó de que ésa era la voluntad original del Señor.

Ariel Álvarez Valdés
Biblista