miércoles, 18 de diciembre de 2013

SAN LORENZO

San Lorenzo (mártir), uno de los diáconos de la iglesia romana, fue una de las víctimas de la persecución de Valeriano en el año 258, al igual que lo fueron el Papa Sixto II y muchos otros clérigos romanos. A comienzos del mes de agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos. Esta orden imperial se ejecuto inmediatamente en Roma. El 6 de agosto, el Papa Sixto II fue capturado en una catacumba y ejecutado de inmediato. Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, fueron ejecutados el mismo día.

En el calendario romano de fiestas del siglo IV su fiesta coincide con dicha fecha. Cuatro días más tarde, el 10 de agosto del mismo año, Lorenzo, el último de los siete diáconos, también sufrió la muerte de un mártir. La muerte de este santo mártir es en esa fecha según el calendario de Filocalo para el año 354.

Desde el siglo IV, San Lorenzo ha sido uno de los mártires más venerados de la iglesia romana. Constantino el Grande fue el primero en erigir un pequeño oratorio sobre el lugar donde fue enterrado. El Papa Pelagio II (579-90) amplió y embelleció el lugar. El Papa Sixto III (432-40) construyó, en la cima de la colina donde fue enterrado, una gran basílica de tres naves cuyo ábside está apoyado en la vieja iglesia.

En el siglo XIII, el Papa Honorio III convirtió los edificios en uno y así es como se encuentra la Basílica de San Lorenzo hoy en día. El Papa San Dámaso (366-84) escribió un panegírico en verso que se grabó en mármol y se colocó sobre su tumba. Dos contemporáneos de este Papa, San Ambrosio de Milán y el poeta Prudencio, dieron detalles concretos sobre la muerte de San Lorenzo. Ambrosio relata cuando se le preguntó a San Lorenzo por los tesoros de la Iglesia, este, hizo comparecer a los pobres entre los que, en lugar de darles limosna, había repartido el tesoro; también contó que cuando se llevaban al Papa Sixto II para ejecutarlo, éste reconfortó a San Lorenzo que deseaba compartir su martirio, diciéndole que le seguiría en tres días.

El santo Obispo de Milán también explica que San Lorenzo fue quemado hasta la muerte en una parrilla de hierro. De igual manera, pero con más detalles poéticos, Prudencio describe el martirio del diácono romano en su himno a San Lorenzo. El encuentro entre San Lorenzo y el Papa Sixto II, cuando éste último iba a ser ejecutado, según el relato de San Ambrosio, no es compatible con los informes contemporáneos sobre la persecución de Valeriano. La forma en que fue ejecutado –quemado en una parrilla de hierro al rojo vivo—también hace surgir importantes dudas. Las narraciones de Ambrosio y Prudencio se basan más en la tradición oral que en escritos. Es bastante posible que entre el año 258 y el final del siglo IV surgieran leyendas populares sobre esté diácono romano tan venerado y que algunas de esas historias hayan sido preservadas por estos dos autores.

En cualquier caso, nosotros carecemos de medios para verificar en fuentes anteriores los detalles que derivan de San Ambrosio y Prudencio, o para establecer hasta que punto esos detalles se basan en la tradición histórica anterior. Probablemente, a principios del siglo VI se crearon otras versiones más completas sobre el martirio de San Lorenzo, y en estas narraciones muchos de los mártires de la Vía Tiburtina y de las dos Catacumbas de San Ciriaca en agro Verano y San Hipólito estaban relacionados de una forma romántica y totalmente legendaria.

Los detalles que se dan en estas Actas sobre el martirio de San Lorenzo y su actividad antes de su muerte carecen de credibilidad. Sin embargo, a pesar de las críticas a las últimas versiones de su martirio, no cabe duda de que San Lorenzo fuera un personaje histórico real ni de que el diácono fue martirizado; tampoco existen dudas sobre el lugar donde ocurrió ni sobre la fecha de su entierro. El Papa Dámaso construyó una basílica en Roma dedicada a San Lorenzo; ésta es la iglesia conocida como San Lorenzo en Dámaso. La iglesia de San Lorenzo en Lucina, también dedicada a este santo, aún existe. El día de San Lorenzo sigue siendo el 10 de agosto (fecha de su muerte). Aparece dibujado con la parrilla de hierro en la que se supone que fue asado hasta la muerte.

Cataluña

Es una comunidad autónoma española considerada como nacionalidad histórica, situada al nordeste de la Península Ibérica. Ocupa un territorio de unos 32.000 km² que limita al norte con Francia (Mediodía-Pirineos y Languedoc-Rosellón) y Andorra, al este con el mar Mediterráneo a lo largo de una franja marítima de unos 580 kilómetros, al sur con la Comunidad Valenciana (Castellón), y al oeste con Aragón (Huesca, Zaragoza y Teruel). Esta situación estratégica ha favorecido una relación muy intensa con los territorios de la cuenca mediterránea y con la Europa continental. Cataluña está formada por las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona. Su capital es la ciudad de Barcelona.

Antes de la formación de Cataluña, su territorio, consistente en una serie de condados fueron parte del patrimonio del rey de Aragón durante la Edad Media, conocido por la historiografía posterior como la Corona de Aragón. Tras la desintegración del Imperio carolingio, el condado de Barcelona, que había formado parte de la Marca Hispánica del Imperio, alcanzó una independencia de facto a finales del siglo X y consiguió agrupar en torno a él, mediante vínculos familiares o de vasallaje, a una parte importante de la actual Cataluña, principalmente los condados de Gerona, Osona, Besalú, Cerdaña y Ampurias. En el siglo XII, el condado de Barcelona y el reino de Aragón se unieron dinásticamente mediante los esponsales acordados entre Ramiro II de Aragón y Ramón Berenguer IV de Barcelona en 1137, por los que el conde barcelonés contraería matrimonio con la futura reina aragonesa Petronila. En el siglo XIV, ya como Principado de Cataluña, tuvo un destacado papel económico en el marco del comercio mediterráneo. Con el declive de la Corona decayó Cataluña, que no volvió a prosperar hasta la industrialización.

A partir del segundo tercio del siglo XIX se desarrolló la Renaixença, un movimiento cultural de recuperación del catalán como lengua de cultura. En las décadas siguientes fue tomando cuerpo el catalanismo político, que se agrupó en partidos como la Liga Regionalista y posteriormente Esquerra Republicana. Tras los primeros proyectos de autogobierno que culminaron primero en la Mancomunidad de Cataluña (1913-1923) y luego en la restauración de la Generalidad de Cataluña y aprobación del Estatuto de autonomía de Cataluña de 1932 durante la Segunda República, la Guerra Civil y el período franquista (1939-1975) supusieron, tanto en Cataluña, como en el resto de España, la anulación de las libertades políticas, que no fueron plenamente recuperadas hasta la Transición democrática y la entrada en vigor de la nueva Constitución española de 1978, en la que se reconoce la existencia de comunidades autónomas dentro de España. Al amparo de la Constitución se aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía en 1979, posteriormente sustituido por el Estatuto de 2006, que tras algunas modificaciones dictadas por el Tribunal Constitucional en 2010, es el actualmente vigente.

En la proposición del nuevo Estatuto de autonomía, el Parlamento de Cataluña aprobó la definición de Cataluña como una nación.50 Sin embargo, ejerciendo sus superiores competencias, el Congreso de los Diputados enmendó esa propuesta y excluyó la definición de nación del articulado del nuevo estatuto (aunque se mantiene una referencia en el Preámbulo a lo que en su día aprobó el Parlamento catalán, del siguiente modo: La Constitución española, en el artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad). Asimismo, los legisladores catalanes, introdujeron otra referencia al carácter nacional de Cataluña amparado por el ordenamiento jurídico vigente se halla en el art.8.1 del Estatuto de Autonomía de 2006, al afirmar que Cataluña, definida como nacionalidad en el artículo 1, tiene como símbolos nacionales la bandera, la fiesta y el himno.

El independentismo catalán cobró fuerza inusitada en el último año y medio, mientras la crisis económica se cebaba con España. La primera gran señal de alerta fue la manifestación gigantesca que recorrió Barcelona en septiembre de 2012 por la conmemoración del Día de Cataluña. Este año la presión callejera se hizo sentir con una cadena humana de un millón de personas entre el valle del Ebro y los Pirineos.

Mas, líder de una coalición liberal de fuertes raíces en la burguesía catalana, intentó a fines de 2012 capitalizar el sentimiento nacionalista: disolvió el gobierno tres años antes de tiempo y convocó a nuevas elecciones con un programa de tinte soberanista. La jugada le salió mal. Retuvo el poder, pero con menos bancas y quedó atado al apoyo de ERC, la expresión más radical del independentismo.

El acuerdo anunciado expresa en parte la necesidad de Mas de mantenerse en el cargo. Sus aliados de izquierda habían amenazado con retirarle el apoyo si no hacía efectiva su promesa de llamar al referéndum en el simbólico 2014, cuando se cumplen 300 años de la fecha en que el nacionalismo conmemora la pérdida a manos de España de las instituciones propias de Cataluña.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El Papa constituye una comisión de lucha contra la pederastia

El papa Francisco ha instituido una comisión específica para prevenir los casos de pederastia en la Iglesia, ha informado este jueves el cardenal de Boston, Sean Patrick O'Malley, en rueda de prensa.

De este modo, el Gobierno de la Santa Sede continúa con la decisión del papa Ratzinger de luchar contra los abusos de menores en el seno de la Iglesia, dijo el cardenal estadounidense, quien aseguró que la comisión instituida por Francisco ha sido propuesta por los cardenales encargados de estudiar la reforma de la Curia.

El conocido como 'G8 vaticano' -el consejo de ocho cardenales instituido por el papa Francisco para asesorarle en su reforma de la Curia- comenzó su segunda ronda de reuniones el pasado 1 de diciembre y el jueves 5 de diciembre, último día de consultas en las que ha participado el pontífice, varios de sus miembros han comparecido en rueda de prensa en el Vaticano.

O'Malley, integrante de este G8, explicó que esta comisión de lucha contra la pederastia en la Iglesia facilitará también ayuda psicológica a las víctimas e investigará los antecedentes penales de los religiosos y religiosas que trabajen con menores. Asimismo informará a la Santa Sede del estado de las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos y junto con las Conferencias Episcopales de todo el mundo sugerirá un plan de medidas a adoptar cuando se den casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica.

Además, deberá seleccionar personal adecuado para llevar a cabo esta lucha contra el abuso sexual de menores, para la protección y la seguridad de los niños y niñas, para gestionar las relaciones de la Iglesia con las víctimas y para asesorarlas legalmente. Otros deberes de la comisión, según anunció O'Malley, serán adoptar directrices y normas de prevención para la protección de los niños, además de crear una serie de programas de formación para el personal que trabaje con menores de edad.

Esta comisión será además la encargada de estudiar a los futuros sacerdotes y propondrá protocolos que indiquen la idoneidad de los hombres para desarrollar un ministerio pastoral, códigos de conducta profesional, controles de sus certificados de antecedentes penales y un estudio psiquiátrico. La Iglesia católica colaborará con las autoridades civiles para señalar y denunciar los casos de abusos sexuales a menores, dijo el arzobispo de Boston.

Así pues, según el cardenal O'Malley, la Santa Sede colaborará con expertos investigadores en métodos de prevención de este tipo de abusos, una colaboración, añadió, que estará guiada por superiores religiosos.

Pese al anuncio del Vaticano, la composición y las competencias de esta nueva comisión serán comunicadas por el propio papa Francisco mediante la emisión de un documento específico.

Los ocho cardenales reunidos en consejo en el Vaticano con el pontífice han continuado estudiando las diversas congregaciones que componen la Curia romana. "Hemos estudiado diversos dicasterios. Comenzamos a hacer algunas recomendaciones, pero nuestro trabajo prácticamente no ha empezado", aseguró O'Malley.

El G8 vaticano está formado por los cardenales Giuseppe Bertello, Francisco Javier Errázuriz Ossa, Oswald Gracias, Reinhard Marx, Laurent Monsengwo Pasinya, Sean Patrick O'Malley, George Pell y Andrés Rodríguez Maradiaga, aunque el papa se reservó la posibilidad de variar su número en el futuro.

El subte porteño cumple 100 años

Dos viejos vagones de madera serán el símbolo de los festejos por los 100 años del subte al cumplirse el aniversario de la inauguración de la Línea A, que le dio impulso a toda la red de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires. Los centenarios coches estarán expuestos en la estación Plaza de Mayo, para que la gente vuelva a estar en contacto con su historia, con la marca de los años y la melancolía que provocaba verlos circular.

Ambos son parte del lote de 96 coches belgas que salieron de circulación en enero del 2013 y que les dieron paso a otros más sofisticados. Fueron restaurados durante meses por un equipo de expertos, que realizaron un trabajo artesanal y puntilloso con el objetivo de mantener su historia intacta. Y serán devueltos a los usuarios, que podrán tenerlos cerca durante una jornada de festejos en la estación Plaza de Mayo. Allí, además de los antiguos vagones, hubo una muestra fotográfica y audiovisual sobre la historia del subte junto a una banda sinfónica de 46 músicos.

De los coches belgas La Brugeoise a los vagones chinos CNR de la actualidad pasaron millones de pasajeros que los utilizaron a diario, entre los que se encontraban personajes de la cultura, la música y de la sociedad en general. Recuerdan los historiadores que los escritores Roberto Arlt y Leopoldo Lugones fueron pasajeros ilustres. Quizás hoy el más reconocido de ellos sea el papa Francisco, que viajaba sentado en los asientos de madera cuando aún era el cardenal Jorge Bergoglio.

La Línea A tiene una rica historia que se inició el 1º de diciembre de 1913 cuando fue inaugurada, pero que comenzó a gestarse en 1898 entre proyectos, leyes y ordenanzas relacionadas con el transporte ferroviario subterráneo, en tiempos en los que aumentaba la cantidad de pasajeros que utilizaban el tranvía.

En las crónicas de los diarios de la época quedó plasmado que el 14 de diciembre de 1913, el primer día habilitado al público, viajaron unas 170.000 personas en la línea A que unía Plaza de Mayo y Plaza Miserere. En ese momento se puso fin a una obra que demandó 26 meses y que había comenzado el 15 de diciembre de 1911, para construir lo que se convirtió en la primera red de subterráneos de América del Sur y la 13a. en el nivel internacional, ya que el servicio sólo funcionaba en ciudades como Londres, Atenas, Berlín, Boston y Nueva York.

Al mismo tiempo que se iniciaba la construcción de los túneles sobre la Avenida de Mayo, asignada a la Compañía de Tranvías Anglo Argentina en 1909, en Bélgica comenzaba la fabricación de los coches de madera que dos años más tarde fueron enviados a la Argentina en barco.

Unos 1500 operarios excavaron 440.000 metros cúbicos de tierra, utilizados luego para rellenar las zonas bajas aledañas al cementerio de Flores y la avenida Vélez Sarsfield. También se usaron 31.000.000 de ladrillos, 108.000 barricas de 170 kilos de cemento, 13.000 toneladas de tirantes de hierro y 90.000 metros cuadrados de capa aisladora.

La primera etapa de la línea, entre Plaza de Mayo y Miserere, fue inaugurada por el presidente de entonces, Roque Sáenz Peña, acompañado por el intendente municipal Joaquín de Anchorena. Cuatro meses después se presentó la ampliación hasta la estación Río de Janeiro y 90 días mas tarde quedó terminado el tramo hasta Primera Junta.

Los últimos y definitivos cambios son contemporáneos, ya que en 2008 se amplió el recorrido con las estaciones Puán y Carabobo, en los barrios de Caballito y Flores. Dicho proyecto de construcción demandó la instalación de vías, la construcción de un centro de potencia, el cableado y la catenaria, la instalación de escaleras mecánicas y ascensores, y el sistema de señales. La línea se completó en 2013 con la inauguración de San José de Flores y de San Pedrito.

El 8 de enero de 2013, Las Brujas, como se los conoce los coches belgas, corrieron por última vez por las vías de la Línea A y pasaron a formar parte del patrimonio histórico, con una protección judicial sobre el lote total, con un proyecto para definir su reutilización.

30 Años de Democracia

Era el 10 de diciembre de 1983. Son las 8.03 y Argentina vive un día histórico. 42 días antes, se había votado a Raúl Alfonsín y esa mañana asumía formalmente la presidencia. No era una mañana cualquiera para nadie. Por un lado, los militares dejaban el Gobierno esperando una amnistía. A su paso, habían dejado la quema de todos los documentos que señalaban cuál había sido el destino de los desaparecidos, siete años de corrupción y una deuda pública multiplicada varias veces.

Del otro lado, estaba la esperanza de millones de argentinos que volvían a disfrutar de la democracia, de libros sin leer, de pensamientos sin expresar, de música que hasta ese momento era imposible de escuchar. Fue por eso que el discurso de Alfonsín fue interrumpido varias veces por lo aplausos y llevó a que durara una hora. A las 9.10, el Himno Nacional se escuchaba por primera vez en más de siete años bajo el símbolo de la democracia.

Era el primer día de Alfonsín como presidente y desde el Congreso, el radical, acompañado por su mujer, fue aclamado hasta Plaza de Mayo, donde una multitud lo esperaba frente a la Casa Rosada. Hasta ese lugar fueron llegando los presidentes de diferentes países que no querían perderse un día de fiesta.

Luego del mediodía vendría otro discurso de Alfonsín, pero esta vez desde los balcones del cabildo.

Estas fueron sus palabras:

“Compatriotas: Iniciamos todos hoy una etapa nueva de la Argentina. Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos toda la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina.

Sabemos que son momentos duros y difíciles, pero no tenemos una sola duda, vamos a arrancar los argentinos, vamos a salir adelante, vamos a hacer el país que nos merecemos. Y lo vamos a poder hacer, no por obra y gracia de gobernantes iluminados sino por esto que la plaza está cantando, porque el pueblo unido jamás será vencido.

Una feliz circunstancia ha querido que este día en que los argentinos comenzamos esta etapa de 100 años de libertad, de paz y de democracia, sea el Día de los Derechos Humanos. Y queremos, en consecuencia, comprometernos una vez más: vamos a trabajar categórica y decisivamente por la dignidad del hombre, al que sabemos hay que darle libertad, pero también justicia, porque la defensa de los derechos humanos no se agota en la preservación de la vida, sino además también en el combate que estamos absolutamente decididos a librar contra la miseria y la pobreza en nuestra Nación.

Este es un saludo nada más, y no hubiera sido completa la fiesta de la democracia argentina –por lo menos para mí- si no hubiera contado con la posibilidad de encontrarme nuevamente con ustedes para ratificar una vez más que soy el servidor de todos, el más humilde de los argentinos.

Me comprometo nuevamente a trabajar junto con todos ustedes para concretar los objetivos que hemos pregonado por toda la extensión de la geografía argentina, y hacer ciertos esos objetivos que los hombres que nos dieron la nacionalidad nos presentan como un mandato que ahora sabemos está al alcance de nuestras manos.

Entre todos vamos a constituir la unión nacional, consolidar la paz interior, afianzar la justicia, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dr. Juan Carlos Finlay

Le llamaban con sorna "el hombre de los mosquitos", casi todos los médicos estadounidenses durante la intervención norteamericana en Cuba, se burlaban de él calificándolo de "maniático". Pero a pesar de que aún hoy la verdad frecuentemente se escribe confusa, la gloria de haber descubierto, y probado, que el mosquito Culex era el único agente transmisor de la fiebre amarilla, pertenece únicamente al Dr. Carlos Juan Finlay y Barres, nacido en Cuba.

El Dr. Finlay, el más profundo e intenso investigador de la fiebre amarilla, concluyó que entre un sujeto infectado y otro sano, había un agente independiente que transmitía la enfermedad. Católico practicante, le confió a un sacerdote que una noche mientras rezaba el rosario, le llamó la atención un mosquito zumbando a su alrededor. Entonces se le ocurrió investigar a los mosquitos.

Se estima que son entre 600 y 700 las variedades de estos insectos. Con sus modestos medios fue capaz de identificar al Culex o Aedes Egypti, más aun, descubrió que era la hembra, ya fecundada de esa especie, la que transmitía la enfermedad.

Sin nombrar al insecto porque aún no había realizado las pruebas, habló de su hipótesis de un agente transmisor en la Conferencia Internacional de Sanidad, celebrada en Washington D.C. el 18 de febrero de 1881. Su declaración fue recibida fríamente. Nadie formuló una sola pregunta.

De regreso a Cuba, en junio de 1881, hizo que un mosquito Culex hembra, infectado, picase a un voluntario sano, apto para reproducir experimentalmente la enfermedad. Repitió la experiencia en otros 4 casos.

Todos enfermaron aunque él, conociendo cuáles eran las etapas más y menos peligrosas, tuvo la precaución de no probar casos en los que la vida de los sujetos corriera peligro. Por el contrario, descubrió también que el individuo picado una vez por un mosquito infectado, quedaba inmunizado contra futuros ataques. De allí nació la sueroterapia de la fiebre amarilla: inyecciones subcutáneas de suero de individuos inmunizados.

El 14 de agosto de ese año, ya comprobada su hipótesis, presentó ante la Academia de Ciencias Médicas de La Habana, su trabajo "El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla".

Aunque el Dr. Finlay era conocido y admirado en México, España, Rusia, Francia, Inglaterra, Alemania (hablaba español, inglés, francés y alemán) era conocido por trabajos suyos en publicaciones científicas, en revistas y periódicos, tanto en su vida estudiantil de joven, como en su vida profesional, tuvo que vencer variados obstáculos erigidos a propósito. No había estudiado en España, sino en Francia y Estados Unidos. Era "un advenedizo" en su propia patria.

El 1 de agosto de 1900, Finlay entregó en La Habana a los médicos de la comisión, huevos del mosquito Culex, los expedientes de los 104 experimentos que ya llevaba realizados. Les explicó cómo realizarlos cuidadosamente. Ellos comenzaron su trabajo el día 11, pero sin creer en los postulados de Finlay. El Dr. Reed se fue a un congreso sanitario en Indianápolis, el soldado William D. Sean y el Dr. Carroll se dejaron picar en broma por mosquitos infectados. Ambos enfermaron con síntomas de fiebre amarilla y ambos sobrevivieron. El 13 de septiembre el Dr. Lazear, de 34 años, aplicaba mosquitos a voluntarios cuando uno de los insectos infectados se le escapó y se posó en su mano. El lo vio pero como no creía en lo que estaba haciendo, se dejó picar. Murió de fiebre amarilla el día 25. No se habían molestado en leer las instrucciones de Finlay.

El Dr. Reed, quien ya llevaba un mes fuera de Cuba sin ocuparse de la investigación, fue cablegrafiado. La "teoría" del Dr. Finlay había quedado demostrada. En Estados Unidos se inició inmediatamente una intensa campaña para impedir que la gloria se la llevara el médico cubano. El mejor candidato era el Dr. Reed. Este había experimentado con el mosquito y había descubierto que era el transmisor de la fiebre amarilla.

No pudieron. En México, Brasil, España, Italia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, sabían la verdad y no se quedaron de brazos cruzados. Entonces la versión cambió: el Dr. Reed había probado la "teoría" del Dr. Finlay. A lo largo de 20 años éste había inoculado 104 personas; la comisión solamente a 11. Reed murió repentinamente de un ataque apendicular en 1902.

En La Habana, la Academia de Ciencias Médicas, que durante 20 años había relegado el trabajo de Finlay, a pesar de haber presentado éste numerosos trabajos posteriores, ahora reclamaba "el honor de compartir la gloria con nuestro querido miembro, el Dr. Carlos Finlay". Por otra parte, el Dr. William Crawford Gorgas, médico militar que había llevado a cabo una encomiable labor de saneamiento en Santiago de Cuba, pero no había podido erradicar la fiebre amarilla, fue nombrado Jefe Superior de Sanidad en La Habana en diciembre de 1898.

Aunque no creía en la tesis de Finlay parece haber sido un hombre recto y honesto: se lo decía sinceramente a Finlay. Limpió La Habana, la saneó. Pero los casos de fiebre amarilla aumentaban en lugar de disminuir. El no lo entendía. Pidió a Finlay que le ayudara a conseguir médicos cubanos familiarizados con la fiebre amarilla. Así se creó la Comisión Cubana de la Fiebre Amarilla, la cual incluía a Finlay, quien no podía convencer a Gorgas de aplicar sus preceptos: guerra al mosquito y aislamiento de los enfermos.

La enfermedad continuaba avanzando. Cuando al fin Gorgas decidió probar, la fiebre amarilla desapareció de la isla en sólo 7 meses. Totalmente convencido, Gorgas aplicó los mismos principios indicados por Finlay al ser enviado a sanear el Istmo de Panamá, en donde se construiría una de las más grandes obras de ingeniería realizadas por el hombre: el Canal de Panamá.

Había sido iniciativa de un grupo de hombres de negocio franceses. El grupo fracasó y se fue en bancarrota. El Istmo de Panamá era en esos días uno de los peores focos infecciosos del mundo: fiebre amarilla, malaria, peste bubónica. Cuando el gobierno de Estados Unidos adquirió el derecho en 1904 a construir el canal y a operarlo, comprendió que habría que sanear la zona porque los obreros enfermaban, morían, o simplemente rehusaban arriesgarse a trabajar allí.

La obra del Dr. Carlos Finlay fue una gran contribución a la ciencia y a la humanidad. En memoria de él, el 3 de diciembre fue instituido como Día del Médico en varios países de América.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Síntesis de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium

La exhortación apostólica Evangelii Gaudium comienza con una introducción en la que: Aborda los problemas y riesgos del mundo actual, donde triunfan el consumismo y el individualismo que aíslan las conciencias y no dejan espacio para los demás, convirtiéndolo en un lugar de injusta desigualdad. Establece las claves para arraigar y desarrollar el bien: comunicación de la experiencia de verdad y de belleza, la alegría de evangelizar, y el derecho de todos a recibir el anuncio del evangelio junto al deber de todo cristiano de realizar el anuncio sin excluir a nadie.

A la introducción le siguen cinco capítulos cuyo resumen facilitamos a continuación:

Capítulo I: La Transformación Misionera de la Iglesia
El Papa Francisco comienza hablando de la Iglesia en su punto de partida como la comunidad de discípulos que ‘primerean’ y toman la iniciativa de ser los primeros en salir al encuentro de los demás y lo hacen con el deseo inagotable de brindar misericordia y nos invita a todos a ser parte de este grupo, nos invita a ‘primerear’. Es deseo del pontífice que nos lancemos a transformarlo todo y afirma que prefiere ‘una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades‘.

Capitulo II: En la crisis del compromiso comunitario
En este capítulo crítica duramente a la economía actual, porque excluye a los débiles y solo hace fuerte a los poderosos. Señala que existe una creciente deformación ética en nuestras sociedades y ‘asistimos al debilitamiento del sentido del pecado personal y social, así como un progresivo aumento del relativismo‘. También alerta que esta filosofía de vida, ‘de mundanidad espiritual’ y ’de idolatra el dinero’,  ’debilita los vínculos entre las personas’ y ‘desnaturaliza los vínculos familiares’.

“¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano”

Al mismo tiempo recuerda que ‘nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor’  y hace un llamamiento al ‘dinamismo misionero que lleve sal y luz al mundo‘, sin temor a realizar tareas apostólicas y a la entrega generosa del tiempo personal.

Por último, el Papa Francisco, apunta en este capítulo, una vez más, su deseo de que la Iglesia haga frente y sin miedo a profundas preguntas que no se pueden eludir superficialmente, como por ejemplo: ‘el lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia‘; mayor protagonismo de los jóvenes en la pastoral de conjunto de la Iglesia, mejor selección de los candidatos al sacerdocio…

Capítulo III: El anuncio del Evangelio
Francisco continúa su exhortación hablando de quienes deben anunciar el evangelio y de qué forma y manera. En este capítulo subraya que la Iglesia es el pueblo de Dios y debe ser, conforme al proyecto de amor de nuestro Padre Dios, ‘el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio’. A través del Bautismo nos convertimos en pueblo de Dios y nos convertimos en discípulos misioneros, en ‘agentes evangelizadores‘. Así que la evangelización es tarea de todos los que somos Iglesia, ‘un pueblo con muchos rostros‘.

“Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados [...] no es indispensable imponer una determinada forma cultural, por más bella y antigua que sea, junto con la propuesta del Evangelio. El mensaje que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia caemos en la vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador”

El Obispo de Roma también habla de la fuerza evangelizadora de la piedad popular que no debemos menospreciar sino más bien alentar y fortalecer, y hace un llamamiento a la evangelización informada ‘de persona a persona’, la que cada uno de los bautizados debemos realizar llevando el amor de Jesús a otros de forma espontánea en nuestras conversaciones y acciones diarias.

Respecto a la homilía (acto de predicación del sacerdote durante la liturgia) explica que no puede ser un espectáculo entretenido sino dar fervor y sentido a la celebración, pide brevedad, así como evitar que parezca una charla o clase, y debe transmitirse el mensaje con el espíritu de amor de una madre hacia un hijo. El Papa desarrolla las claves para una buena homilía: preparar bien el mensaje, alimentarse de la palabra de Dios, personalizar la palabra, macerarla en lectura espiritual, poner un oído en el pueblo de Dios y cuidar los recursos pedagógicos

Al anunciar el evangelio a los demás, el Santo Padre destaca la importancia de utilizar siempre un lenguaje positivo que indique cómo podemos hacer mejor las cosas y, en cualquier caso, ‘no quedarse en la queja, el lamento, la crítica o el remordimiento‘. E invita a recuperar el primer anuncio o ‘kerigma‘: ‘Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte’.

Finaliza este capítulo central insistiendo en que la evangelización necesita del acompañamiento personal en los procesos de crecimiento,  escuchando, prestando una mirada respetuosa y llena de compasión, con paciencia y prudencia, despertando la confianza de quien es evangelizado, su apertura y su disposición para crecer.

Capítulo IV: La Dimensión Social de la Evangelización
La fe auténtica, dice el Papa Francisco, “siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra y por tanto nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad.

En este capítulo, el Papa, señala la inequidad, la falta de justicia social, como la raíz de los males sociales y reza para que crezca en el mundo el número de políticos ‘a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!‘ y que sean capaces de “entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo”

“La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que solo podrá llevarla a nuevas crisis”

Respecto al progreso de las ciencias expresa que la Iglesia no solo no pretende detener su admirable sino que se alegra e incluso disfruta reconociendo el enorme potencial que Dios ha dado a la mente humana. Explica que, así como ‘los creyentes tampoco pueden pretender que una opinión científica que les agrada, y que ni siquiera ha sido suficientemente comprobada, adquiera el peso de un dogma de fe’ es una pena que algunos científicos vayan más allá del objeto formal de su disciplina y se extralimiten con afirmaciones o conclusiones que exceden el campo de la propia ciencia, haciendo proposiciones que no responden a la razón sino a una ideología “que cierra el camino a un diálogo auténtico, pacífico y fructífero”

Termina el capítulo sosteniendo que ‘el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de mayorías creyentes o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas. Eso a la larga fomentaría más el resentimiento que la tolerancia y la paz’

Capítulo V: Evangelizadores con espíritu
La evangelización con espíritu, escribe el Papa Francisco, es la que arde en los corazones y “es muy diferente de un conjunto de tareas vividas como una obligación pesada que simplemente se tolera, o se sobrelleva como algo que contradice las propias inclinaciones y deseos”. Es el fuego del Espíritu Santo el que contagia con fervor, alegría, generosidad, audacia y amor.

“Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias necesidades”

El Papa incide en que “la misión” es el corazón del pueblo cristiano, iluminado por el Espíritu Santo, y “con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María” porque “ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización”

“Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”

Winston Churchill

A lo largo de su brillante carrera, sir Winston Leonard Spencer Churchill fue sucesivamente el hombre más popular y el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo. Considerado el último de los grandes estadistas, siempre será recordado por su rara habilidad para predecir los acontecimientos futuros, lo que en ocasiones se convirtió en una pesada carga para sus compatriotas.

Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y les insuflaba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac, y en un plano más modesto como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías.

Churchill fracasó dos veces consecutivas en los exámenes de ingreso en la Academia Militar de Sandhurst. Sin embargo, una vez entró en la institución se operó en él un cambio radical. Su proverbial testarudez, su resolución y su espíritu indomable no lo abandonaron, pero la costumbre de disentir caprichosamente de todo comenzó a desaparecer. Trabajaba con empeño, era aplicado y serio en las clases y muy pronto se destacó entre los alumnos de su nivel.

No obstante, la vida militar no tardó en cansarlo. Renunció a ella para dedicarse a la política y se afilió al Partido Conservador en 1898, presentándose a las elecciones un año después. Al no obtener el acta de diputado por escaso margen, Churchill se trasladó a África del Sur como corresponsal del Morning Post en la guerra de los bóers.

Allí fue hecho prisionero y trasladado a Pretoria, pero consiguió escapar y regresó a Londres convertido en un héroe popular: por primera vez, su nombre saltó a las portadas de los periódicos, pues había recorrido en su huida más de cuatrocientos kilómetros, afrontando un sinfín de peligros con extraordinaria sangre fría. No es de extrañar, pues, que consiguiese un escaño en las elecciones celebradas con el cambio de siglo y que, recién cumplidos los veintiséis años, pudiese iniciar una fulgurante carrera política.

Tras ser designado subsecretario de Colonias y ministro de Comercio en un gobierno liberal, Churchill previó con extraordinaria exactitud los acontecimientos que desencadenaron la Primera Guerra Mundial y el curso que siguió la contienda en su primera etapa. Sus profecías, consideradas disparatadas por los militares, se convirtieron en realidad y sorprendieron a todos por la clarividencia con que habían sido formuladas.

Churchill fue nombrado lord del Almirantazgo y se embarcó inmediatamente en una profunda reorganización del ejército de su país. Primero se propuso hacer de la armada británica la primera del mundo, cambiando el carbón por petróleo como combustible de la flota y ordenando la instalación en todas las unidades de cañones de gran calibre. Luego puso en marcha la creación de un arma aérea y, por último, decidido a contrarrestar el temible poderío alemán, impulsó la construcción de los primeros "acorazados terrestres", consiguiendo que el tanque sea ser considerado imprescindible como instrumento bélico.

Era una época de decadencia económica, inquietud, descontento laboral y aparatosas huelgas, y el conservadurismo obstinado de que hacía gala no contentó ni siquiera a sus propios colegas. En una palabra, todo el mundo estaba cansado de él y su popularidad descendió a cotas inimaginables años antes. Entre 1929 y 1939, Churchill se apartó voluntariamente de la política y se dedicó principalmente a escribir y a cultivar su afición por la pintura bajo el seudónimo de Charles Morin. "Si este hombre fuese pintor de oficio dijo en una ocasión Picasso, podría ganarse muy bien la vida."

Tras la firma en 1938 del Acuerdo de Munich, en el que Gran Bretaña y Francia cedieron ante el poderío alemán, la gente se dio cuenta nuevamente de que Churchill había tenido razón desde el principio. Hubo una docena de ocasiones en las que hubiera sido posible detener a Hitler sin derramamiento de sangre, según afirmarían después los expertos. En cada una de ellas, Churchill abogó ardorosamente por la acción. El 1 de septiembre de 1939, el ejército nazi entró con centelleante precisión en Polonia; dos días después, Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania y, por la noche, Churchill fue llamado a desempeñar su antiguo cargo en el Almirantazgo. Todas las unidades de la flota recibieron por radio el mismo mensaje: "Winston ha vuelto con nosotros."

Los mismos diputados que una semana antes lo combatían con saña, lo aclamaron puestos en pie cuando hizo su entrada en el Parlamento. Pero aquella era una hora amarga para la historia del Reino. La nación estaba mal preparada para la guerra, tanto material como psicológicamente. Por eso, cuando fue nombrado primer ministro el 10 de mayo de 1940, Churchill pronunció una conmovedora arenga en la que afirmó no poder ofrecer más que "sangre, sudor y lágrimas" a sus conciudadanos.

El pueblo británico aceptó el reto y convirtió tan terrible frase en un verdadero lema popular durante seis años; su contribución a la victoria iba a ser decisiva. Churchill consiguió mantener la moral en el interior y en el exterior mediante sus discursos, ejerciendo una influencia casi hipnótica en todos los británicos.

Formó un gobierno de concentración nacional, que le aseguró la colaboración de sus adversarios políticos, y creó el ministerio de Defensa para una mejor dirección del esfuerzo bélico. Cuando la Unión Soviética firmó un pacto de no agresión con Alemania, y mientras los Estados Unidos seguían proclamando su inamovible neutralidad, Churchill convocó una reunión de su gabinete y con excelente humor dijo: "Bien, señores, estamos solos. Por mi parte, encuentro la situación en extremo estimulante"

Por supuesto, Churchill hizo todo lo posible para que ambas potencias entrasen en la guerra, lo que consiguió en breve tiempo. Durante interminables jornadas, dirigió las operaciones trabajando entre dieciséis y dieciocho horas diarias, transmitiendo a todos su vigor y contagiándoles su energía y optimismo.

Por fin, el día de la victoria aliada, se dirigió de nuevo al Parlamento y al entrar fue objeto de la más tumultuosa ovación que registra la historia de la asamblea. Los diputados olvidaron todas las formalidades rituales y se subieron a los escaños, gritando y sacudiendo periódicos. Churchill permaneció en pie a la cabecera del banco ministerial, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y sus manos se aferraban temblorosas a su sombrero.

A pesar de la enorme popularidad alcanzada durante la guerra, dos meses después el voto de los ingleses lo depuso de su cargo. Churchill continuó en el Parlamento y se erigió en jefe de la oposición. En un discurso pronunciado en marzo de 1946 popularizó el término "telón de acero" y algunos meses después hizo un llamamiento para impulsar la creación de los Estados Unidos de Europa.

Tras el triunfo de los conservadores en 1951 volvió a ser primer ministro, y dos años después fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura por sus Memorias sobre la Segunda Guerra Mundial. Alegando razones de edad, presentó la dimisión en abril de 1955, después de ser nombrado Caballero de la Jarretera por la reina Isabel II y de rechazar un título nobiliario a fin de permanecer como diputado en la Cámara de los Comunes.

Reelegido en 1959, ya no se presentó a las elecciones de 1964. No obstante, su figura siguió pesando sobre la vida política y sus consejos continuaron orientando a quienes rigieron después de él los destinos del Reino Unido. El pueblo había visto en Churchill la personificación de lo más noble de su historia y de las más hermosas cualidades de su raza, por eso no cesó de aclamarlo como su héroe hasta su muerte, acaecida el 24 de enero de 1965.

El Reino de Dios en el Antiguo Testamento

1. La revelación del designio eterno de Dios sobre la comunidad universal de los hombres, llamados a ser en Cristo sus hijos adoptivos, tiene ya su preludio en el Antiguo Testamento, primera fase de la palabra divina a los hombres y primera parte, para nosotros los cristianos, de la Sagrada Escritura. De aquí que la catequesis sobre la génesis histórica de la Iglesia deba buscar ante todo en los libros sagrados, que tenemos en común con el antiguo Israel, los anuncios del futuro pueblo de Dios. El mismo Concilio Vaticano II nos indica esta pista que hay que seguir, cuando escribe que la santa Iglesia, en la que el Padre decidió congregar a los creyentes en Cristo, fue "preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza". Por tanto, veremos en esta catequesis que en el Antiguo Testamento el designio eterno del Padre se da a conocer principalmente como revelación de un "reino de Dios" futuro, que tendrá lugar en la fase mesiánica y escatológica de la economía de la salvación.

2. “Pero Gedeón les respondió: "Ni yo los gobernaré ni tampoco mi hijo; sólo el Señor los gobernará”, leemos en el libro de los Jueces (8, 23). Son las palabras que Gedeón, victorioso contra los madianitas, dirigió a una parte de los habitantes israelitas de la región de Siquem, que querían que fuera su soberano e incluso el fundador de una dinastía (Cfr. Jue 8, 22). Quizá se pueda relacionar esa respuesta de Gedeón, que rechaza la realeza, con las corrientes antimonárquicas de otro sector del pueblo (1 Sm 8, 42); pero es siempre muy elocuente como expresión de su pensamiento y el de una buena parte de Israel sobre la realeza de Dios solo: "Ni yo los gobernaré ni tampoco mi hijo; sólo el Señor los gobernará”, (Jue 8, 23).

Esta doble tendencia se encontrará también posteriormente en la historia de Israel, en la que no faltan los grupos que añoran un reino en sentido terreno y político. Después del intento de los hijos de Gedeón (cf. Jue 9,1 ss.), sabemos por el primer libro de Samuel que los ancianos de Israel se dirigieron al juez ya anciano con esta petición: A Samuel le disgustó que le dijeran: "Danos un rey para que nos gobierne", y oró al Señor. (8, 6). Samuel había establecido a sus hijos como jueces, pero ellos abusaban del poder recibido (Cfr. 1 Sm 8,1.3).

Pero Samuel se entristeció fundamentalmente porque veía en esa petición otro intento de quitar a Dios la exclusividad de la realeza sobre Israel. Por eso se dirigió a Dios para consultarle en la oración. Y, según el libro citado, “El Señor dijo a Samuel: "Escucha al pueblo en todo lo que ellos digan, porque no es a ti a quien rechazan: me rechazan a mí, para que no reine más sobre ellos”. (1 Sm 8, 7). Probablemente se trataba de un nuevo encontronazo entre las dos tendencias monárquica y antimonárquica. De aquel periodo de formación de Israel como pueblo unido y constituido también políticamente. De todas formas, es interesante el esfuerzo parcialmente exitoso que hace Samuel, no ya como juez sino como profeta, para conciliar la petición de una monarquía profana con las exigencias de la realeza absoluta de Dios, de quien un sector del pueblo, por lo menos, ya se había olvidado; unge a los reyes dados a Israel como signo de su función religiosa, además de política.

Será David el rey emblemático de esta conciliación de aspectos y funciones; es más, por su gran personalidad se convertirá en el Ungido por excelencia, figura del futuro Mesías y del Rey del nuevo pueblo, Jesucristo.

3. Con todo, hay que notar esta confluencia entre las dos dimensiones del reino y del reinar: la dimensión temporal y política, y la dimensión trascendente y religiosa, que ya se encuentra en el Antiguo Testamento. El Dios de Israel es Rey en sentido religioso, incluso cuando los que gobiernan al pueblo en su nombre son jefes políticos.

El pensamiento de Dios como Rey y Señor de todo, en cuanto Creador, se hace patente en los libros sagrados, tanto en los históricos como en los proféticos y en los salmos. Así, el profeta Jeremías llama a Dios muchas veces "Rey, cuyo nombre es Dios de los ejércitos" (Jer 46, 18; 48, 15; 51, 57); y numerosos salmos proclaman que "el Señor reina" (Sal 93, 1; 96, 10; 97, 1; 99, 1). Esta realeza trascendente y universal había tenido su primera expresión en la Alianza con Israel: verdadero acto constitutivo de la identidad propia y original de este pueblo que Dios eligió y con el que instauró una alianza. Como se lee en el libro del Éxodo: “Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada". Estas son las palabras que transmitirás a los israelitas”. (Ex 19, 5.6).

Esta pertenencia de Israel a Dios, como pueblo suyo, exige su obediencia y amor en sentido absoluto: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. (Dt 6, 5). Este primer y supremo mandamiento representa el verdadero principio constitucional de la Antigua Alianza Con este mandamiento se define el destino y la vocación de Israel.

4. Israel tiene conciencia de ello y vive su relación con Dios como una forma de sometimiento a su Rey. Como se lee en el salmo 48: "El monte Sión es la ciudad del gran Rey" (48, 3). Aun cuando el Señor acepta la institución en Israel del rey y de su dinastía en sentido político, Israel sabe que tal institución conserva un carácter teocrático. El profeta Samuel, por inspiración divina, designa como rey primero a Saúl (Cfr. 1 Sm 10, 24) y después a David (Cfr. 1 Sm 16, 12.13), con quien comienza la dinastía davídica. Como se sabe por los libros del Antiguo Testamento, los reyes de Israel y luego los de Judá, transgredieron muchas veces los mandamientos, principios, base de la Alianza con Dios. Los profetas intervinieron contra estas prevaricaciones con sus admoniciones y reprimendas. De esa historia resulta evidente que, entre el reino en sentido terreno y político y las exigencias del reinar de Dios, existen divergencias y contrastes. Así, se explica el hecho de que aunque el Señor mantiene su fidelidad a las promesas hechas a David y a su descendencia (Cfr. 2 Sm 7, 12), la historia describe conspiraciones para poner resistencia "al reino del Señor que está en manos de los hijos de David" (2 Cro 13, 8). Es un contraste en el que se delinea cada vez mejor el sentido mesiánico de las promesas divinas.

5. En efecto, casi como una reacción contra la desilusión causada por los reyes políticos, se refuerza en Israel la esperanza de un rey mesiánico, como soberano ideal, de quien leemos en los que la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, desde ahora y siempre. Isaías se explaya en la profecía sobre este soberano al que atribuye los nombres de "Maravilla del Consejero" Dios Fuerte" "Siempre Padre" y "Príncipe de la Paz" (9, 5), y cuyo reino describe como una utopía del paraíso terrenal: "Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos. Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito ( ). Nadie hará daño, nadie hará mal ( ) porque la tierra estará llena de conocimiento del Señor como cubren las aguas el mar" (11, 5. 6. 9). Son metáforas destinadas a poner de relieve el elemento esencial de las profecías sobre el reino mesiánico: una nueva alianza en la que Dios abrazará al hombre de modo benéfico y salvífico.

6. Después del periodo del exilio y de la esclavitud babilónica, la visión de un rey "mesiánico" asume aún más claramente el sentido de una realeza directa por parte de Dios. Como para superar todas las desilusiones que el pueblo recibió a causa de sus soberanos políticos, la esperanza de Israel, alimentada por los profetas, apunta hacia un reino en el que Dios mismo será el rey. Será un reino universal: "Y será el Señor rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único el Señor y único su nombre!" (Za 14, 9). Aun en su universalidad, el reino conservará sus lazos con Jerusalén. Como predice Isaías: "el Señor de los ejércitos reina sobre el monte Sión y en Jerusalén" (Is 24, 23). "Hará el Señor de los ejércitos a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos" (ib 25, 6). También aquí, como se puede apreciar, se trata de metáforas de una alegría nueva mediante la realización de esperanzas antiguas.

7. La dimensión escatológica del reino de Dios se acentúa a medida que se avecina el tiempo de la venida de Cristo. Especialmente el libro de Daniel, en las visiones que describe, destaca este sentido de los tiempos futuros. Leemos en él: "Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: y he aquí que en las nubes del cielo venia como un Hijo del hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás" (Dan 7,13.14). Por consiguiente, a juicio de Daniel este reino futuro está íntimamente ligado a una Persona, a la que se describe como semejante a un "Hijo de hombre"; es el origen del titulo que Jesús se atribuirá a sí mismo. Al mismo tiempo, Daniel escribe que el "reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos serán dados al pueblo de los santos del Altísimo" (7, 27). Este texto nos trae a la memoria otro del libro de la Sabiduría, según el cual "dos justos juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos y sobre ellos el Señor reinará eternamente" (Sab 3,1. 8).

8. Todas éstas son miradas al futuro, pasos abiertos en el misterio hacia el que está avanzando la historia de la Antigua Alianza, que ya parece estar madura para la venida del Mesías, quien la llevará a su cumplimiento. Más allá de los enigmas, los sueños y las visiones, se perfila cada vez más un "misterio" hacia el que apunta toda esperanza, también en las horas más oscuras de la derrota e incluso de la esclavitud y del exilio.

El hecho que mayor interés y admiración suscita en estos textos es que la esperanza del reino de Dios se ilumina y purifica cada vez más hacia un reinar directo por parte del Dios trascendente. Sabemos que este reino, que incluye a la persona del Mesías y a la multitud de los creyentes en él, anunciado por los profetas, tuvo en la tierra una realización inicial imperfecta en sus dimensiones históricas, pero sigue estando en tensión hacia un cumplimiento pleno y definitivo en la eternidad divina. Hacia esta plenitud final se mueve la Iglesia de la Nueva Alianza, y todos los hombres están llamados a formar parte de ella como hijos de Dios, herederos del reino y colaboradores de la Iglesia que Cristo fundó como realización de las profecías y las promesas antiguas. Los hombres, por tanto, están llamados a participar en este reino, destinado a ellos y que, en cierto modo, se realiza también por medio de ellos: también por medio de todos nosotros, llamados a ser artífices de la edificación del Cuerpo de Cristo (Cfr. Ef 4, 12). ¡Es una misión importante!

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El asesinato de John F. Kennedy

Fue el trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, y sus asesinato tuvo lugar el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, Estados Unidos a las 12:30 Tiempo Central Estándar (18:30 UTC). Kennedy fue mortalmente herido por disparos mientras circulaba en el coche presidencial en la Plaza Dealey. Fue el cuarto presidente de EE. UU., asesinado (con Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley) y el octavo que murió en ejercicio de sus funciones.

Kennedy se levantó temprano el día 22 de noviembre de 1963 y pronunció el que sería su último discurso en vida, luego abordó un Lincoln Continental blanco y se dirigió hasta la Base Aérea de Carswell para abordar el avión presidencial. A las 11.40 el Air Force One aterrizó en el aeropuerto Dallas Lovefield, después de un corto vuelo de 13 minutos que ha realizado desde Fort Worth. La comitiva presidencial abordó un Lincoln Continental X-100 (denominado en clave SS-100-X por el servicio secreto) y se puso en marcha hacia el centro de la ciudad de Dallas. Atrás lo seguía un coche con agentes en la pisadera, el coche con el vicepresidente Lyndon B. Johnson y sus asesores, y luego la prensa acreditada. Toda la comitiva fue escoltada por motociclistas de la policía de Dallas.

En el coche presidencial ocupaba el asiento del chofer, un agente-conductor y de acompañante, otro agente de seguridad; en los asientos contiguos abatibles, el gobernador Connally (a la derecha) y su esposa; en los asientos traseros, Kennedy a la derecha y su esposa. El automóvil iba sin la capota transparente y sin agentes asidos a las manillas y pisaderas del cofre. Durante el trayecto la comitiva tuvo que realizar varias paradas para que el presidente salude a la gente. A las 12.30 entró en la Plaza Dealey y avanzó por la calle Houston, en ese momento llevaba 6 minutos de retraso. En la esquina de Houston Street con Elm Street la comitiva debió realizar un giro de 120º a la izquierda, lo que obligó a la reducción de la velocidad de la limusina.

Tras pasar Elm Street quedó frente al edificio del Almacén de Libros Escolares de Texas, a una distancia de 20 metros nada más. Al pasar el almacén a las 12:30 horas se hizo el primer disparo de tres que supuestamente haría Lee Harvey Oswald. Se calcula que en ese momento la comitiva iba a una velocidad de 15 km/h. La Comisión Warren concluyó posteriormente que el primero de los tres disparos no impactó en el coche si no en la acera. Casi todos están de acuerdo que Kennedy recibió dos disparos y que el último disparo le impactó en la cabeza y fue mortal.

El primer disparo fue desviado por un árbol y rebotó en el cemento llegando a herir levemente al testigo James Tague. Mucha gente asoció el ruido del primer disparo a un petardo encendido. Los agentes de seguridad que venían trás el coche presidencial giraron sus cabezas en dirección del disparo. Luego de 3,5 segundos se produjo el segundo disparo que impactó a Kennedy por detrás en su espalda y salió por su garganta, Kennedy se llevó ambas manos a su garganta levantando sus codos a la altura de sus hombros mientras su esposa lo observaba atónita. Mientras que el gobernador Connally giraba hacía su derecha para mirar hacía atrás, fue herido de gravedad.

Pasado el segundo disparo, el presidente aún con ambas manos en su garganta dejó de saludar al público girando hacía la izquierda y su esposa tiró de él para recostarlo sobre el asiento acercándose, en el acto de recostarse y con la cabeza de su esposa al lado de la suya. Sobrevino el fatal tercer disparo y ocurrió 8,4 segundos después del primer disparo, justo cuando el coche pasó frente a la pérgola de hormigón. Éste impactó en forma muy visible y de lleno en el hueso Occipital derecho de la cabeza de Kennedy. Jackie Kennedy soltó súbitamente a su esposo quien se recostó hacía el lado izquierdo. Mientras ésta se abalanzaba a horcajadas a la parte trasera del auto, donde recogió una sección del cráneo del presidente, un agente trepó por las manillas de la cajuela cubriendo con su cuerpo la retaguardia. La esposa del gobernador se lanzó al piso soltando unas flores, el coche presidencial aceleró y los motociclistas de la policía encendieron sus sirenas mientras se desataba la conmoción pública en la plaza Dealey.

El coche presidencial no se detuvo y se dirigió al cercano hospital Parkland. Una vez llegado al hospital los agentes cercaron el acceso. Según algunos médicos Kennedy ingresó fallecido al hospital, otras fuentes indican que agonizaba. Mientras se intentaba salvar a Kennedy, Lyndon B. Johnson ordenó al Servicio Secreto limpiar el coche presidencial.

Después del aterrizaje del avión presidencial (Air Force One) en la Base Aérea de Andrews, a las afueras de Washington DC, el cuerpo de Kennedy fue trasladado al Hospital Naval de Bethesda para su autopsia. Fue realizada por tres médicos de la Armada con treinta oficiales militares como testigos. Dos agentes retirados del FBI que estaban presentes declararon que Kennedy tenía una gran herida en el lado derecho de la cabeza, otra herida de aproximadamente 14 cm debajo del cuello de su chaqueta por encima del lado derecho de la columna, y una tercera herida en la cara anterior de su garganta en el borde inferior de la nuez de Adán

Después de la autopsia en el Hospital Naval de Bethesda, el cuerpo de Kennedy fue preparado para el entierro y trasladado a la Casa Blanca y expuesto en la Sala Este durante 24 horas. El domingo siguiente al asesinato, cubierto con la bandera de EE.UU. fue trasladado al Capitolio para una vista pública. En todo el día y noche, cientos de miles de personas visitaron el féretro.

Representantes de 90 países, incluyendo la Unión Soviética, asistieron al funeral el 25 de noviembre (tercer cumpleaños de su hijo JFK Jr.). Después del funeral, realizado en la Catedral de St. Matthew, fue trasladado en carro de caballos al Cementerio de Arlington donde fue enterrado. El funeral fue oficiado por el arzobispo de Boston, el cardenal Richard Cushing, amigo personal de Kennedy, había casado a John y Jacqueline Kennedy, bautizó a sus dos hijos y oficiado el funeral de su hijo Patrick (fallecido quince semanas antes que su padre).

Lee Harvey Oswald fue detenido ochenta minutos después del asesinato del oficial de policía de Dallas J. D. Tippit. Fue acusado de la muerte de Tippit y de Kennedy a última hora de la tarde del día 22 de noviembre. Oswald negó siempre haber disparado contra el presidente. El caso de Oswald nunca fue juzgado porque dos días más tarde, mientras era trasladado y custodiado por la policía, Jack Ruby un gangster de Dallas le disparó y lo mató.

Después de la detención de Oswald y la recogida de pruebas físicas en la escena del crimen, a las 22.30 CST 22 de noviembre (04:30 UTC 23 de noviembre) se ordena al Jefe de la Policía de Dallas Jesse Curry por gente de Washington, según sus propias palabras, enviar todo el material al cuartel general del FBI, pero no a Oswald. Describió que había casquillos del mismo calibre en una ventana a más de 1,500 metros de distancia.

El FBI fue la primera autoridad en completar una investigación oficial. El 9 de diciembre de 1963, sólo 17 días después del asesinato, el informe del FBI fue entregado a la Comisión Warren. El informe estableció que sólo tres disparos fueron realizados; el primero impactó sobre el presidente Kennedy, el segundo en el gobernador Connally, y el tercero en la cabeza del presidente, matándolo. El FBI estableció que Lee Harvey Oswald hizo los tres disparos.

Eid al-Adha

Eid al Adha es la Celebración del Sacrificio, que conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como el Corán, en el que se muestra la voluntad de Abraham (Ibrahim) de sacrificar a su hijo como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y que sacrificara a este animal en su lugar. En varios países de África musulmana tales como Mali, Níger, Senegal o Benin dan el nombre de Tabaski a esta fiesta, y en una parte de Amazighs en África del Norte, le nombran Tafaska. En muchos lugares de habla hispana es conocida como Fiesta del Cordero.

Esta festividad, que tiene lugar el décimo día del mes de Zil-Hajj, 70 días después del Eid al-Fitr, es incorporada en el Hajj, la gran peregrinación a la Meca, que debe ser hecha por lo menos una vez y preferiblemente durante este mes. El Eid al-Adha se representa por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal (comúnmente una vaca o un cordero) como una acción de gratitud para Dios por salvar la vida de Ismael, hijo del profeta Abraham.

En este día, los musulmanes que están en La Meca concluyen los ritos de su peregrinación y, después de la oración especial, sacrifican -o más modernamente, pagan para que un matarife cualificado sacrifique en su lugar- generalmente un cordero. Sin embargo, la mayoría celebran la festividad en sus lugares de residencia, acudiendo a las mezquitas para la oración y luego, aquellos que pueden hacerlo, sacrifican y celebran una comida a la que se invitan mutuamente. Normalmente suele celebrarse al aire libre, en las afueras de las ciudades, en una zona abierta denominada musalla.

La carne del animal es separada en tercios, una para la persona que obsequia a la bestia, otra para repartir entre sus parientes y el último tercio para los necesitados, independientemente de su religión, raza o nacionalidad. El musulmán acude a la oración tras haber hecho la ablución mayor o gusl y haberse ataviado con su mejor ropa, limpia y perfumada. Recita unos versículos que sólo se cantan durante las dos fiestas anuales y en los enterramientos. Los musulmanes glorifican a Dios hasta que el imán inicia la oración recitando siete takbir (Allahu akbar) y haciendo dos prosternaciones (rakáa). Después, el imam pronuncia una jutba o sermón a los miembros de la comunidad que se hallan presentes. Por último, se disuelve la reunión y los asistentes se besan en señal de hermanamiento y se felicitan por la fiesta.

Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el Islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor su sumisión a Dios que Abraham (Ibrahim en árabe), quien estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo primogénito Ismael (Isma'il) como prueba de su lealtad a Dios. Al final, Dios fue clemente y paró su brazo en el aire justo cuando iba a cercenar el cuello de su hijo. Agradecido, Abraham sacrificó un carnero en su lugar y es en imitación de ese acto que los musulmanes matan a sus animales en lo que se considera la Fiesta Mayor del Islam. Según el Corán, Ismael, el hijo primogénito de Abraham, engendrado por su esposa Agar, fue el protagonista de la historia (a diferencia de la tradición judeo-cristiana, que otorga este papel a Isaac):

Y cuando ( Ismael ) era lo bastante mayor
para ayudar en las tareas ( de Ibrahim ), este dijo:
“¡Oh mi querido hijo!
¡He visto en sueños que debía sacrificarte:
considera, pues, como lo ves tú!”
[Ismael] respondió:
“¡Oh padre mío! ¡Haz lo que se te ordena:
hallarás que soy, si Allah quiere,
paciente en la adversidad!”
Pero cuando ambos se hubieron sometido
a la voluntad de Allah,
y le hubo tendido sobre el rostro, le llamamos:
“¡Oh Ibrahim, has cumplido ya con la visión!”
Así, realmente, recompensamos a los que hacen el bien:
pues, ciertamente, todo esto fue en verdad
una prueba, clara en sí misma.
Y le rescatamos mediante un sacrificio magnífico,
y de esta forma le dejamos como recuerdo
para futuras generaciones:
“¡La paz sea con Ibrahîm!”

Janucá

Los Macabeos se rebelaron con éxito contra Antíoco IV Epífanes. Según el Talmud, el templo fue purificado y las mechas de la menorá milagrosamente ardieron durante ocho días, a pesar de que sólo había aceite suficiente para la iluminación de sólo un día. El Janucá, es celebrada durante ocho días, y conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II a. C. La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»).

Judea era parte del reino ptolemaico de Egipto hasta el año 200 a. C., cuando el rey Antíoco III el Grande de Siria derrotó a Ptolomeo V Epifanes de Egipto en la Batalla de Panio. Judea se convirtió entonces en parte del Imperio seléucida de Siria. El rey Antíoco III el Grande, en un intento por conciliar con sus nuevos súbditos judíos, les garantizó el derecho a «vivir de acuerdo a sus costumbres ancestrales» y continuar con la práctica de su religión en el Templo de Jerusalén. Sin embargo, en el año 175 a. C., Antíoco IV Epifanes, el hijo de Antíoco III, invadió Judea, aparentemente a pedido de los hijos de Tobías.

Los tobíades, quienes lideraron la facción helenista judía en Jerusalén, fueron expulsados de Siria alrededor del 170 a. C., cuando el sumo sacerdote Onias y su facción proegipcia les arrebataron el control. Los tobíades exiliados cabildearon con Antíoco IV Epifanes y lo convencieron de recapturar Jerusalén. Según el testimonio del historiador judío Flavio Josefo, el rey «acordó con ellos, y vino sobre los judíos con un gran ejército, y tomó su ciudad por la fuerza, y asesinó a una gran multitud de aquellos que favorecían a Ptolomeo, y envió a sus soldados a saquear la ciudad sin piedad. También profanó el templo, y puso fin a la práctica constante de ofrecer un sacrificio de expiación diariamente por tres años y seis meses».

Cuando el segundo templo de Jerusalén fue saqueado y los servicios interrumpidos, el judaísmo fue efectivamente convertido en ilegal. En el año 167 a. C., Antíoco Epifanes ordenó la construcción de un altar a Zeus en el Templo. También prohibió la circuncisión y ordenó el sacrificio de cerdos en el altar del Templo. Las acciones de Antíoco Epifanes probaron ser equivocadas, cuando fueron desobedecidas masivamente y provocaron una revuelta de gran escala. Matatías, un kohen (sacerdote judío) y sus cinco hijos —Yojanán, Simón, Eleazar, Jonatán y Judas— lideraron la rebelión contra Antíoco. Judah fue conocido por el nombre de Judah haMacabí ('Judah el Martillero'). En el año 166 a. C. Matatías fallece, y Judah toma su lugar como líder de la rebelión. En el año 165 a. C. la rebelión contra el monarca seléucida triunfa, y el templo es liberado y re dedicado.

La festividad de la Janucá es desde la época de la hegemonía helénica en Israel, comenzada con la conquista de Alejandro el año 332 a. C.; según puede leerse en los libros de I y II Macabeos, aunque no se hace mención a ella en el Tanaj hebreo. Cuando se corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a. C.), éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi'ín, comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran minoría contra el ejército griego; sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de Janucá: ganar pocos contra muchos.

Según el Talmud, al terminar la guerra, los Macabeos regresan a Jerusalén y encuentran el Santo Templo profanado, con la menorá (un candelabro de siete brazos) apagada, y aceite ritualmente puro suficiente para encenderla un solo día. Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, el poco que tenían mantuvo encendida la menorá durante todo ese tiempo. En los libros I y II de Macabeos se puede leer sobre la institución de la Janucá. El primero narra: «Durante ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de kislev» (I Macabeos 4:56-59). De acuerdo con II Macabeos (10:6-8), «lo celebraron con alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta».