martes, 31 de agosto de 2021

COMPETIR Y COMPARTIR

En nuestra sociedad buscamos ser el número uno, se nos educa siempre a competir y alcanzar los mejores lugares, los países luchan constantemente para obtener el reconocimiento o el ranking en los primeros lugares, no es que esté mal destacar, lo que debemos sensibilizar es la forma de hacerlo y por supuesto la intención que nos lleva a alcanzarlo. Los seres humanos han buscado sobresalir en todos los aspectos, no siempre con el propósito de alcanzar la perfección, lo que verdaderamente buscan es competir para demostrar que son los mejores, destacar para imponer y manipular. Nada más lejano que el reino de los cielos, nada más incongruente en cuanto a las enseñanzas de Jesús, quien nos invitó a servir y a compartir, nunca mencionó que teníamos que ser mejores que nadie.

En el compartir nuestras alegrías y tristezas nos haríamos más humanos y tristemente, sigo viendo una sociedad en donde se continúa evaluando, midiendo, motivando a competir. Quien tiene más “seguidores”, quien alcanza el premio tan anhelado, somos una cultura del “alcance” y quienes no lo logran quedan “descartados”; solo quien se esfuerza y lo intenta muchas, tiene ese preciado reconocimiento. La economía, la literatura, las ciencias y los deportes hacen de esta competencia algo inhumano, logra que nos veamos como enemigos. Potencias invierten y desarrollan formas tan complejas para ganar, nuevamente aparece el término “competencia”. Nada más lejano en el amor de Dios, donde no hay diferencias entre ricos, pobres, regiones y color de piel.

Cada vez que competimos nos volvemos vulnerables y manipulables porque eso que logramos, alguien más lo desea y se beneficiará, se vive en una constante comparación el querer ser el único. Por el contrario, compartir siempre viene acompañado de la ayuda y el servicio, suma, añade, aporta. Nos permite crecer y al mismo tiempo ofrecemos crecimiento a quienes están cerca. Verdaderamente qué complejos somos los seres humanos, competimos por naturaleza y descartamos a quienes no lo hacen, compararnos es parte de nuestra esencia. Evolución al amor, sinceridad en los actos, entrega al prójimo, qué lejos estamos de esta conciencia en igualdad. Competimos por todo. A diferencia del amor de Dios, no debemos hacer nada, no tenemos que competir entre nosotros para alcanzar sus promesas, tan solo tener fe y creer en Él.

Explicarlo y vivirlo con el ejemplo, en la sencillez, alejarnos de la complejidad de pensamiento y de los intereses individuales. Compartir y dejar de competir entre nosotros, eso sería ideal, pero algo muy dentro de mí me dice que se trata de un verdadero reto ¿de verdad estoy dispuesto a hacerlo? ¿Hacer a un lado todo aquello que me ha diferenciado y por lo que me he esforzado? Compartir y dejar de competir, tal vez sea la respuesta a esta carrera vertiginosa de supremacía entre los seres humanos. La humildad como base de nuestras relaciones ¿estaríamos dispuestos?

“No hagan nada por rivalidad o vanagloria: sean, por el contrario, humildes y consideren a los demás superiores a ustedes mismos. Que no busque cada uno su propio interés, sino el de los demás. Tengan, pues, los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a Cristo Jesús” Filipenses 2, 3-5


Desde México en su segmento exclusivo “La Sencillez del Amor” Rafael Salomón.

LA FLOR DE LIS


La Flor de Lis es, en heráldica, una representación de la Flor del Iris. En la heráldica francesa es un mueble muy difundido. Es una de las cuatro figuras más populares de la heráldica, junto con la cruz, el águila y el león. Se suele representar en color amarillo sobre un fondo azul. Tradicionalmente, se ha representado un campo de flores de lis, dispuestas de forma ordenada. Desde la Edad Media es considerada un símbolo de la realeza francesa. Uno de los primeros usos de un símbolo similar al de la Flor de Lis parece darse en la decoración de la Puerta de Ishtar en Mesopotamia, construida por Nabucodonosor II en el año 575 A.c.

El primer uso oficial de la Flor de Lis en occidente se remonta al siglo V junto a la expansión de la Iglesia Católica. Los manuscritos antiguos fueron traducidos al latín vulgar por San Jerónimo de Estridón por encargo de San Dámaso I para difundir el cristianismo a la plebe. Esta traducción se la conocería como Vulgata, donde se aprecia el emblema de la Flor de Lis dibujada en su portada. Existe la leyenda de la Sagrada Ampolla, la cual cuenta que el día del bautismo y coronación del rey franco Clodoveo I en la Catedral de Reims, llegó desde el cielo, transportada por una paloma hasta las manos del Obispo San Remigio, la Sagrada Ampolla, con un ramillete de lirios (esto es, flores de lis) conteniendo el óleo para ungir y santificar al rey significando así que su autoridad era de origen divino.

Otro uso conocido de la Flor de Lis como emblema se remonta al siglo XII, con el rey Luis VII, quien fuera el primer soberano en incorporarla a su escudo. A partir del siglo XIV, aparece también como emblema de la casa de Lancaster (dinastía real inglesa), para enfatizar su reivindicación al trono francés. El escudo de la casa de Lancaster incluye tres flores de lis y tres leopardos pasantes. Catalina de Lancaster (nieta de Pedro I de Castilla y abuela de Isabel la Católica) fue la patrocinadora del monasterio de Santa María la Real de Nieva en la provincia de Segovia, por eso puede verse allí su escudo con las tres flores de lis.

En el siglo XVI, era símbolo de la dinastía Valois en oro y parte del emblema de las familias nobiliarias tales como los de Candia quienes la portaban en rojo y los Farnesio en azul utilizando seis flores en su escudo de armas. En 1084, el rey de Castilla y de León Alfonso VI conquistó Madrid. Por aquellos días se sabía que en la muralla de la ciudad se hallaba escondida una imagen de la Virgen. El rey mandó llamar al último superviviente que sabía algo sobre esta cuestión, una mujer llamada María. Por tradición familiar sabía cómo era la imagen pero desconocía el lugar exacto donde pudiera estar. La reina Constanza de Borgoña (tercera esposa de Alfonso VI) la mandó llamar para poder hacer con su descripción lo que hoy se llamaría un "retrato robot". Una vez terminado, ordenó que se añadiera una Flor de Lis. De esta manera la Virgen de la Flor de Lis fue la primera representación de la Virgen que hubo en el Madrid conquistado. Más tarde se llegó a encontrar la talla escondida en la muralla y es la imagen que hoy se conoce como "La Almudena" (de almudaina = muralla).

En el siglo XII, el Rey Luis VI o el rey Luis VII (las fuentes están en desacuerdo) fue el primer monarca francés en usar la Flor de Lis en su escudo. Los reyes ingleses usaron más tarde el símbolo en sus armas para enfatizar sus reclamos sobre el trono de Francia. En el siglo XIV, la flor de lis se incorporó a menudo en las insignias de familia que se cosían en el manto del caballero, que era usado por su propietario sobre la cota de mallas, de ahí el término manto de armas. El propósito original de identificación en batalla derivó en un sistema de designación social de estatus después de 1483, cuando el rey Eduardo IV estableció el Colegio de Heráldica para supervisar los derechos del uso de las insignias de armas.

Durante el siglo XX el símbolo fue adoptado por el Movimiento Scout Mundial, organización presente en todo el mundo. Los scouts de todo el mundo la representan sobre fondo de color violeta morado, pintada en blanco o plateado y rodeada por cuerda que acaba en un nudo "llano" (nudo de la hermandad), y con dos estrellas de cinco picos en los pétalos exteriores. Cada pétalo representa uno de los tres principios y deberes (Dios, Patria y Hogar) y tres virtudes (Abnegación, Lealtad y Pureza) que todo Scout debe seguir y tener. Las estrellas representan la vida al aire libre y los diez artículos de la ley scout.

Si bien el fundador del movimiento scout, Sir Robert Stephenson Smith Baden Powell Lord of Gilwell, utilizó por primera vez la Flor de Lis en la India (1898), su uso como símbolo del movimiento scout lo adoptó en 1907 durante el campamento de Brownsea, considerado el momento formal de fundación del escultismo mundial. Hay quien afirma que la Flor de Lis scout es muestra de un supuesto vínculo que el fundador del Movimiento Scout, Robert Baden-Powell habría tenido con logias masónicas; aunque su mujer negó que él hubiera pertenecido jamás a alguna logia.

La Cruz de Santiago, símbolo de la Orden de Santiago, la tiene en tres de sus puntas: sobre ambos extremos del trazo horizontal y en el superior del vertical, hacia el extremo inferior se dibuja una espada. La Orden Militar de Santiago se creó en el siglo XII para defender a los peregrinos que visitaban la tumba del apóstol Santiago en Santiago de Compostela, España, quienes se distinguían exhibiendo este símbolo de color rojo en sus vestimentas y escudos. También se la puede encontrar en el escudo de Pablo VI (precisamente tres flores de lis). La Iglesia Católica la usa como símbolo mariano (de la Virgen) y es uno de los atributos de San José, de quien, dice la leyenda, habría florecido uno o tres lirios de su bastón (El brote de Jesé). En ocasiones, también como representación de la Santísima Trinidad, debido a los tres pétalos.

martes, 24 de agosto de 2021

INCIDENTE DE LETICIA

Es el nombre con el que se conoce a un conflicto territorial ocurrido en la zona fronteriza de Colombia y Perú, que fue el detonante de la guerra entre ambos países de 1932 a 1933. Sucedió el 1 de septiembre de 1932, cuando un grupo de ciudadanos peruanos capturaron el puerto de Leticia (sobre el río Amazonas), que el Perú había cedido hacía pocos años a Colombia, según lo acordado en el Tratado Salomón-Lozano de 1922. Dicho poblado estaba habitado por peruanos que se negaban a aceptar la presencia colombiana y reclamaban al gobierno del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro que revisara el tratado con Colombia.

Tuvo como antecedente al Tratado Salomón-Lozano, suscrito el 24 de marzo de 1922 entre el Perú y Colombia, por el cual se cedían inmensos territorios peruanos situados en el departamento de Loreto a Colombia, entre los que se hallaba el Trapecio Amazónico, con poblados como Leticia, a orillas del río Amazonas, donde vivían miles de peruanos. En el Perú, dicho tratado fue mantenido en secreto durante más de cinco años, hasta el 20 de diciembre de 1927, fecha en que fue aprobado sorpresivamente por el Congreso Peruano, mediante Resolución Legislativa Nº 5940, ante una orden terminante del presidente Augusto B. Leguía. Tres meses después, en marzo de 1928, se produjo en Bogotá en canje de ratificaciones. Y finalmente, el tratado se consumó con la entrega física de los territorios, el 17 de agosto de 1930, a escasos días de la caída de Leguía. A partir de entonces, hubo roces entre peruanos y colombianos en la zona. Los peruanos sufrieron de hostilidad de parte de los nuevos ocupantes.

Como era de esperar, los habitantes de Loreto se sintieron dolidos ante semejante entrega de parte de su territorio y el 27 de agosto de 1932 se celebró una asamblea en un local de la calle Ramírez Hurtado de la ciudad de Iquitos, en donde se constituyó en la Junta Patriótica Nacional, presidida por el teniente coronel Isauro Calderón. Después de jurar solemnemente el compromiso de honor que asumían para la reivindicación de los territorios entregados, adoptaron todas las providencias y la coordinación con los comandos militares de Iquitos, la provisión de armamento y todo cuanto era pertinente. Su lema era: «Por la patria, todo por la patria». La gran seguridad de contar con el apoyo de los propios peruanos de Leticia, les animó para lograr la recuperación.

El jefe de la operación fue el alférez Juan Francisco La Rosa Guevara (comandante de la guarnición que tenía bajo su jurisdicción las zonas de Caballococha, Chimbote y Ramón Castilla). Su ejecutor fue el ingeniero Óscar Ordóñez de la Haza, pues se acordó que el movimiento de recuperación fuera netamente civil, para no comprometer el país. Entre los jefes de grupo estaban Alejandro Gonzales, Romeo Rodríguez, Carlos B. Lozano, Humberto Villacorta y Demetrio Sifuentes. La toma de Leticia, planeada para el 15 de setiembre de 1932, fue adelantada dos semanas por cuestión de estrategia, a fin de evitar filtraciones que pudieran obstaculizar el plan. El centro de operaciones fue la ciudad fronteriza de Caballococha, cuyos habitantes engrosaron el ejército civil de recuperación, cuyo número fue de 48 personas.

En la madrugada del 1 de setiembre de 1932, mediante audaz y rápido golpe, se logró la recuperación de Leticia, contando con el apoyo de la misma población y sin necesidad de violencia. Las autoridades y la policía colombiana fueron embarcadas hacia el Brasil. El suceso sorprendió tanto al gobierno de Colombia como al de Perú. El gobierno colombiano de Enrique Olaya Herrera protestó por la ocupación y lo consideró como un suceso de rebelión interna. Por su parte el presidente peruano Luis Miguel Sánchez Cerro, inicialmente lo consideró como obra de sus enemigos políticos y empezó a buscar una solución conciliatoria; sin embargo, la presión de la opinión pública peruana le haría pronto variar radicalmente su posición.

Sánchez Cerro decidió finalmente apoyar a los ciudadanos peruanos que en un arranque de patriotismo habían recuperado Leticia. Desde un punto de vista meramente político, era lo aconsejable, ya que de haber recurrido a medidas de represión y fuerza para obligar a sus conciudadanos a respetar el Tratado de 1922, se habría ganado la animadversión popular, especialmente de la población de Loreto. Ambos países se prepararon para la guerra, llegando a ocurrir varios choques armados a lo largo del Putumayo, destacándose los Combate de Tarapacá (1933) el 14 de febrero y el Combate de Güepí el 26 de marzo de 1933, puerto peruano sobre el rio putumayo y en el cual el ejército de Colombia derrota a la guarnición peruana apostada allí, tomándose dicho puerto.

El gobierno peruano llamó a la movilización y colocó al frente de la defensa nacional al general Óscar Benavides, el mismo que venciera a los colombianos en el combate de La Pedrera de 1911. Sin embargo, un suceso trágico evitó que la guerra tomara mayores proporciones: el asesinato del presidente Sánchez Cerro, el 30 de abril de 1933. El nuevo gobierno, encabezado por Benavides, entró en negociaciones de paz con Colombia, que culminaron con el reconocimiento de parte del Perú del respeto al Tratado de 1922. Leticia fue devuelta a Colombia y hoy día es la capital del departamento colombiano de las amazonas, con una fuerte presencia de instalaciones militares.

TEMPLE CHURCH

Es una iglesia de finales del siglo XII situada en Londres, entre Fleet Street y el río Támesis, construida por los caballeros templarios como su sede en Londres. En la época moderna, dos Inns of Court o asociaciones de abogados (La Inner Temple y la Middle Temple), usaron la iglesia. Es famosa por sus tumbas con efigies y por ser una iglesia redonda. Fue duramente dañada durante la Segunda Guerra Mundial pero ha sido restaurada en gran parte. El área que rodea a la iglesia es conocida como “Temple” y cerca de ella está la Estación de metro Temple, perteneciente a las línea verde (District) y amarilla (Circle).

A mediados del siglo XII, antes de la construcción de la iglesia, los Caballeros Templarios de Londres se reunían en un lugar en High Holborn en una estructura establecida por Hugo de Payns (ese lugar fue históricamente la sede de un templo romano en Londinium). Debido al rápido crecimiento de la orden, para la década de 1160 este lugar se les había quedado pequeño, y la orden compró el actual sitio para establecer un gran complejo monástico que sirviera de sede en Inglaterra. Además de la iglesia, el conjunto originalmente contenía residencias, instalaciones de entrenamiento militar, y terrenos de recreo para los monjes guerreros y los novicios, a los que no se les permitía ir al centro de la ciudad sin permiso del Maestro del Temple.

El edificio de la iglesia agrupa dos secciones separadas. La sección original de la nave, llamada Round Church, y una sección rectangular, construida aproximadamente medio siglo después, llamada Chancel. Para mantener las tradiciones de la orden, la nave de la iglesia fue construida a partir de un diseño circular basado en la Iglesia de Santo Sepulcro de Jerusalén. La nave tiene 16.76 metros de diámetro, y está rodeada de las primeras columnas libres de Mármol Purbeck. Es probable que las paredes y las cabezas grotescas estuvieran originalmente pintadas con colores. Fue consagrada el 10 de febrero de 1185 en una ceremonia presidida por Heraclius, Patriarca de Jerusalén. Se cree que Enrique II estuvo presente en la consagración.

La orden de los Caballeros Templarios era muy poderosa en Inglaterra. Prueba de ello es que el Maestro del Temple tenía asiento en el Parlamento como primus baro (primer barón del reino). El recinto era regularmente usado como residencia por reyes y representantes del Papa. El Temple también se usó como banco de depósito, a veces en contra de los deseos de la Corona de incautar los fondos de los nobles que habían confinado su riqueza allí. La independencia y riqueza de la orden a lo largo de toda Europa está considerada por la mayoría de los historiadores como causa principal de la caída de la orden.

En enero de 1215 William Marshall (que está enterrado en la nave cerca de sus hijos, bajo una de las 9 efigies de mármol de caballeros medievales) actuó de negociador durante una reunión en el Temple, entre el Rey Juan I y los barones, que exigían que Juan defendiera los derechos consagrados de la Carta de Coronación de su predecesor Ricardo I. William juró en nombre del rey que las quejas de los barones se abordarían en verano, lo que llevó a Juan a firmar la Carta Magna en junio.

Posteriormente William se convirtió en regente durante el reinado del hijo de Juan, Enrique III. Después Enrique expresó su deseo de ser enterrado en la iglesia y para ello, a principios del siglo XIII, se tiró el coro de la iglesia original y se construyó una nueva estructura, ahora llamada Chancel. Fue consagrada el día de la Ascensión de 1240 y agrupa un pasillo central y dos laterales de idéntica anchura. La altura de la cúpula es de 11 metros. Uno de los hijos de Enrique, que murió muy joven, está enterrado en el Chancel, pero Enrique al final cambió su voluntad con instrucciones de ser enterrado en la Abadía de Westminster.

Tras la destrucción y abolición de los Caballeros Templarios en 1307, Eduardo II tomó el control de la Iglesia como posesión real. Posteriormente se entregó a los Caballeros Hospitalarios, que alquilaron la Iglesia a dos colegios de abogados. Uno de ellos se mudó a la parte de la Iglesia que fue usada por los Caballeros Templarios, y la otra lo hizo a la parte destinada a los monjes, y compartieron el uso de la iglesia. Los colegios se agruparon en el Inner y Middle Temple, dos de las cuatro asociaciones de abogados o Inns of Court (las otras dos son Lincoln's Inn y Gray's Inn).

SAN RAMON NONATO

San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.

Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de África con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad.

Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos.

Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.

San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Consciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente.

Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.

A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde.

Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolás de Portell. El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657. San Ramón Nonato es el patrono de las parturientas y las parteras debido a las circunstancias de su nacimiento.

Fuente:
www.aciprensa.com 

GOLDA MEIR

(Golda Mabovich; Kiev, Ucrania, 1898 - Jerusalén, 1978) Política israelí. Era hija de un modesto carpintero judío de la parte occidental del Imperio ruso que emigró a Estados Unidos en 1906, como muchos judíos ashkenazis que huían de la marginación y las persecuciones que sufrían en Europa oriental a principios de siglo. Establecida la familia en Milwaukee, Golda se hizo maestra y se casó en 1917 con Morris Myerson (más tarde hebraizó su apellido como Meir).

Golda Meir se adhirió al movimiento sionista que buscaba el establecimiento de un Estado propio para los judíos, dentro de la mayoritaria corriente socialista. En coherencia con sus ideales, se trasladó con su marido a vivir y trabajar como colonos agrícolas en el kibbutz Mehavia en Palestina (1921), entonces bajo mandato colonial británico.

Pronto se establecieron en Tel Aviv y Golda empezó a ocupar puestos de responsabilidad en el movimiento laborista judío de Palestina, el Histadrut: trabajó en su empresa constructora (esencial para los proyectos de colonización), dirigió su rama femenina y por fin, en 1934, fue elegida secretaria general, convirtiéndose en una de las principales colaboradoras de David Ben-Gurión al frente del partido Mapei.

Acabada la Segunda Guerra Mundial (1939-45), y mientras se agudizaba la presión sionista para exigir la independencia de los británicos, Golda Meir ejerció incluso transitoriamente como presidenta de la Agencia Judía de Palestina (1946), que funcionaba como gobierno en la sombra de los colonos judíos (ya que los restantes dirigentes estaban detenidos por las autoridades coloniales). Desde aquel cargo colaboró eficazmente en el proceso que culminó con la creación del Estado de Israel en 1948 (fue una de las firmantes de la declaración de independencia).

Pasó seis meses como embajadora del nuevo Estado en la Unión Soviética, intentando que las autoridades comunistas suavizaran el trato a la comunidad judía y dejaran de poner trabas a la emigración hacia Israel. En 1949 Ben-Gurión le nombró ministra de Trabajo y Seguridad Social, cargo en el que demostró una gran eficacia en la construcción del Estado de Bienestar israelí y la integración laboral y social de las masas de inmigrantes que afluían al país.

Luego pasó a ocupar la cartera de Asuntos Exteriores (1956-66), desde la cual desplegó una gran actividad para lograr el reconocimiento y el apoyo al Estado de Israel por los nuevos países independientes que estaban surgiendo de la descolonización africana. Su avanzada edad y graves problemas de salud le hicieron anunciar por dos veces su retirada de la política activa (en 1965 y 1968); pero hubo de regresar a instancias de sus compañeros, para evitar que las rivalidades personales entre los líderes socialistas acabaran con la unidad del partido.

En 1965 se enfrentó con Ben-Gurión, que abandonó el Mapei, quedando Golda Meir como secretaria general. Luego participó en la reunificación de las fuerzas socialistas en el Partido Laborista (fundado en 1968). Y en 1969 accedió al cargo de primera ministra tras la muerte de Levi Eshkol, respaldada por una holgada mayoría en las elecciones de aquel mismo año. Desde ese puesto apoyó la política de su ministro Moshé Dayán y el ala derecha del partido, impulsando la colonización de los territorios árabes ocupados desde la guerra de 1967.

En 1973 hubo de hacer frente a un nuevo ataque combinado de los países árabes contra Israel, la Guerra del Yom Kippur; aunque Israel rechazó el ataque y respondió con una ofensiva victoriosa sobre sus enemigos, no pudo obtener frutos de su victoria, ya que los países árabes utilizaron su virtual monopolio sobre las exportaciones mundiales de petróleo para imponer una paz favorable mediante la presión diplomática occidental. Ello, unido a la imprevisión de los servicios secretos israelíes ante el ataque árabe, desacreditó a la primera ministra y provocó su caída en 1974, sustituyéndola Isaac Rabin al frente del Gobierno y del partido.

sábado, 21 de agosto de 2021

EL INTERÉS Y LA USURA EN LAS TRADICIONES RELIGIOSAS-primera parte

La usura, entendida como la práctica de imponer al préstamo un interés financiero, tiene una existencia que se remonta 4.000 años atrás. A lo largo de la historia ha sido casi siempre condenada, a menudo prohibida, siempre despreciada y, en la mayoría de los casos, restringida y controlada. Hoy en día, sin embargo, se distingue el interés de la usura, el primero sería la retribución, en general, del uso del dinero, y usura sería un tipo de interés moralmente injustificado. Las críticas, sin esa distinción (al menos en sus orígenes), más virulentas han procedido en el hinduismo, budismo, judaísmo, cristianismo e islam, sin olvidarnos de grandes nombres del paganismo como Platón, Aristóteles o Séneca.

Las referencias más antiguas las hallamos en los textos del hinduismo, en concreto en los Vedas (2000 a. de C.) donde a menudo se asimila al usurero (KUSIDIN) con cualquier prestamista de dinero a interés. Posteriormente, tanto en los SUTRAS del hinduismo como en los JATAKAS del budismo, se hacen referencia al cobro de intereses, práctica por la que invariablemente se muestra el mayor de los desprecios. Esta prohibición era especialmente tajante en el caso de BRAHMANES y KSHATRIYAS, la casta sacerdotal y guerrera, respectivamente. Poco a poco, la visión negativa de la usura se va relativizando, como podemos ver en las LEYES DE MANU, donde leemos que “no puede ser cobrado un interés estipulado más allá de la tasa legal; esto es lo que se denomina forma usuraria de préstamo”. Esta disolución del concepto continuó hasta la actualidad, y aunque en el mundo hindú la usura sigue siendo algo reprobable, este término ya sólo se aplica al interés cobrado por encima de los niveles socialmente aceptados.

En el judaísmo, la prohibición de la usura está estipulada en la Torá: “Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés” (Éxodo 22-24). “Si tu hermano se queda en la miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuera un extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. No le prestes dinero a interés, ni le des comidas para sacar provecho. Yo soy el Señor, su Dios, el que los hizo salir de Egipto para darles la tierra de Canaán y para ser el Dios de ustedes” (Levítico 25, 35-38)

Sin embargo, en el Deuteronomio se establece una distinción entre el judío y el extranjero: “No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. Podrás prestar a interés al extranjero, pero no a tu compatriota, para que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra de la que vas a tomar posesión” (Deuteronomio 23, 20-21) En otros pasajes de la Biblia encontramos también expresada una crítica a la usura: “Señor, ¿quién habitará en tu santa Montaña? El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente” (Salmo 15, 1- 5) Además de las prohibiciones o reprobaciones estrictamente bíblicas, hay varias extensiones talmúdicas de las prohibiciones del cobro de intereses, conocidas como AVAT RIBBIT, es decir, “EL POLVO DEL INTERÉS”. Este se distingue del RUBBIT KEZUZAH, o interés adecuado sobre una cantidad o una tasa acordada entre el prestamista y el prestatario.

La palabra hebrea para interés es NESHEKH, que significa literalmente “MORDEDURA”. La supresión de esta mordedura era un ideal al que se aspiraba pues por medio de ella muchos quedaban reducidos a la condición de esclavos por no pagar sus deudas. De todas formas, a pesar de la prohibición, la práctica se desarrolló de forma habitual en los tiempos bíblicos, y con el tiempo, se fue estableciendo una forma estandarizada de interés “legal”, conocida como HETTER ISKA, que ha perdurado hasta nuestros días.

martes, 17 de agosto de 2021

SANTA MARÍA VIRGEN REINA

El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles. Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Éfeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".

Juan Pablo II explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".

"La Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. (...). Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida".

Las Sagradas Escrituras nos enseñan que los que son de Cristo reinarán con El y la Virgen María es ciertamente de Cristo.

Romanos 5-17
"En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, por Jesucristo!"

Razones por las que María Santísima es Reina de todos:

1- Por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El Rey universal. (Col 1, 16).

Isabel, movida por el Espíritu Santo, hace reverencia a María, no considerándose digna de la visita de la que es "Madre de mi Señor" (Lc 1:43). Por la realeza de su hijo, María posee una grandeza y excelencia singular entre las criaturas, por lo que Santa Isabel exclamó: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno" (Lc 1:42).

El ángel Gabriel le dijo a María que su Hijo reinaría. Ella es entonces la Reina Madre.

Su reino no es otro que el de Jesús, por el que rezamos "Venga tu Reino". Es el Reino de Jesús y de María. Jesús por naturaleza, María por designio divino.

En 1 Reyes 2,19 vemos que la madre del Rey se sienta a su derecha.

“De la unión con Cristo Rey deriva, en María Reina, tan esplendorosa sublimidad, que supera la excelencia de todas las cosas creadas; de esta misma unión nace su poder regio, por el que Ella puede dispensar los tesoros del reino del Divino Redentor; en fin, en la misma unión con Cristo tiene origen la eficacia inagotable de su materna intercesión con su Hijo y con el Padre” (Pío XII, Encíclica MYSTICI CORPORIS).

2- Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el principio hasta el final, Cristo le otorga la corona. Cf. Ap. 2,10  En María se cumplen las palabras: "el que se humilla será ensalzado". Ella dijo "He aquí la esclava del Señor"

3- Por ser la corredentora. Juan Pablo II, en la audiencia del 23-7-97 dijo que "María es Reina no sólo porque es Madre de Dios, sino también porque (...) cooperó en la obra de la redención del género humano. (...). Asunta al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo".

Características del reinado de María Santísima:

a) Preeminencia: "Su honor y dignidad sobrepasan todo la creación; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia" San Germán.

b) Poder Real: que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no solo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.

c) Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a María como Reina del cielo y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe.

d) Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielos y tierra y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios.

En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra. Con El y sometida con todo su corazón con toda su voluntad a Él, colaboró en el Misterio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación.

Pío XII en 1954, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma. En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de María, la ENCÍCLICA AD COELI REGINAM (Oct 11, 1954).

Otro Papa, en esta oportunidad Juan Pablo II el 19 de Junio de 1983 en Polonia expreso:

"Al Reino del Hijo está plenamente unido el Reino de su Madre su Reino y el de ella, no son de este mundo. Pero están enraizados en la historia humana, en la historia de toda la raza humana, por el hecho de que el Hijo de Dios, de la misma sustancia que el Padre, se hizo hombre por el poder del ES en el vientre de María. Y ese reino es definitivamente enraizado en la historia humana a través de la Cruz, al pie de la cual estaba la Madre de Dios como corredentora. Y es en ese evento de la Cruz y María al pie de su hijo, que el Reino se funda y permanece. Todas la comunidades humanas experimentan el reino maternal de María, que les trae más de cerca el reino de Cristo"

LA FIESTA DEL SACRIFICIO

EID AL ADHA o AID AL-ADHA se conoce como la CELEBRACIÓN DEL SACRIFICIO, es la festividad mayor de los musulmanes que conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como en el Corán, en el que se muestra la voluntad de ABRAHAM (IBRAHIM) de sacrificar a su hijo como un acto de obediencia a Dios, antes de que Dios interviniera para proporcionarle un cordero y que sacrificara a este animal en su lugar. En varios países del África musulmana, tales como Malí, Níger, Senegal o Benín, dan el nombre de Tabaski a esta fiesta, y en una parte de Amazighs en África del Norte le nombran Tafaska. En muchos lugares de habla hispana es conocida como FIESTA DEL CORDERO.

Esta festividad, que tiene lugar el décimo día del mes de ZIL-HAJJ (entre septiembre y noviembre), 70 días después del EID AL-FITR, es incorporada en el HAJJ, la gran peregrinación a LA MECA, que debe realizarse por lo menos una vez y preferiblemente durante este mes. El EID AL-ADHA se celebra por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal (comúnmente una vaca o un cordero) como acción de gracias a Dios por salvar la vida de ISMAEL, hijo del profeta ABRAHAM.

En este día, los musulmanes que están en LA MECA concluyen los ritos de su peregrinación y, después de la oración especial, sacrifican —o más modernamente, pagan para que un matarife cualificado sacrifique en su lugar— generalmente un cordero. Sin embargo, la mayoría celebra la festividad en sus lugares de residencia, acudiendo a las mezquitas para la oración y luego, aquellos que pueden hacerlo, sacrifican y celebran una comida a la que se invitan mutuamente. Normalmente suele celebrarse al aire libre, en las afueras de las ciudades, en una zona abierta denominada MUSALLA. La carne del animal es separada en tercios; una para la persona que obsequia la bestia, otra para repartir entre sus parientes y el último tercio para los necesitados, independientemente de su religión, raza o nacionalidad.

El musulmán acude a la oración tras haber realizado la ablución mayor y haberse ataviado con su mejor ropa, limpia y perfumada. Recita unos versículos que sólo se mencionan durante las dos fiestas anuales y en los enterramientos. Los musulmanes glorifican a Dios hasta que el imán inicia la oración recitando siete TAKBIR (ALLAHU AKBAR) y haciendo dos prosternaciones. Después, el imán pronuncia una JUTBA (‘SERMÓN DEL VIERNES’) a los miembros de la comunidad que se hallan presentes. Por último, se disuelve la reunión y los asistentes se besan en señal de hermanamiento y se felicitan por la fiesta.

Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el Islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor sumisión a Dios que ABRAHAM (IBRAHIM en árabe), quien estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo primogénito ISMAEL como prueba de su lealtad a Dios. Al final, Dios fue clemente y paró su brazo en el aire justo cuando iba a cercenar el cuello de su hijo. Agradecido, ABRAHAM sacrificó en su lugar un carnero y es, en imitación de ese acto, que los musulmanes sacrifican sus animales en lo que se considera la FIESTA MAYOR DEL ISLAM. Según el Corán, ISMAEL, el hijo primogénito de ABRAHAM, engendrado por su esposa AGAR, fue el protagonista de la historia a diferencia de la tradición judeocristiana, que otorga este papel a ISAAC.

sábado, 14 de agosto de 2021

Valor de los Catecismos - 1º Parte

A lo largo de los siglos, y de la tarea que la Iglesia ha ido realizando en el campo de la catequesis y de la evangelización, los conceptos: catequesis, catecismos, catequistas, han ido adquiriendo distintos matices. Se ha ido perfilando y diluyendo, el sentido original de la idea de catecismo.

En referencia al catecismo se entendió portal en los tiempos primitivos la presentación de un texto escrito, de un libro, que la comunidad cristiana y su autoridad ponían a disposición de los encargados del catecumenado.

Pero no era un texto cualquiera ni hecho por cualquiera. Era de la comunidad y de la autoridad. Lo redactaba alguien con capacidad. Lo aceptaba y publicaba la autoridad. Lo recibía y lo asimilaba la comunidad, en forma incipiente cuando alguien quería entrar en ella. En forma proficiente por medio de las homilías y celebraciones que lo desarrollaban. Esta idea más o menos explícita, que se fue desarrollando con los siglos, nos permite presentar positiva y negativamente lo que es, o tiene que ser, el catecismo cristiano.

El catecismo fue siempre un guión de apoyo para la explicación, no un libro de materia religiosa sin más. Fue un resumen con el contenido fundamental de la doctrina que hace posible la fe. Ofrecía una información doctrinal que había que clarificar, no una exhortación moral o espiritual. Del mismo modo que se hacía con el credo, o confesión de fe, el cual se recitaba como profesión o proclamación, el catecismo se explicaba como preparación y se seguían modelos que se transcribían y conservaban en diversas comunidades.

No se denominó "catecismo" a estos resúmenes escritos hasta final de la Edad Media. Pero los ecos de algunos de los documentos hacen sospechar que estu-vieron difundidos tales escritos en diversos lugares del Mediterráneo desde los primeros siglos. Se pueden citar los textos de Clemente de Alejandría en el s. II (en su Pedagogo), de Orígenes en el s. III (en los que con frecuencia alude a la labor del "didascalos"), y sobre todo de San Cirilo de Jerusalén (S. IV) con sus 24 "Catequesis bautismales”, o de S. Juan Crisóstomo (s IV) con las recientemente descubiertas (1954) ocho “Catequesis bautismales”.

Las transcripciones de textos de este estilo se prolongaron a lo largo de los tiempos hasta la Edad Media y se miraron como valiosos guiones para animadores de catecúmenos. El catecismo texto adquirió así una autoridad religiosa, eco del ejercicio del Magisterio, que se presentó ante los fieles, pastores y dirigidos, para ayudar a conocer, aceptar y vivir la fe cristiana. Desde entonces es un instrumento escrito y docente, diferente de otros escritos (exhortaciones, comentarios, sumas de teológicas, devocionarios, hagiografías, etc.) que sirve a la fe. Si es instrumento de fe, no se debe infravalorar por lo que alude a fe; pero tampoco se puede magnificar por ser instrumento.

- Que desde los primeros tiempos cristianos se dio importancia a tener en breves resúmenes la exposición de la doctrina cristiana. La Didajé, de fines del siglo I, con sus 17 capítulos, puede ser considerada como el primer texto.

- Que fue Lutero, con su "Catechismus", que en vida suya tuvo en diversas ediciones más de 100.000 ejemplares de tirada, el que puso en evidencia la importancia del texto escrito. Como reacción surgieron los grandes catecismos humanistas: el de Roberto Belarmino, el de Pedro Canisio, el Catecismo romano de San Pío V y de San Carlos Borromeo. En España surgieron el de Gaspar Astete y el de Jerónimo de Ripalda, entre otros muchos. En America el Pedro de Gante o el de San Toribio de Mogrovejo.

- Que en el siglo XVIII y XIX se diversificaron los catecismos. Algunos Padres del Concilio Vaticano I (año 1870), como San Antonio María Claret, pedían ya entonces un texto único para la Iglesia universal.

- El último acto eclesial en este sentido es el Catecismo de la Iglesia Católica, presentado por Juan Pablo II con la Constitución Apostólica Fidei Depósitum del 11 de Octubre de 1992. Es el catecismo de referencia para que los textos, que en los años venideros se preparen en las diversas iglesias locales, se orienten y se inspiren, de cara a presentar la doctrina cristiana.

Son importantes los datos sobre de los catecismos universales. Pero interesa a los catequistas conocer y captar la dinámica de los Catecismos que los Obispos españoles o americanos han ido presentando como referencia de la catequesis en todas las Diócesis de nuestro territorio. Ellos son los instrumentos de referencia catequística en las diversas diócesis

Es preciso clarificar las palabras y el lenguaje del Catecismo, mirando al Concilio Vaticano II que dio un impulso nuevo a la renovación catequética en nuestros días. El Concilio no hizo ninguna declaración explícita sobre la catequesis y la evangelización; tampoco publicó ningún documento sobre ello. Pero entendió que la responsabilidad catequística y evangelizadora estaba en la base de sus trabajos y de sus declaraciones. Llevó a cabo una seria y profunda reflexión sobre aquellos elementos de la fe de la Iglesia que son cimientos de la evangelización y de la catequesis.

Posteriormente las sugerencias del Concilio se recogen y ordenan en unos documentos que desarrollan las normas y consignas conciliares.

Se publican documentos postconciliares de alcance universal como:

+ 1971: "Directorio General de Pastoral Catequética"

+ 1975: La Exhortación Apostólica "La evangelización en el mundo contem-poráneo" (Evangelii Nuntiandi), de Pablo VI.

+ 1979: La Exhortación Apostólica" "Sobre el modo de dar la catequesis" (Catechesi Tradendae"), de Juan Pablo II.

+ 1997. La Congregación Romana para el Clero publica su nuevo “Directorio General para la Catequesis

En diversos Episcopados mundiales y europeos se multiplican también los documentos sobre el modo de orientar la catequesis. Por ejemplo, en España podemos recordar, entre muchos, en 1983: "La catequesis de la comunidad: Orientaciones pastorales para la catequesis en España hoy". En America latina los documentos de las Conferencias Episcopales (CELAM de Medellín, de Pueblo, de Santo Domingo y de Aparecida insistieron en su significado eclesial.

Sus orientaciones han sido muy variadas. Tres líneas han predominado en estos instrumentos de catequización eclesial:

- Catequesis doctrinal: lo fundamental es la transmisión de verdades, sobre todo fomentando su memorización y comprensión.

- Catequesis kerigmática: transmite, no la doctrina, sino a Cristo como síntesis de la historia de la salvación.

- Catequesis antropológica: el interés se pone en el sujeto que vive la catequesis. (Catequesis de la experiencia)

En los demás diversos lugares del mundo, van surgiendo una serie de Documentos llamados catecismos que ordinariamente dependen de cada Diócesis, sobre todo en los ambientes católicos de Latinoamérica. El Obispo de cada localidad determina cuál es el texto de referencia para sus diocesanos. E incluso hace referencia a los mejores materiales didácticos que pueden ser aprovechados por los catequistas de él dependientes.

martes, 10 de agosto de 2021

LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS

La Transfiguración acontece después del primer anuncio de la muerte de Jesús (Mt 16,21). Este anuncio trastorna la cabeza de los discípulos, sobre todo la de Pedro (Mt 16,22-23). Ellos tenían los pies en medio de los pobres, pero la cabeza estaba perdida en la ideología dominante de la época. Esperaban a un rey glorioso. La cruz era un impedimento para creer en Jesús. La Transfiguración, donde Jesús aparece glorioso en lo alto de la montaña, era una ayuda para que ellos pudiesen superar el trauma de la cruz y descubrir en el Maestro al verdadero Mesías. Pero aun así, muchos años después, cuando la Buena Nueva ya estaba difundida por Asia Menor y por Grecia, la cruz seguía siendo un gran impedimento para que los judíos y para que los paganos aceptaran a Jesús como Mesías. “El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios”, así nos recuerda (1Cor 1,18). Uno de los mayores esfuerzos de los primeros cristianos consistió en ayudar a las personas a que percibiesen que la cruz no era escándalo ni locura, sino la expresión más preciosa del poder y de la sabiduría de Dios (1 Cor 1,22-31).

• Mateo 17,1-3: Jesús cambia aspecto. Jesús sube a una montaña alta, Lucas añade que subió allí para rezar (Lc 9,28). Allí encima, Jesús aparece en la gloria ante Pedro, Santiago y Juan. Junto con el Maestro aparecen Moisés y Elías. La Montaña alta evoca el Monte Sinaí, donde, en el pasado, Dios había manifestado su voluntad al pueblo, entregando las tablas de la ley. Los vestidos blancos recuerdan a Moisés que quedó fulgurante cuando conversaba con Dios en la Montaña y de él recibía la ley, (Ex 34,29-35)

Elías y Moisés, las dos mayores autoridades del Antiguo Testamento, conversaban con Jesús. Moisés representa la Ley, Elías, la profecía. Lucas informa que la conversación fue sobre el “éxodo” (la muerte) de Jesús en Jerusalén (Lc 9,31). Así queda claro que el Antiguo Testamento, tanto la Ley como los Profetas, enseñaban ya que para el Mesías, el camino de la gloria tenía que pasar por la cruz.

• Mateo 17,4: A Pedro le gusta, pero no entiende. A Pedro le gusta y quiere asegurarse ese momento agradable en la Montaña. Se ofrece para construir tres tiendas. Marcos dice que Pedro tenía miedo, sin saber lo que estaba diciendo (Mc 9,6), y Lucas añade que los discípulos tenían sueño (Lc 9,32). Ellos son como nosotros: tienen dificultad en entender la cruz.

• Mateo 17,5-8: La voz del cielo aclaró los hechos. Cuando Jesús es envuelto en la gloria, una voz desde lo alto dice: Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo". La expresión “Hijo muy querido” evoca la figura del Mesías Siervo, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1). La expresión “Escúchenlo” evoca la profecía que prometía la llegada de un nuevo Moisés: “El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo harás surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán” (cf. Dt 18,15).

En Jesús, las profecías del AT se están realizan. Los discípulos no pueden dudar. Jesús es realmente el Mesías glorioso y el camino para la gloria pasa por la cruz, según había sido anunciado en la profecía del Mesías Siervo:

“Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. El fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros. Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca. Fue detenido y juzgado injustamente, y ¿quién se preocupó de su suerte? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo. Se le dio un sepulcro con los malhechores y una tumba con los impíos, aunque no había cometido violencia ni había engaño en su boca” (Is 53,3-9).

La gloria de la Transfiguración lo comprueba. Moisés y Elías lo confirman. El Padre lo garantiza. Jesús lo acepta. Ante todo lo que estaba aconteciendo, los discípulos quedan con mucho miedo y caen rostro en tierra. Jesús se aproxima, los toca y dice: "Levántense, no tengan miedo" Los discípulos levantan los ojos y ven sólo a Jesús y a nadie más. De aquí en adelante, Jesús es la única revelación de Dios para nosotros. Jesús, y solamente él, es la clave para poder entender la Escritura y la Vida.

• Mateo 17,9: Saber guardar el silencio. Jesús pidió a los discípulos que no dijeran nada a nadie hasta que él hubiese resucitado de los muertos. Marcos dice que ellos no sabían lo que significaba resurrección de los muertos (Mc 9,10). De hecho, no entiende el significado de la cruz que no enlaza el sufrimiento con la resurrección. La cruz de Jesús es la prueba de que la vida es más fuerte que la muerte. La comprensión total del seguimiento de Jesús no se obtiene por medio de la instrucción teórica, pero sí por el compromiso práctico, caminando con él por el camino del servicio, desde Galilea hasta Jerusalén.

La Transfiguración se narra en los tres evangelios: Mateo (Mt 17,1-9), Marcos (Mc 9,2-8) y Lucas (Lc 9,28-36). Señal de que este episodio recogía un mensaje muy importante. Como hemos dicho, se trató de una ayuda muy grande para Jesús, para sus discípulos y para las primeras comunidades. Confirmó a Jesús en su misión en cualidad de Mesías-Siervo. Ayudó a los discípulos a superar la crisis que la cruz y el sufrimiento les causaban. Llevaba a las comunidades a profundizar en su fe en Jesús, Hijo de Dios, Aquél que reveló el Padre y que se convirtió en la nueva clave para interpretar la Ley y los Profetas.

La Transfiguración continúa siendo una ayuda para superar las crisis que el sufrimiento y la cruz nos producen hoy. Hay momentos en la vida en los que el sufrimiento es tan grande que una persona llega a pensar: ¡Dios me ha abandonado! Y de improviso la persona descubre que Él jamás se ha alejado, sino que la persona tenía los ojos vendados y no se daba cuenta de la presencia de Dios. Entonces todo cambia y se transfigura. ¡Es la Transfiguración! Sucede cada día en nuestra vida.

SANTA CLARA DE ASÍS

Fundadora de las religiosas franciscanas, llamadas CLARISAS. Su padre pertenecía a una de las familias de mejor linaje de la ciudad, y su madre era una dama de profundo sentido cristiano. Cuando tenía 18 años, subyugada por el ardor evangélico de su compatriota, FRANCISCO, (que acababa de poner en marcha la nueva fraternidad), CLARA se confió a su dirección: abandonó su casa, y en la CAPILLA DE LA PORCIÚNCULA, donde vivía FRANCISCO, tomó el hábito de manos del santo, prometiéndole obediencia.

Inmediatamente fue confiada por FRANCISCO al monasterio benedictino de SAN PABLO DE LAS ABADESAS. Allí tuvo CLARA que vencer la enconada oposición de sus parientes. Quince días después, FRANCISCO le procuró un asilo más seguro en el convento de SANT´ANGELO IN PANZO, en las estribaciones del MONTE SUBASIO, donde fue a unírsele, fugada también clandestinamente, su hermana INÉS.

Posteriormente, FRANCISCO dispuso para CLARA y sus imitadoras una vivienda, adaptada al ideal de pobreza y sencillez que ella misma anhelaba, junto a la pequeña iglesia de SAN DAMIÁN, restaurada por el santo. Y en ella se instaló el pequeño grupo de DAMAS POBRES, llamadas luego CLARISAS, formado inicialmente por CLARA DE ASÍS y otras tres compañeras. La comunidad femenina imitaba en lo posible la de los hermanos franciscanos.

Durante cuarenta años, CLARA fue la superiora del convento de MONJAS DE SAN DAMIÁN. Su vida era de gran austeridad y muy rica en obras de caridad y piedad. Se cuenta que alejó con sus oraciones a los sarracenos que asediaban la población de Asís. Falleció en 1253 y fue canonizada dos años después. Sus restos descansan en la cripta de la iglesia dedicada a la santa en Asís. Su fiesta se celebra el 11 de Agosto.

Luego de conocer esta breve biografía de su vida: ¿porque SANTA CLARA DE ASÍS patrona de la televisión?

SANTA CLARA se encontraba gravemente enferma hasta el punto de no poder ir a la iglesia para rezar el oficio con las demás monjas en la solemnidad de la natividad de Cristo. Aquel día todas sus hermanas fueron a rezar y ella se quedó sola en la cama muy triste por no poder acompañarlas. Pero Nuestro Señor no quiso dejarla sin aquel consuelo y la hizo transportar milagrosamente a la iglesia de SAN FRANCISCO y pudo asistir a todo el oficio de los maitines y de la misa de media noche. Además pudo recibir la comunión, y finalmente, el Señor la llevó de nuevo a su cama. Cuando terminó el oficio en SAN DAMIÁN, las demás monjas fueron a ver a SANTA CLARA y le dijeron:

      “¡Ay madre nuestra, sor Clara! ¡Cuánto consuelo hemos tenido en esta santa noche de Navidad! Quisiera Dios que hubieras estado con nosotras”

Y CLARA respondió:

      “Yo doy gracias y alabanzas a mi Señor Jesucristo bendito, hermanas e hijas mías amadísimas, porque he tenido la dicha de asistir, con gran consuelo de mi alma, a toda la función de esta noche santa y ha sido mayor que la que han tenido ustedes. Por intercesión de mi padre San Francisco y por la gracia de mi Señor Jesucristo, me he hallado presente en la iglesia, y he oído con mis oídos espirituales y corporales todo el canto y la música del órgano, y hasta he recibido la sagrada comunión. Alégrense, entonces, y den gracias a Dios por esta gracia tan grande que me ha hecho”.

Es por esto que el 17 de febrero de 1958, el PAPA PÍO XII declaró a SANTA CLARA DE ASÍS patrona de la televisión y de las telecomunicaciones.

martes, 3 de agosto de 2021

SE NOS OLVIDÓ

Fue un momento muy valioso, pero solo eso, un momento. La humanidad se mantuvo conteniendo la respiración para no contagiarse, en ese tiempo sí se reflexionó acerca de la vulnerabilidad de nuestras vidas, del miedo a la muerte y después… todo se olvidó. Fueron meses donde la duda y la incertidumbre se apoderaron de nuestro pensamiento, muchos se acercaron sincera y honestamente al amor de Dios, buscaron esa relación personal en tiempos de pandemia. Pensé que estábamos frente a ese cambio en el rumbo de la humanidad, donde la solidaridad, el respeto y las acciones que habíamos llevado a cabo hasta ese momento, tendrían un nuevo horizonte, quería creerlo, pero después… se olvidó. Llegó la vacuna como una protección para volver a ser y hacer lo mismo: Actitudes de egoísmo, exceso de poder e imposición de pensamiento, la humanidad sigue su mismo rumbo.

Para muchos el objetivo principal es “comerse el mundo”, aunque no dejen nada para nadie. Tener el poder es lo que importa, el bien común no es algo que se encuentre en las prioridades de la población mundial, el amor sigue siendo para aquello que viven en un estado idílico. Una gran parte de las personas no quiere aprender, ni acercarse al conocimiento, como parte valiosa de su vida, más bien, buscan el entretenimiento todo el tiempo y no quiero decir que este sea menospreciado o algo que no debamos valorar, lo que quiero exponer es que se ha convertido en parte vital, indispensable de la población mundial como algo a lo que se debe aspirar, el entretenimiento por encima de todo y esto es lo desalentador. Puede faltar el conocimiento, pero que nunca falte un dispositivo para evadirse de la realidad. La vida regresa a su frenesí, a lo mismo… se nos olvidó que un día se detuvo el planeta entero y que pudimos cambiar.

Los bancos siguen hablando el lenguaje del dinero y eso los deshumaniza, las empresas continúan pensando en incrementar sus ventas con estrategias inhumanas para sus trabajadores, el consumo como estilo de vida. Lentamente se regresa a la vida como la conocimos un día, niños a las escuelas, personas en las calles, negocios abiertos y tráfico cotidiano. El planeta lentamente se vuelve a contaminar, las personas regresan a sus oficinas para continuar con el trabajo esclavizador, la vida vuelve a ser la misma… se nos olvidó. ¿Era inevitable? ¿Es parte de nuestra esencia? Estuvimos a muy poco y no lo hicimos. Tal vez, los dirigentes del mundo no quieren que seamos una sociedad diferente, una humanidad evolucionada, esos enormes emporios que dictan la forma en la que debemos hacer las cosas no quisieron esa transformación hacia la bondad, a la ayuda comunitaria, cambios que no benefician al sistema económico. Una vez más se trata de poder y de diferencias entre naciones.

Pudimos alcanzar el reino de Jesús, ese reino de amor y unidad, pero no quisimos, no pudimos o no nos dejaron. Veo tantos intereses en las personas que dirigen el rumbo de nuestro planeta, que el hambre y la desigualdad, seguirán siendo determinantes para el control de la misma humanidad.


Desde México en su segmento exclusivo “La Sencillez del Amor” Rafael Salomón.