domingo, 30 de julio de 2023

ESTOY ORANDO POR TI

En este lugar, sin ruidos, sin ninguna distracción, solo un corazón dispuesto y sincero, si me lo permites, quiero orar contigo y por ti. Te conozca o no, en este momento estoy pidiendo por ti, por tu vida, por tu salud, por ese problema de salud por el que estás atravesando. Simplemente por unirme en tu intensión, sin esperar nada, solo la voluntad de Dios. Quiero recordarte que nuestra debilidad se transforma cuando pedimos con humildad. Al momento de elevar esta oración, me gustaría que sintieras mi sincera intención por hacerla y sientas mi compañía en este instante cuando leas estas líneas, quiero unirme contigo para que juntos pidamos por lo que estás atravesando.

No estás sola, no estás solo, en este momento somos dos pidiendo por aquello que agobia a tu corazón. Es momento de hacernos fuertes en nuestras debilidades, tal vez estás roto o rota, permite que esta oración repare y restaure todo lo que se ha estrellado en tu interior. Estamos juntos ahora, sin conocernos o conociéndonos, pero acompañándonos en este trayecto del camino. Enciende la fe que seguramente se ha apagado por el dolor, vuelve a tomar aliento, aunque lo hayas perdido. Confía en el amor y generosidad de Dios, somos sus hijos y siempre ha querido nuestra felicidad y tranquilidad.
Confiemos en la cercanía que nos ofrece la oración, como hermanos y como hijos de un mismo Padre, que nos ama de una forma excepcional. Estoy orando por ti, contigo y en unidad. Esto por lo que estás atravesando, también pasará, porque así lo expresó Jesús: Todo pasará. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Mateo 24,35

En este momento en donde a veces la paciencia se llega a perder, oremos. Deja que el poder sutil de las palabras impregnen tu vida y se queden en tu corazón. En manos de Dios dejaremos nuestra angustia, tristeza, dolor y desesperación, oremos. Para que regrese a nosotros la paz y la calma, que por nuestra plegaria regresemos al verdadero equilibrio que solo el amor de Dios nos da. Oremos con sinceridad y con humildad para aceptar la voluntad de quien lo ha creado todo y de quien hemos recibido todo.

Te pido por las personas que entrarán a un quirófano, para que disminuyas la incertidumbre de los familiares y les des a los doctores los conocimientos y dones en el Espíritu y así regrese la sanidad a los enfermos. Oramos por quienes están accidentados, dales una nueva oportunidad, si está en tus planes. Oremos por las personas que han perdido su trabajo y están desesperadas, te imploramos Señor, que no les falte el pan de cada día, ni una mano que les ayude a levantarse de esta situación.

Te pido por quienes hemos perdido a nuestros seres queridos, por ese dolor indescriptible que sentimos, ayúdanos en este momento de desesperanza. Oremos por quienes lo han perdido todo, su dolor es tan profundo que no pueden ver la esperanza que hay en la fe, te pedimos tanto por nuestros hermanos en desgracia. Finalmente, quiero agradecerte mi hermano y hermana, por permitirme orar contigo y unirnos en esta hermosa fortaleza espiritual la cual se llama oración. En silencio y en soledad, con todo mi ser, estoy orando por ti.

Rafael Salomón
Para ANUNCIAR Informa (AI)

LA VIDA OCULTA DE JESÚS-Tercera Parte

¿Qué profesión practicó JESÚS durante su adolescencia? Sabemos que todo padre de familia judío procuraba para su hijo una ocupación, pues los rabinos decían: “El que no le enseña a su hijo un oficio, le enseña a robar”. Marcos, como vimos, dice que cuando JESÚS fue a predicar en la sinagoga de Nazaret los aldeanos comentaron: “¿No es éste el carpintero?” (Mc 6,3). La palabra griega TÉKTON (CARPINTERO) se aplicaba a quien trabajaba con materiales duros como la piedra, el hierro o la madera. Era propiamente un artesano. Requería esfuerzo y fuerza muscular. Muchos han puesto en duda esta afirmación de Marcos.

Mateo, por ejemplo, dice que la gente comentaba que JESÚS era “hijo” del carpintero (Mt 13,55), no que él lo fuera. Lucas, por su parte, dice que la gente preguntaba: “¿No es éste el hijo de José?” (Lc 4,22), con lo cual ninguno de los dos sería carpintero. Segundo, porque Nazaret, ubicada en la fértil región de la Galilea, era un pueblo de campesinos, donde la mayoría de sus habitantes se dedicaba a la agricultura y a criar ganados. Y tercero, porque en casi todas las parábolas de JESÚS hay imágenes del ambiente agrícola (el sembrador, la cizaña, la viña, la higuera, la semilla de mostaza, etc.), y no del ambiente de la carpintería.

Sin embargo hoy los biblistas han concluido que Marcos, el primer evangelista que escribió, no se habría animado a llamar a JESÚS “carpintero”, ocupación que gozaba de poco prestigio en aquella época, si no fuera porque efectivamente era cierto. En cambio sí hay motivos para que Mateo haya cambiado la información: como él buscaba acentuar en JESÚS la figura de un Maestro sabio, pensó que llamarlo carpintero sería poco respetuoso, por lo que prefirió llamar así a José. Y Lucas, más sensible que Mateo, vio como una burla de los galileos la mención de semejante oficio, y optó por suprimirlo tanto de José como de JESÚS.

El hecho de que sus parábolas aludieran tanto a la agricultura se debe a que su auditorio estaba formado, en su mayoría, por agricultores, por lo que buscó amoldarse a ese lenguaje. Podemos, concluir que JESÚS, durante los años de su vida oculta, trabajó como carpintero. Otras de las cosas que aprendió durante su adolescencia en Nazaret fue a rezar. Todo niño israelita a partir de los 13 años adquiría el hábito de orar tres veces por día: a la mañana, al mediodía y a la noche (Sal 55,18; Dn 6,11). Para ello se le enseñaba a cubrirse la cabeza y los hombros con un manto especial, llamado “TALIT”, que tenía en sus cuatro esquinas unos flecos o “ZITZIT”.

Éstos representaban las leyes divinas que un judío observaba de corazón por las “cuatro esquinas” de su vida. Eran en total 32 flecos (8 en cada esquina), porque el número 32 simboliza la palabra “corazón” en hebreo. Esta costumbre la había ordenado Dios a Moisés en el libro de los Números: “Habla a los israelitas para que se pongan flecos en la punta de sus mantos. Así al verlos, se acordarán de los mandamientos del Señor” (15,37-41). Dos eran las oraciones que un judío, desde su adolescencia, debía recitar cada día. La primera se llamaba “SHEMÁ” (en hebreo: “Escucha”), porque comenzaba diciendo: “Escucha, Israel: Yahvé es nuestro único Dios”. Más que una oración era una profesión de fe, sacada del libro del Deuteronomio (6,4-7). Y la segunda era la llamada “SHEMONÉ ESRE” (en hebreo: “Dieciocho”) porque consistía en dieciocho oraciones (tres alabanzas, doce peticiones y tres agradecimientos a Dios). En estas oraciones, repetidas a lo largo del día, el niño JESÚS fue aprendiendo a llamar a Dios “PADRE NUESTRO”. Y fueron éstas las que crearon el clima espiritual en el que creció, y las que marcaron profundamente su psicología religiosa de niño.

Desde su infancia, y acompañado por sus padres, el niño JESÚS concurría los sábados a la sinagoga de Nazaret. Como cualquier otro niño, se habrá sentido aburrido y distraído ante las interminables oraciones de la asamblea, que duraban casi toda la mañana, y que le resultarían difíciles de seguir porque eran en hebreo, lengua que él no entendía, ya que hablaba el arameo. Pero con el paso de los años fue aprendiendo las plegarias y los ritos, hasta que se le volvieron familiares. Además de concurrir a la sinagoga, el sábado debía ser venerado mediante la práctica del reposo total. Así, desde el viernes a la tarde el niño JESÚS debió de ayudar a su madre María en los preparativos de la celebración: traer doble provisión de agua, limpiar la humilde vivienda, colocar en su lugar las herramientas de trabajo, mientras María preparaba las dos comidas: para el viernes a la noche y el sábado al mediodía.

La vida oculta de JESÚS, no tuvo nada de extraordinario ni prodigioso, como la pintan las absurdas leyendas tejidas sobre ella. Fue en esta atmósfera sencilla y familiar, propia de los poblados de Galilea, donde el niño creció, maduró y descubrió la vida. El coro de los chicos en la escuela, la voz de las muchachas en la fuente de agua, el monótono golpear del martillo en la carpintería, el grito repetido de las madres llamando a casa a sus hijas entretenidas en la calle, fueron el clima que JESÚS respiró y asimiló durante 30 años. Y cuando un día su Padre del cielo le pidió que dejara todo y saliera a predicar el mensaje de salvación a sus hermanos los hombres, nunca se arrepintió de los años transcurridos en su pueblo, en su casa y con su gente; de sus años ocultos y silenciosos; de su trabajo en el taller y de sus reuniones con amigos. Nunca consideró ese tiempo como “perdido”, vivió cada día y cada época como la mejor que tenía. Y así también lo enseñó, cuando fue mayor: “No se preocupen por el día de mañana; mañana ya habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas” (Mt 6, 34).

Ariel Alvarez Valdez
Biblista

EL INTERÉS Y LA USURA EN LAS TRADICIONES RELIGIOSAS-segunda parte

Platón, en sus Leyes, consideró la usura como una enemiga del orden social, y Aristóteles la calificó en su Política de antinatural (El dinero es improductivo, “el dinero por si mismo no puede producir dinero”). Aristófanes en Las Nubes, o Plutarco, en sus MORALIA, la consideraban como un robo. En Roma, las reformas legales llevadas a cabo durante la República conocidas como LEX GENUCIA (340 a. de C.) prohibieron la usura y el interés. El derecho romano posterior estableció que quien hubiese contraído un préstamo estaba obligado a la restitución del TANTUNDEM, es decir, la misma cantidad prestada. Cuando la usura acabó convirtiéndose en una práctica habitual, se permitió el STIPULATIO USURARUM, mediante el que se establecía que, junto al TANTUNDEM, el prestamista podía exigir una cantidad libremente pactada por las partes. La extensión del fenómeno obligó a la legislación romana a fijar una tasa máxima de interés, que en el año 88 a. C. era del 1% al mes.

En lo que respecta al cristianismo, es necesario recordar que la prohibición del préstamo con interés ha sido una práctica unánime de la Iglesia Católica hasta el siglo XIX. La prohibición que aparecía en el Antiguo Testamento fue retomada por los Padres de la Iglesia quienes, como San Gregorio Niseno, San Juan Crisóstomo, San Agustín o Santo Tomás de Aquino, no ahorraron las críticas a esta actividad. Por ejemplo, Santo Tomás de Aquino razonando su posición muestra su rechazo al argumento de que el tiempo en que la persona tarda en pagar lo prestado justifica el cobrar interés, ya que el tiempo no es propiedad de nadie sino que ha sido designado por Dios para todos los seres humanos. “Por ello, el prestamista que cobra por el tiempo del préstamo comete un fraude, ya que le vende lo que pertenece lo mismo al deudor que a él, y va contra Dios, puesto que exige un precio por algo que Dios regaló a todos por igual”

San Basilio Magno describe en su Homilía sobre el Salmo XIV el carácter insaciable de la usura: “El pobre buscaba una ayuda y ha encontrado un enemigo. Buscaba una medicina, y ha encontrado veneno. En lugar de socorrerle en su pobreza, te has enriquecido con su miseria [….] Los perros, cuando reciben algo, se amansan, pero el usurero, cuando se guarda su dinero, se irrita aún más. No cesa de ladrar pidiendo siempre más [….] Apenas ha recibido el dinero cuando ya te está pidiendo el dinero del mes en curso. Y este dinero prestado genera un mal tras otro, y así hasta el infinito” La Iglesia ha condenado la usura al menos en nueve Concilios. En el de Nicea, en el año 325, la prohibición del cobro de intereses solo se explicitaba en el lado del clero, bajo pena de degradación eclesiástica. Más tarde, Carlomagno hizo extensiva la prohibición a toda la población en sus capitulares.

El segundo Concilio de Letrán (1139) condenó de forma tajante la actividad usuraria, incluida la que se desarrolla conforme al antiguo derecho romano. Con esta medida se erradicaba cualquier tipo de interés, por pequeño que este fuera. Los usureros, clérigos o laicos, eran considerados infames, siéndoles negada la cristiana sepultura. El tercer Concilio de Letrán (1179) renovó la condena de la usura: “[….] ordenamos que los usureros manifiestos no sean admitidos a la comunión, y que, si mueren en pecado, no sean enterrados cristianamente, y que ningún sacerdote les acepte las limosnas [….]”. Más tarde, el papa Alejandro III declaró la nulidad del testamento del usurero. Las mismas condenas se repitieron en el cuarto Concilio de Letrán (1215) El Concilio de Viena (1311-1312) señalaba que “ofendiendo a Dios y al prójimo”, en algunas zonas estaba autorizada la usura, cuyos intereses se cobraban además de forma coercitiva. Se estableció la excomunión para todos aquellos que, mediante decretos o sentencias, respaldaran el derecho de los usureros a cobrar los intereses.

En el decreto 29 podemos leer que “si alguien cayera en el error de afirmar que ejercer la usura no es pecado, disponemos que sea castigado como hereje” La última declaración oficial de la Iglesia Católica contra la usura, entendiéndose esta como cualquier tipo de interés, aparece en la encíclica VIX PERVENIT (1745) en la que el PAPA BENEDICTO XIV condena “ese género de pecado que se llama usura y que [….] consiste en que, partiendo de un préstamo, que por su propia naturaleza pide que se restituya solo la cantidad prestada, se quiere que se restituya más de lo que se recibió. Debido a esto, cualquier cantidad que supere el capital prestado es ilícito y usurario”

SAN CAYETANO

En el año 1480 nace Cayetano. Su padre es Gaspar y su madre María Porto. Tiene dos hermanos: uno mayor, Juan Bautista y Alejandro, el menor. A los dos años quedan huérfanos de padre. Con el comienzo del nuevo siglo, poco después del descubrimiento de América, Cayetano cursa la carrera de abogado. Sus compañeros lo eligen delegado estudiantil en la Facultad y sus profesores lo alaban por las altas notas obtenidas. Responde con sencillez:

El Papa Julio II nombra a Cayetano, Conde de Thiene, en un importante puesto en la Cancillería de los Estados Pontificios. Uno de sus secretarios escribe: "A pesar del puesto; Cayetano no se da ninguna importancia. Viste con sencillez, atiende a todo el mundo aunque sea fuera del horario de oficina. Siempre activo donde lo necesitan. Trata a todos igual, ya sean ricos o pobres. Si mantiene esta actitud tan servicial llegará a ser un hombre muy importante..."

"Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios. Mis años de abogado me enseñaron que el pueblo necesita palpar a Dios a través de las obras de los cristianos, de su acción, de sus enseñanzas, de su entrega. Quisiera hacer siempre la voluntad de Dios: esto deseo, y a esto aspiro. Ahora voy a dar otro rumbo à mi vida. Mi camino es dejar todo sin mirar atrás. Uniré mi propia vida a la Cruz de Cristo. Seré sacerdote"

A los 36 años, el 30 de septiembre de 1516, Cayetano es ordenado sacerdote. Comienza su acción apostólica en Venecia. Le preocupa el excesivo lujo de los palacios y la miseria de los suburbios. Se propone "no dejar de luchar hasta que vea a los cristianos correr hambrientos para nutrirse del Pan Sagrado" Organiza el primer Hospital de Enfermedades Infecciosas y cuando no queda dinero para pagar el sueldo a los mejores médicos de la ciudad ni para alimentar a los enfermos, ordena la venta de su biblioteca, lo último que queda de sus bienes: "Jamás dejaré de entregar lo mío a los necesitados hasta que me vea en tal pobreza que no me quede ni siquiera un metro de tierra para mi tumba, ni tenga un centavo para mi entierro"

Son tiempos difíciles. En Alemania Martín Lutero, un monje, proclama la separación del Papa y se independiza de la Iglesia de Roma. Cayetano responde con un nuevo proyecto: "Creo que la Iglesia es siempre la Iglesia. Como esposa de Cristo no tiene ninguna mancha, ninguna arruga, es blanca y pura; pero por culpa de los hombres aparece corrompida... Quisiera presentar ante los ojos del clero un grupo de sacerdotes que vivan juntos, cumplan con el celibato, no busquen el dinero, sepan ser pobres... entonces el ejemplo arrastrará y comenzaremos la reforma desde nosotros mismos"

El Papa Clemente VII aprueba el proyecto a pesar de la oposición de algunos asesores. Cayetano con varios compañeros dicen: "Somos célibes, como lo pide la Iglesia a todos sus sacerdotes. Queremos ser pobres: no poseeremos rentas, ni tierras. Sólo aceptaremos las donaciones espontáneas del pueblo. La riqueza no da al clero ni paz ni libertad para el apostolado. No viviremos ni en conventos ni en monasterios, sino en casas sencillas. Tendremos un superior responsable y dependeremos directamente del Papa. Nos dedicaremos al estudio de la Biblia, a la liturgia, a ayudar a los presos, pobres, enfermos. Nos Ilamamos Clérigos Regulares"

El 6 de mayo de 1527 las tropas del emperador Carlos V saquean Roma. El Papa huye por un túnel secreto. Las tropas se apoderan de los bienes, incendian casas, violan, profanan templos... Al llegar a la casa de los Clérigos Regulares les exigen dinero. Los sacerdotes responden que son pobres. La tropa no les cree y torturan a Cayetano enganchando su cuerpo con una soga de la que tiran a través de una polea. Se desmaya. Golpean al resto de los compañeros y se alejan furiosos. Otros soldados los encuentran. Los llevan prisioneros para pedir el rescate a sus familiares.

El pueblo de Nápoles se rebela contra el Virrey, representante de Carlos V. Tropas españolas y napolitanas se enfrentan en las calles y en las plazas. La furia de la multitud masacra brutalmente, el ejército imperial degüella sin contemplaciones. Cayetano, con sesenta y siete años, busca un acuerdo entre los rivales. Parece no conseguirlo. Enferma gravemente. Pide la Comunión. A las cinco de la tarde del 7 de agosto de 1547 muere. El pueblo le atribuye la paz, porque los embajadores del Emperador traen un acuerdo justo. El 12 de abril de 1671 el Papa lo declara santo.

CARAÍ AGOSTO

El 1º de agosto, según la tradición dice que se toma caña con ruda en los hogares del litoral y Mesopotamia argentina. En ayunas o de lo contrario no tiene el mismo efecto. La creencia popular considera que sirve para combatir los supuestos males que vienen con el mes más frío del año: agosto. La bebida en estos tiempos se ha modernizado en sus componentes. Del licor fabricado con chañar, algarroba, pata y o tunas, se pasó a la caña y el lugar de la mezcla de hierbas medicinales ahora es ocupado por la ruda. Según cronistas de la conquista, en esta época del año se producían grandes lluvias, las que, agregando el frío estacional, provocaban enfermedades epidemiológicas. Muchas aldeas se diezmaban a causa de las pestes. Los nativos encontraron la forma de combatir los males. A través de sus chamanes elaboraron el remedio consistente en mezclar hierbas con licores, del cual debía beberse un trago al comenzar la estación de las lluvias.

La bebida se elabora días antes, y debe ingerirse como primer alimento del día. Esta costumbre se remonta a varios siglos, cuando culturas aborígenes a través de la elaboración de un remedio consistente en mezclar hierbas con licores pretendían prevenir las enfermedades que se contraían durante la época del año, y en el mes de Agosto en la que se producían grandes lluvias, a parte del intenso frío. Según historiadores, el encuentro de culturas generó la predominancia de la conquistadora que cambió los componentes, llegando a nuestros días como se la conoce. El primero de agosto se toma una copita de caña con ruda, brebaje que se prepara con anticipación para que macere: se compra una botella de caña, se echan dentro algunas hojas de ruda, se la cierra y se la guarda. Llegado el momento, se la sirve a los seres queridos para que tengan un buen año.

Cuales son los componentes de esta milagrosa bebida: RUDA: La ruda es una planta perenne perteneciente a la familia de las rutáceas. Posee tallos erguidos y ramosos, de unos 70 centímetros de altura; hojas alternas gruesas compuestas de hojuelas partidas en lóbulos alargados y de color garzo azulado, flores menudas de cuatro pétalos de color amarillo en corimbos terminales y fruto capsular con abundantes semillas negras pequeñas y en figura de riñón, de olor desagradable. La hoja se suele emplear en medicina. Se la mezcla con alcohol para frotar los músculos y evitar calambres. También para combatir estados gripales. Con un preparado no muy fuerte se fricciona la espalda del enfermo. Es poco exigente con respecto a suelos, prospera bien en terrenos secos, pedregosos y expuestos al sol. Los climas templados o templados fríos son los más favorables. CAÑA: La caña es una bebida alcohólica destilada de la caña de azúcar dulce. Lugar de origen de la planta: Europa meridional. El CARAÍ AGOSTO es un CARAÍ DEL ÁRA (del guaraní), es decir un CARAÍ o SEÑOR DEL TIEMPO CRONOLÓGICO, de lo que va a venir. Es esta una vieja creencia, la del mes de agosto, que vinculó creencias guaraníes con creencias hispánicas. Las misiones jesuíticas y franciscanas fueron los ámbitos donde más se promovieron estas tradiciones, y entre ellas surgió la RUDA, una planta medicinal pero más mágica. Si bien se entrecruza muchas veces lo medicinal con lo mágico, en la tradición guaranítica existen plantas más medicinales y otras más ligadas a lo mágico. La RUDA es una de las plantas mágicas que existen en Corrientes, y desde esa magia se la vincula a lo medicinal.

BATALLA DE WATERLOO

A las 9 de la noche del 18 de Junio de 1815, Wellington y Blücher se encontraron en La Belle Alliance. Estaba terminando la que sería llamada, al día siguiente, Batalla de Waterloo. Era el final de la carrera política y militar de Napoleón Bonaparte, quién apenas un mes después partió rumbo al exilio, en la isla Santa Helena, donde murió el 5 de Mayo de 1821, a los 52 años. Todo había comenzado apenas unos meses antes, en Marzo, cuando Napoleón regresó a Francia después de haber escapado de su exilio de un año en la Isla de Elba (1814-1815). Cuando llegó a Grenoble se reunió con el Quinto Regimiento, al mando del Mariscal Ney, que había sido enviado por Luis XVIII para encarcelar a Napoleón. Pero los soldados se unieron al Emperador, y marcharon con él sobre París, entrando triunfantes a la ciudad el 20 de marzo. Luis XVIII dejó el trono, que fue nuevamente ocupado por Napoleón. Ese fue el comienzo de lo que se llamó Los Cien Días, que finalizarían con la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, a manos de la Séptima Coalición, una alianza de varias potencias europeas en contra de Bonaparte.

Entre el 1° de octubre de 1814 y el 9 de Junio de 1815, había sesionado en Austria el Congreso de Viena, convocado por Francisco I, Emperador de Austria, con el objeto de recomponer las fronteras europeas después de la derrota de Napoleón en Leipzig y su posterior exilio a Elba. Todos los países europeos participaron de este Congreso: Inglaterra, Francia, Prusia, Rusia, los estados germánicos, eslavos y nórdicos, España, Portugal. El ejército de Napoleón estaba conformado por 124.000 hombres (incluyendo los 23.000 de la Caballería, y los 21.000 que conformaban la Guardia Imperial), y 384 piezas de artillería. El ejército aliado contaba con 207.000 soldados, de los cuales 97.000 correspondían a las fuerzas anglo-holandesas, al mando directo de Wellington, 117.000 al ejército prusiano al mando de Blücher, 150.000 eran integrantes del ejército ruso, al mando de Barclay de Tolly y 210.000 austríacos a las órdenes de Schwarzenberg. Había, además, una segunda línea prusiana de 70.000 soldados.

El día 16 se luchó en dos frentes. Napoleón decidió atacar a los prusianos que se encontraban en el arroyo Ligny, mientras Ney obligaba a los ingleses a retroceder hasta Quatre Bras. El ataque de las tropas de Napoleón recién pudo comenzar a las 3 de la tarde, ya que tuvieron que esperar la llegada del 4° Cuerpo, al mando de Gerard. A las 9 de la noche, Napoleón consiguió hacer retroceder a los prusianos. Mientras en Quatre Bras Ney se enfrentaba al grupo holandés allí asentado y que estaba apoyado por soldados alemanes. Durante el día, distintos cuerpos de ejército aliado (ingleses y escoceses) se fueron uniendo a las tropas iniciales, mientras que los refuerzos que Ney pidió nunca llegaron, ya que se encontraban marchando a Ligny para unirse con Napoleón. A las 21:30 la batalla finalizó, sin que ninguno de los grupos hubiera tomado definitivamente la posición. Napoleón decidió entonces seguir a Wellington, sin darse cuenta de que los prusianos estaban reagrupándose para marchar al día siguiente. El día 17 los prusianos todavía no habían logrado reunirse con el ejército inglés. Pero contra todas las previsiones de Napoleón, no pensaban separarse de ellos, sino que seguían marchando a su encuentro. El general Thielmann, al mando del 3° Cuerpo del ejército prusiano, logró llegar a Wavre y asentó su campamento en La Bavette, mientras que el General von Zieten, del 1° Cuerpo, lo hizo a 1 km. de allí.

El día 18 a las 10 de la mañana Napoleón envió la orden a Grouchy de marchar a Wavre, pero Grouchy la recibió recién a las 3 de la tarde. Bonaparte ya había llegado al encuentro de las tropas inglesas. Planeaba hacer un falso ataque sobre el bien defendido flanco derecho del ejército de Wellington, para distraerlos, mientras atacaba el flanco izquierdo antes de que los prusianos pudieran intervenir. Aunque tenía pensado iniciar el ataque a las 9 de la mañana, no fue posible hacerlo sino hasta el mediodía, ya que muchas de las tropas no habían llegado todavía. Mientras tanto, cuerpos prusianos que no habían intervenido en Ligny fueron enviados a Mont-Saint-Jean por Blücher. Un grupo francés atacó el bosque Hougoumont, que rodeaba al castillo del mismo nombre. Lograron tomar el bosque, pero no vencer las defensas del edificio. Por la noche, la artillería francesa había caído en manos de los aliados y del ejército francés sólo quedaban miles de soldados dispersos. Los ingleses cesaron en la persecución a las 23, los prusianos continuaron durante toda la noche.

A las 21, Wellington y Blücher se habían reunido en el último cuartel general de Napoleón, La Belle Aliance. A las 21:30, Wellington comenzó a redactar el informe final de la batalla. Blücher sugirió que se llamara a éste enfrentamiento Batalla de La Belle Aliance, pero Wellington insistió en que debía llevar el nombre, como se hacía tradicionalmente, del lugar donde él había pasado la noche antes de la batalla, y ese lugar era Waterloo. Napoleón llegó a París el 20 de julio. Consciente de que esta derrota significaba el fin de su carrera, y sin apoyo político, abdicó a favor de su hijo. El 29 de Junio viajó a L’Ile d’Aix, se presume que con la intención de tomar un barco hacia América, pero finalmente viajó a Inglaterra, donde pidió protección. Esa “protección” fue su exilio en Santa Helena, una isla del Atlántico.

domingo, 23 de julio de 2023

LA VIDA OCULTA DE JESÚS-Segunda Parte

Lejos de las especulaciones legendarias, la actual investigación histórica sobre JESÚS permite dar con muchos elementos que habrían marcado los años “ocultos” de JESÚS en Nazaret. Todos sabemos qué hizo JESÚS durante los tres años de su vida pública: cómo recorrió las ciudades y pueblos de Palestina predicando el Reino de Dios, curando enfermos, resucitando muertos y enseñando parábolas. Pero ¿qué hizo durante los más de 30 años anteriores? ¿Por qué los evangelios guardan silencio sobre esa etapa de su vida.

¿Aprendió JESÚS a leer y escribir, en un pueblito tan insignificante como Nazaret, o permaneció analfabeto? Muchos piensan que semejante pregunta es absurda, ya que en los evangelios tres episodios muestran claramente que él sabía leer y escribir. El primero es aquél en el que los escribas y fariseos le presentaron una mujer sorprendida en adulterio para ver si debían apedrearla o no, y JESÚS, en vez de contestarles, “se agachó y se puso a escribir en la tierra con el dedo” (Jn 8,6). El segundo es cuando se presentó en la sinagoga de Nazaret, y lo invitaron a leer el libro del profeta Isaías (Lc 4,17). El tercero es aquél en el que los judíos, al escucharlo predicar en Jerusalén, se preguntaron maravillados: “¿Cómo es que éste sabe escritura sin haber estudiado?” (Jn 7,15).

Pero lamentablemente ninguno de estos tres textos sirve para probar la capacidad de lectura y escritura de JESÚS. El primero, porque al mostrar a JESÚS “escribiendo” con el dedo en el suelo, sin mencionar qué es lo que escribía, ha llevado a concluir que sólo trazó unas líneas sobre la arena, con la intención quizás de hacer ver su molestia a los acusadores de la mujer, sin tratarse de ninguna escritura real. El segundo, porque el texto del profeta Isaías que JESÚS lee en la sinagoga de Nazaret, así como está, no existe. Es un pasaje construido por el evangelista Lucas con versículos salteados de ese libro (es decir, de Is 61,1; 58,6 y 61,2). ¿Cómo se las hubiera arreglado JESÚS para leer en el libro de Isaías un pasaje semejante? El tercero, porque en realidad no dice que JESÚS supiera “escritura”, sino que sabía usar las Sagradas Escrituras (es decir, el Antiguo Testamento) en una discusión teológica, cosa que podía haber aprendido oralmente, sin saber por eso leer.

No tenemos, en los evangelios pruebas seguras de que supiera leer y escribir. ¿Podemos averiguarlo por otro lado? Sí. Sabemos que para los judíos, contrariamente a otros pueblos, el saber leer era una exigencia fundamental, debido a la necesidad de conocer las Escrituras. Por eso, dentro de lo posible procuraban impartir aunque más no fuera una instrucción elemental. Ahora bien, por la literatura judía sabemos que cuando JESÚS era niño existía en Nazaret, como en los demás pueblos de Palestina, una pequeña escuela a la que concurrían los niños desde los 5 años. El local estaba pegado a la sinagoga, y el programa escolar tenía dos ciclos básicos. El primero duraba 5 años. Los niños comenzaban aprendiendo las letras del alfabeto hebreo, y luego se iniciaban en la lectura de la Biblia, empezando por el libro del Levítico. De ahí pasaban a los demás libros bíblicos, repitiéndolos versículo por versículo, hasta que aprendían el texto sagrado casi de memoria. En la Biblia los alumnos estudiaban todo: la lengua, la gramática, la historia, la geografía. Terminada esta primera etapa los niños pasaban al segundo ciclo, que duraba 2 años. Allí se aplicaban al conocimiento de la “Ley Oral” judía (llamada MISHNÁ), es decir, a las interpretaciones y complementos que los doctores de la Ley hacían de las leyes bíblicas.

A llegar a los 12 años, los niños terminaban sus estudios. Si alguno era particularmente brillante, entonces podía cursar estudios más avanzados; para ello debía viajar a Jerusalén o a alguna otra ciudad importante del país, e inscribirse en las escuelas dirigidas por los más célebres doctores de la Ley. Pero eso era privilegio de algunos pocos; la mayoría de los jóvenes se reintegraba a su familia, donde empezaba a aprender de su padre una profesión para ganarse la vida. Sin duda que JESÚS, durante su infancia, asistió como todos los niños de su época a los dos ciclos básicos escolares en la sinagoga de Nazaret, donde aprendió a leer y a escribir. Pero no parece haber recibido la enseñanza superior propia de los centros urbanos como Jerusalén. El comentario que de él hacían los judíos diciendo: “¿Cómo es que éste sabe escritura si no ha estudiado?” lo confirma.

¿Qué profesión practicó JESÚS durante su adolescencia? Sabemos que todo padre de familia judío procuraba para su hijo una ocupación, pues los rabinos decían: “El que no le enseña a su hijo un oficio, le enseña a robar”. Marcos, como vimos, dice que cuando JESÚS fue a predicar en la sinagoga de Nazaret los aldeanos comentaron: “¿No es éste el carpintero?” (Mc 6,3). La palabra griega TÉKTON (CARPINTERO) se aplicaba a quien trabajaba con materiales duros como la piedra, el hierro o la madera. Era propiamente un artesano. Requería esfuerzo y fuerza muscular. Muchos han puesto en duda esta afirmación de Marcos. Primero, porque los otros evangelios traen una versión diferente. Mateo, por ejemplo, dice que la gente comentaba que JESÚS era “hijo” del carpintero (Mt 13,55), no que él lo fuera. Lucas, por su parte, dice que la gente preguntaba: “¿No es éste el hijo de José?” (Lc 4,22), con lo cual ninguno de los dos sería carpintero. Segundo, porque Nazaret, ubicada en la fértil región de la Galilea, era un pueblo de campesinos, donde la mayoría de sus habitantes se dedicaba a la agricultura y a criar ganados. Y tercero, porque en casi todas las parábolas de JESÚS hay imágenes del ambiente agrícola (el sembrador, la cizaña, la viña, la higuera, la semilla de mostaza, etc.), y no del ambiente de la carpintería.

Ariel Alvarez Valdez
Biblista

LA PACHAMAMA

PACHAMAMA o MAMA PACHA"MADRE TIERRA". Creencia religiosa usada en pueblos autóctonos andinos Pachamama o más usualmente pacha (del aymara y quechua pacha: tierra y, por posterior extensión bastante moderna "mundo""cosmos"mama: madre -es decir “Madre Tierra”) es la gran deidad, entre los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur. Los pueblos guaraníes también festejan la PACHAMAMA. La divinidad PACHAMAMA representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto. No está localizada en un lugar específico, pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o apacheta. Pero es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndosele sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y todo lo que nos provee. No es una divinidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la PACHAMAMA tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.

Los quechuas, los aymaras y otras etnias agricultoras de la región andina, realizaban ofrendas en su honor, sacrificando camélidos para derramar su sangre. Entre otros objetos se ofrecían hojas de coca, conchas marinas mullu y sobre todo el feto de la llama, según una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara jamás la cosecha, este tipo de ofertorio suele llamarse en los Andes centro meridional "corpachada"La PACHAMAMA, más las deidades MALLKU y Amaru, conforman la trilogía de la percepción aimara, sociedad - naturaleza; y sus cultos son las formas más antigua de celebración que los aimaras aún realizan en la actualidad. Con la invasión de los españoles y la persecución de las religiones nativas, la deidad PACHAMAMA producto del sincretismo, comenzó también a ser muchas veces invocada a través de la VIRGEN MARÍAEl ritual central a la PACHAMAMA es la challa o pago (tributo). Se la realiza el primer día del mes de agosto, durante todo el mes, y en muchos lugares también el primer viernes de cada mes. Las ceremonias estaban a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad. En el caso del pueblo aimara esta persona recibe el nombre de 'YATIRI'. También se realizan ceremonias a la PACHAMAMA en ocasiones especiales, como al partir de viaje o al pasar por una apacheta. La religión centrada en la PACHAMAMA se practica en la actualidad en forma paralela al cristianismo, al punto tal que muchas familias son simultáneamente cristianas y pachamamistas. En Perú, específicamente en Puno, la PACHAMAMA es identificada con la VIRGEN DE LA CANDELARIA. En la provincia de Jujuy se celebra la PACHAMAMA todo el mes de agosto.

LOS NIÑOS LLORONES ¿CUADROS MALDITOS?

Esta leyenda, mito o hecho inexplicable, la de los Cuadros Malditos, como son llamados a los cuadros de los niños que lloran, es la que más escalofrío me ha causado. Tal vez porque, mirando a dichos cuadros, los rostros de los niños transmiten mucha tristeza. Este es el mapa de Alemania, y la zona coloreada en rosa corresponde a la región de Ruhr, la más industrial del país. Sin embargo esta proliferación industrial se vería seriamente dañada cuando en 1922 es ocupada por Francia como respuesta a los impagos por parte de Alemania que le habían sido impuestos en 1919, en el tratado de Versalles.

Según los resultados de las investigaciones realizadas por expertos de Mundo Parasicológico en este lugar de Ruhr habrían vivido la mayoría de los niños que en su día fueron pintados en lienzos por Bruno Amadio, también conocido por el pseudónimo de Giovanni Bragolin, cuadros que bastantes décadas después serían considerados como “cuadros malditos”. De Bruno Amadio no es mucho lo que se conoce, y los pocos datos que se tienen son en ocasiones contradictorios. Tal vez este desconocimiento ha dado pie en cierta medida, a la leyenda que planea sobre este artista y sus cuadros.

Parece ser que nació en Venecia, según algunos entre 1890 y 1900, y según otros en 1911, formándose en la pintura como un clásico, aunque su obra sería considerada como mediocre y falta de talento. Se tiene conocimiento de que fue fascista, partidario de Mussolini y un entusiasta de la propaganda fascista, con la que llegó a colaborar con sus pinturas. Luchó en el frente y esta experiencia lo traumatizó e impresionó sobremanera, ante el sufrimiento de las víctimas y de los niños que quedaron huérfanos e indefensos en la ciudad en ruinas.

En 1945 Bruno Amadio se traslada a España y se instala en Sevilla, en dónde permanece durante largos años para posteriormente trasladarse a Madrid. A partir de este momento Bruno Amadio no ha dejado pista alguna. Nada más se ha sabido de él, aunque hay quien afirma que en la década de los setenta de traslada a Padua, Italia, y que su fallecimiento se produce en 1981. Como consecuencia del impacto que le causaron las imágenes de la guerra, Bruno Amadio realiza una serie 27 cuadros que representan a niños llorando, y que serían conocidos con el nombre de “Los Niños Llorones”.

El modelo que posó para su primer cuadro de la serie era un niño internado en un orfanato, y Bragolin supo captar y reflejar todo el dolor y la tristeza que emanaban de él, impúber abandonado sin familia que lo amparara. El cuadro impresionaba y obtuvo todo el éxito que el autor ansiaba. Se hicieron de él múltiples reproducciones que se distribuyeron mayoritariamente por España, aunque también por diversos puntos del mundo.

Todos estos cuadros tuvieron una gran acogida y se hicieron muy famosos en todo el mundo. La mayoría de los hogares contaban con una réplica de alguno de ellos, tal era la ternura y tristeza que transmitían los niños retratados en ellos. Poco se sabía entonces de que un día serían conocidos y denominados como “cuadros malditos”. Esta denominación sería lanzada como noticia en la década de los ochentas por un periódico británico sensacionalista, The Sun, según el cual, existía una gran cantidad de testimonios hechos por los bomberos aseguraban que en la mayoría de las casas a las que acudían por haberse provocado un incendio contaban con uno de estos cuadros, que por causas que desconocían siempre quedaban intactos.

La noticia causó un gran impacto, dado que eran muchos los hogares que lucían alguna de de estas representaciones. Incluso hubo testimonios de fenómenos extraños y sucesos inexplicables en torno a quienes los poseían. Había testigos que narraban como se sentían apresados ante la triste mirada del niño, sintiéndose incapaces de apartar la mirada. Otros aseguraban que desde que eran poseedores de ellos, misteriosamente desaparecían objetos que no volvían a ser encontrados.

Todo esto causó cierto terror colectivo, y la mayoría de sus propietarios optaron por deshacerse de ellos quemandolos, única y supuesta manera de acabar con la maldición, que según se decía, estaba encerrada en el niño. Dos versiones planean sobre la creación de “Los Niños Llorones”. Una de ellas apunta a que los cuadros fueron realizados una vez que el pintor se trasladó a Sevilla, tomando como modelos a niños de casas de orfandad.

La otra, y según investigaciones realizadas por expertos de Mundo Parasicológico , a través de revelaciones en secciones de Ouija, cuenta que los lienzos se hicieron en 1919, en plena guerra mundial, cuyos modelos eran niños de orfanatos que habían perdido a sus padres y familiares durante la guerra. Pero las dos hipótesis coinciden que cuando las realizó, Amadio era un pintor mediocre que pasaba desapercibido, y vivía permanentemente frustrado porque su trabajo no era reconocido por la sociedad. Desesperado, y siempre según la leyenda, llegó a hacer un pacto con el diablo a cambio de que su obra fuera reconocida en el mundo.

Como consecuencia, los lugares en los que se encontraran alguno de estos cuadros serían pacto de males y desgracias, víctima de incendios que arrasaban con todo menos con el cuadro, que siempre quedaría intacto. Esta maldición la llevarían consigo tanto los cuadros como sus reproducciones. Y eso no es todo, al parecer las pinturas que hizo Amadio de estos niños, tienen escondido entre sus pinceladas a un demonio que devora al niño, (tal vez por eso lloraban). Se cuenta que si se gira el cuadro 90º se puede ver en algunos de ellos. Curiosa historia y más aún por el hecho de que muy poco se sabe sobre el qué fue de Bruno Amadio. Es tal vez por éste hecho que nos lleva a dudar de si ésta historia es un mito, leyenda o… hay algo de verdad...

JOAQUÍN Y ANA (Padres de María)

Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.

La madre de María, nació en Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa "gracia, amor, plegaria". La Escritura nada nos dice de la santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta". Descendía de la familia real de David.

Vivian en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados. Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios.

Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad. Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más tarde seria un gran profeta. Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una hija singular, María. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.

Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación. En la Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV. La mejor prueba de ello es que el emperador Justino I (+565) le dedicó una iglesia. La devoción a Ana, la madre de María, se encuentra en los más antiguos documentos litúrgicos de la Iglesia griega. En el Occidente no se la venera excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII. Su imagen, pintada en el siglo VIII en estilo Bizantino, fue mas tarde encontrada en la iglesia de Santa María Antigua en Roma. Su fiesta, bajo la influencia de la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el 26 Julio.

En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana, concediendo la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente, tal como se lo habían pedido algunos ingleses. Muy probablemente la ocasión de dicho decreto fue el matrimonio del rey Ricardo II con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de Occidente en 1584.

Joaquín era venerado por los griegos desde muy temprano. En el Occidente su fiesta fue admitida al calendario mas tarde, algunas veces el 16 de septiembre, otras el 9 de diciembre. Julius II la puso en el 20 de marzo; mas tarde suprimida fue restaurada por Gregorio XV (1622). Clemente XII (1738) la fijó en el domingo después de la Asunción. Con la reforma del calendario después del Concilio Vaticano II, Joaquín se celebra junto con su esposa, Santa Ana, el 26 de Julio. Ellos son los patronos de los abuelos.

EL INTERÉS Y LA USURA EN LAS TRADICIONES RELIGIOSAS-primera parte

La usura, entendida como la práctica de imponer al préstamo un interés financiero, tiene una existencia que se remonta 4.000 años atrás. A lo largo de la historia ha sido casi siempre condenada, a menudo prohibida, siempre despreciada y, en la mayoría de los casos, restringida y controlada. Hoy en día, sin embargo, se distingue el interés de la usura, el primero sería la retribución, en general, del uso del dinero, y usura sería un tipo de interés moralmente injustificado. Las críticas, sin esa distinción (al menos en sus orígenes), más virulentas han procedido en el hinduismo, budismo, judaísmo, cristianismo e islam, sin olvidarnos de grandes nombres del paganismo como Platón, Aristóteles o Séneca.

Las referencias más antiguas las hallamos en los textos del hinduismo, en concreto en los Vedas (2000 a. de C.) donde a menudo se asimila al usurero (KUSIDIN) con cualquier prestamista de dinero a interés. Posteriormente, tanto en los SUTRAS del hinduismo como en los JATAKAS del budismo, se hacen referencia al cobro de intereses, práctica por la que invariablemente se muestra el mayor de los desprecios. Esta prohibición era especialmente tajante en el caso de BRAHMANES y KSHATRIYAS, la casta sacerdotal y guerrera, respectivamente. Poco a poco, la visión negativa de la usura se va relativizando, como podemos ver en las LEYES DE MANU, donde leemos que “no puede ser cobrado un interés estipulado más allá de la tasa legal; esto es lo que se denomina forma usuraria de préstamo”. Esta disolución del concepto continuó hasta la actualidad, y aunque en el mundo hindú la usura sigue siendo algo reprobable, este término ya sólo se aplica al interés cobrado por encima de los niveles socialmente aceptados.

En el judaísmo, la prohibición de la usura está estipulada en la Torá: “Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés” (Éxodo 22-24). “Si tu hermano se queda en la miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuera un extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. No le prestes dinero a interés, ni le des comidas para sacar provecho. Yo soy el Señor, su Dios, el que los hizo salir de Egipto para darles la tierra de Canaán y para ser el Dios de ustedes” (Levítico 25, 35-38)

Sin embargo, en el Deuteronomio se establece una distinción entre el judío y el extranjero: “No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. Podrás prestar a interés al extranjero, pero no a tu compatriota, para que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra de la que vas a tomar posesión” (Deuteronomio 23, 20-21) En otros pasajes de la Biblia encontramos también expresada una crítica a la usura: “Señor, ¿quién habitará en tu santa Montaña? El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente” (Salmo 15, 1- 5) Además de las prohibiciones o reprobaciones estrictamente bíblicas, hay varias extensiones talmúdicas de las prohibiciones del cobro de intereses, conocidas como AVAT RIBBIT, es decir, “EL POLVO DEL INTERÉS”. Este se distingue del RUBBIT KEZUZAH, o interés adecuado sobre una cantidad o una tasa acordada entre el prestamista y el prestatario.

La palabra hebrea para interés es NESHEKH, que significa literalmente “MORDEDURA”. La supresión de esta mordedura era un ideal al que se aspiraba pues por medio de ella muchos quedaban reducidos a la condición de esclavos por no pagar sus deudas. De todas formas, a pesar de la prohibición, la práctica se desarrolló de forma habitual en los tiempos bíblicos, y con el tiempo, se fue estableciendo una forma estandarizada de interés “legal”, conocida como HETTER ISKA, que ha perdurado hasta nuestros días.

lunes, 17 de julio de 2023

LA VIDA OCULTA DE JESÚS-Primera Parte

Lejos de las especulaciones legendarias, la actual investigación histórica sobre JESÚS permite dar con muchos elementos que habrían marcado los años “ocultos” de JESÚS en Nazaret. Todos sabemos qué hizo JESÚS durante los tres años de su vida pública: cómo recorrió las ciudades y pueblos de Palestina predicando el Reino de Dios, curando enfermos, resucitando muertos y enseñando parábolas. Pero ¿qué hizo durante los más de 30 años anteriores? ¿Por qué los evangelios guardan silencio sobre esa etapa de su vida.

El único episodio que conocemos de este largo período es lo que le sucedió a los 12 años, cuando se perdió en Jerusalén durante una fiesta de Pascua, y cómo José y María lo hallaron “en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas” (Lc 2,46-47). Pero inmediatamente después dice el evangelio que volvió a Nazaret, y de nuevo el velo del misterio desciende sobre su vida, oscureciendo todas sus actividades durante los siguientes 20 años. Este enigmático silencio hizo que muchos le inventaran historias y relatos absurdos.

Algunos afirman que viajó a Inglaterra con su tío abuelo JOSÉ DE ARIMATEA, donde conoció el druidismo (la religión de los celtas) y aprendió algunas de las ideas que más tarde enseñará, como la Trinidad y la llegada del Mesías. Otros sostienen que fue a la India, donde los Budas le enseñaron a leer, a curar enfermos y a realizar exorcismos. Otros aseguran que estuvo en Egipto aprendiendo la magia de los sacerdotes faraónicos y llenándose de energía misteriosa en las pirámides. Y los más ingenuos piensan que llegó hasta América para iniciarse en la sabiduría de los pieles rojas.

Estos relatos se han podido inventar porque, según la creencia popular, los evangelios callan y no cuentan nada sobre los años perdidos de JESÚS. Pero ¿realmente los evangelios callan absolutamente? ¿En ninguna parte dan indicios de lo que hizo JESÚS durante todos aquellos años? En realidad no es así. El evangelio de Lucas proporciona dos pistas muy importantes. La primera, después de narrar la presentación del niño JESÚS en el Templo de Jerusalén a los pocos días de haber nacido.

Dice que José, María y el niño “volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y allí el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él” (Lc 2,39-40). Por lo tanto, claramente el evangelista nos informa que JESÚS pasó los siguientes años de su vida en el pueblo de Nazaret, donde experimentó un desarrollo físico, intelectual y religioso, como cualquier niño de su edad. La segunda, luego de contar que el niño se perdió a los 12 años en la ciudad de Jerusalén y fue hallado en el Templo. Dice que “regresó con ellos a Nazaret, y allí vivió, obedeciéndoles a ellos en todo. Y Jesús seguía creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2,51-52).

Si nos atenemos, al evangelio, debemos concluir que JESÚS no se movió de Nazaret durante todos esos años. “Allí vivió”, dice Lucas. Y allí, en su círculo familiar, “obedeciendo a sus padres en todo”, experimentó su madurez humana, intelectual y psicológica, de la misma manera que lo hacían los demás niños judíos de su tiempo. Esto queda confirmado por un episodio del evangelio de Marcos. Cuando JESÚS fue a predicar por primera vez a Nazaret, los aldeanos al escucharlo se asombraron y dijeron: “¿De dónde ha sacado esa sabiduría que tiene, y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste, acaso, el carpintero, el hijo de María?” (Mc 6,2-3).

La vida de JESÚS, debió de haber transcurrido de una manera tan ordinaria y normal en su apacible pueblo de Nazaret, que el día que se presentó en público con una sabiduría fuera de lo común los paisanos se sorprendieron. Nunca habían sospechado que él fuera nadie más que “el carpintero”“el hijo de María”. De haberse ausentado JESÚS del pueblo para estudiar y perfeccionarse, como dicen las leyendas que mencionaramos, los galileos no habrían tenido por qué asombrarse de sus prodigiosos conocimientos.

Si JESÚS no salió de Nazaret durante su infancia y su juventud, fuera de sus peregrinaciones a Jerusalén, o de un viaje ocasional a algún pueblo vecino, ¿qué hizo en todos esos años? ¿Es posible conocer algo de su vida oculta? Sí es posible, gracias a los descubrimientos arqueológicos y literarios que actualmente poseemos. Lo primero que hicieron los padres con el divino niño, apenas nacido, fue ponerle un nombre. Esto se realizaba en medio de una alegre ceremonia, celebrada al octavo día como mandaba el Génesis (17,12), y ante la presencia de varios testigos.

El nombre que José y María le pusieron fue el de “YEHOSHÚA”, que en hebreo significa JOSUÉ. Por la Biblia sabemos que en Palestina ese nombre solía acortarse y pronunciarse “YESHÚA”, por razones de familiaridad. A su vez en Galilea, donde se hablaba de una manera distinta al resto del país, y donde vivía la sagrada familia, se lo abreviaba aún más y se lo pronunciaba “YESHÚ”. Por eso, los primeros cristianos de origen griego lo tradujeron más tarde por “JESÚS”. El nombre de YESHÚA, en el siglo I, era uno de los más comunes y ordinarios que había. Así lo vemos, por ejemplo, en el escritor FLAVIO JOSEFO, quien en sus obras menciona a más de 20 personas que se llamaban JESÚS en la historia judía; de las cuales, por lo menos 10 son contemporáneas de JESÚS DE NAZARET.

En hebreo JESÚS (o JOSUÉ) significa “Dios salva”. Y no le pusieron ese nombre al niño sólo por un homenaje al caudillo hebreo Josué, sino porque, según Mateo, un ángel le dijo a José: “Le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1,21).

Ariel Alvarez Valdez
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SAN FRANCISCO SOLANO

Llamado "el Taumaturgo del nuevo mundo", por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España. Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Cuando llegó a Andalucía la peste del tifo negro, San Buenaventura se contagió y murió luego se contagió también Francisco y creyó que ya le había llegado la hora de partir para la eternidad, pero luego, de la manera más inesperada, quedó curado. Con eso se dio cuenta de que Dios lo tenía para obras apostólicas todavía más difíciles. 

Pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al África, pero no fue aceptada su petición. Poco después, el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica. Finalmente y para alegría suya, Francisco fue el elegido para la misión de extender la religión en estas tierras. Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina). Más de 3,000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas. 

Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles.  Estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de nativos salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma).

El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. En los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones. Un día llegó a un convento donde los religiosos eran demasiado serios y recordando el espíritu de San Francisco de Asís que era vivir siempre interior y exteriormente alegres, se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando, riendo y hasta bailando en honor del Señor Dios.

San Francisco Solano misionó por más de 14 años, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso. Por orden de sus superiores, Fray Francisco pasó sus últimos días en la ciudad de Lima, en Perú predicando y convirtiendo pecadores. Murió en su habitación el 14 de julio de 1610. Se dice que durante toda esa noche, la gente pudo ver una rara iluminación brotar de la habitación.

GANGES EL RÍO SAGRADO

El río nace en el Himalaya occidental, en el estado indio de UTTARAKHAND, y tras 2.510 km de recorrido desemboca formando, con el río Brahmaputra el mayor delta del mundo, el delta del Ganges, en el golfo de Bengala. Durante mucho tiempo ha sido considerado un río sagrado por los hindúes, que lo han adorado como la DIOSA GANGA del hinduismo. Históricamente, también ha sido importante: muchas de las capitales antiguas provinciales o imperiales (como PATALIPUTRA, KANNAUJ, KARA, ALLAHABAD, MURSHIDABAD y CALCUTA) se han emplazado en sus riberas. El GANGES y sus afluentes drenan una cuenca fértil de 907 000 km² que soporta una gran concentración de población, con una de las densidades del mundo más altas (en el año 2005, una de cada doce personas del mundo (un 8 %) vivían en la región). La profundidad media del río es de 16 metros y la profundidad máxima es de 30 metros.

La polución del río GANGES se ha incrementado de forma alarmante en los últimos años. Los productos que lo contaminan incluyen restos de las cremaciones humanas, esqueletos de animales, aguas residuales y desperdicios de las fábricas que, día a día, afectan gravemente a sus aguas. A esto hay que añadir que no es extraño encontrar cadáveres enteros de personas y animales flotando en sus aguas. Han existido diversos intentos de limpiar el GANGES pero, hasta el momento, todos han fracasado. Según leyendas antiguas, en tiempos inmemoriales las aguas del GANGES cruzaban el cielo, mientras las tierras desérticas de la India perecían de sed. El rey BHAGUIRATHA elevó plegarias a los dioses para que el cielo regara con sus aguas las tierras sedientas de la India. Los dioses escucharon sus plegarias y enviaron las aguas a la tierra, pero estas cayeron con tal violencia que amenazaron con cegar la vida de todos los hombres. SHIVA, compadecido de la humanidad atribulada, hizo que las aguas cayeran sobre su cabeza y resbalaran por sus cabellos largos durante mil años, antes de que el río sagrado naciera en el Himalaya, manso y moderado, sin peligro para los hombres. Por eso todos los años millones de fieles hindúes se bañan en el río que veneran, para purificarse.