martes, 26 de marzo de 2013

El teólogo Hans Küng expresa que por la elección de Francisco se inició una nueva era para la Iglesia



Gratamente sorprendido, conmovido y esperanzado se declaró Hans Küng, el teólogo más progresista del catolicismo, por la elección del Cardenal Argentino, el jesuita Mons. Jorge Mario Bergoglio como nuevo sumo pontífice de la Iglesia.

Al igual que un sinnúmero de especialistas en asuntos del Vaticano, el estudioso suizo daba por hecho que el cónclave elegiría a un papa no europeo y que los cardenales con más opciones provenían de América Latina. No obstante, entre sus cálculos no figuraba el nombre del arzobispo de Buenos Aires (Argentina), por su parquedad y poca disposición a promoverse a sí mismo.

“Pero del mismo tamaño de la esperanza que ha despertado su llegada son la expectativa y la exigencia con la que el mundo medirá su desempeño ante el gran desafío de reformar a la Iglesia en crisis”, sostiene Küng.

Su júbilo por la elección del cardenal argentino contrasta con su posición sumamente crítica frente a todos los asuntos del Vaticano. ¿A qué se debe? “El cónclave ha elegido muy bien, tanto por el nombre como por la región. América Latina merecía hace décadas ser tenida en cuenta veraz y efectivamente. Que la región llegue hoy a la cúspide de la Iglesia no es un acto furtivo, sino un asunto de lo más justo, propicio y vital”

Sobre el nombre que eligió el nuevo papa, expresó: “El mayor regocijo lo sentí cuando escuché que Jorge Mario Bergoglio había adoptado el nombre de Francisco. Con la elección de ese nombre, ya anunció un gran programa para su pontificado y para la Iglesia. Reconoce a San Francisco de Asís como el guardián de su apostolado, su guía y su ejemplo por seguir. Es decir, humildad, desprendimiento, fuerza de carácter y rebeldía, comandados por el profundo recogimiento en Dios”.

“Al mismo tiempo, con ese nombre el nuevo papa ha rendido tributo al misticismo y a la inagotable capacidad de esperanza y recuperación de su región. ¿Qué hogar católico de América del Sur no tiene como señal de su cristianismo la imagen de San Francisco de Asís, rogando a Dios por que haga de él un instrumento de su paz? ¿Qué niño de América del Sur no conoce de memoria esa oración y recurre a ella con devoción, cada vez que necesita calmar sus tempestades internas o volver a comenzar?”

“Muchos siglos convulsos han pasado y San Francisco sigue operando en muchos, muchísimos creyentes. Si su humildad y desprendimiento guían a la Iglesia, estaremos por muy buen camino”

Hans expresó que sobre la era que estamos viviendo en la que el sumo pontífice tendrá que convivir con un papa emérito, residente en el Vaticano, comentando que “Son dos personalidades diferentes. El nuevo papa encontrará el camino. Si lo que quiere es hacer un verdadero apostolado y lo demuestra, el mundo entero lo rodeará y lo arropará. Ello desactivaría cualquier ruido que pueda traer esta nueva circunstancia”.

“Pero lograr la aprobación de los fieles requiere que tenga la voluntad de asumir el gran reto de ejecutar las reformas que la Iglesia necesita y que los fieles reclaman”.

“Ese es el gran interrogante: ¿Va a tener la voluntad para hacerlo o quiere que las cosas sigan como hasta ahora? Lo segundo significaría convertirse en el sucesor de la línea conservadora de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que ha llevado a la Iglesia a donde está: sumida en el desprestigio, absorta, centrada en sus propios intereses y no en el bien de sus fieles, obsoleta y perdiendo miles y miles de creyentes cada día”.

“¿Cuál es el otro camino? Proseguir la obra del hoy beato Juan XXIII, quien en solo cinco años de papado –entre 1958 y 1963– logró cambiar la faz y el espíritu del catolicismo, mediante el Concilio Vaticano II”

El teólogo suizo Hans Küng instó al nuevo papa Francisco a "limpiar la Curia", la pregunta es si podrá imponerse a la Curia. "Jurídicamente hablando tiene todo el poder y si quiere podrá hacer muchas cosas. Pero debe usar esa autoridad para limpiar la Curia, rodeándose de la gente correcta y quitando ya a al secretario de Estado Tarcisio Bertone, que es un incompetente", destacó Küng.

El Papa Francisco debe tener coraje y formar un gabinete de gente experimentada. Küng consideró que el Papa "puede revisar ya la reforma gregoriana, que impuso el absolutismo papal, un fuerte clericalismo y el celibato, e ir hacia un sistema colegiado, del papa con los obispos, para dejar atrás el absolutismo y abrir un debate libre sobre el celibato. Por ahora ha demostrado que puede cambiar", destacó el teólogo.

Por otra parte, cuestionó en parte la propuesta del nuevo papa, el primero jesuita y latinoamericano, de "una Iglesia pobre para los pobre, la pobreza en sí misma no es un ideal. Especialmente en América Latina, lo que tiene que hacer la Iglesia es ayudar a la gente a salir de la pobreza. La Iglesia tiene que estar al lado de los pobres y el poder tiene que reconocer que la Iglesia debe protestar contra los abusos, contra la miseria", señaló.

Al ser consultado si la elección de un jesuita fue en detrimento del Opus Dei o los Legionarios de Cristo, Küng fue cauto.

"También hay gente buena en esos movimientos, con intenciones honestas. Pero supongo que el nuevo Papa no olvida que los jesuitas fueron tratados de muy mala manera, fueron humillados, especialmente por Juan Pablo II. Estoy seguro de que Francisco no es un papa vengativo, pero tiene que tomar distancia del poder financiero del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo", sostuvo.

Küng consideró en tanto "una sorpresa muy feliz" la elección de Bergoglio como nuevo papa. "Él es el hombre adecuado, que trae esperanza, evita la pompa y está cambiando el estilo de Benedicto XVI", subrayó.

La Revelación de Dios al Hombre – 1º Parte


El Antiguo Testamento nos dice cómo Dios, después de la creación, a pesar del pecado original y de la arrogancia del hombre de querer ponerse en el lugar de su Creador, vuelve a ofrecer la posibilidad de su amistad, sobre todo a través de la alianza con Abraham y el camino de un pueblo pequeño, el de Israel, que Él elige, no criterios de poder terrenal, sino simplemente por amor. Es una elección que sigue siendo un misterio y revela el estilo de actuar de Dios, que llama a algunos, no para excluir a los demás, sino para que sirvan de puente con el fin de conducir hacia Él. Elección siempre para el otro. En la historia del pueblo de Israel, podemos volver a recorrer las etapas de un largo camino, en el que Dios se deja conocer, se revela, entra en la historia con palabras y con acciones.

Para esta obra, Él se sirve de mediadores, como Moisés, los Profetas y los Jueces, que comunican al pueblo su voluntad, recuerdan la necesidad de fidelidad a la alianza y mantienen viva la espera de la realización plena y definitiva de las promesas divinas. En Jesús de Nazaret, Dios visita realmente a su pueblo, visita a la humanidad de una manera que va más allá de todas las expectativas: envía a su Hijo Unigénito, Dios mismo se hace hombre. Jesús no nos dice algo acerca de Dios, no habla simplemente del Padre –sino que es Revelación de Dios, porque es Dios– nos revela el rostro de Dios. En el prólogo de su Evangelio, Juan escribe: " Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre "(Jn 1,18).

Quisiera detenerme en este "revelar el rostro de Dios". En este contexto, Juan, en su Evangelio, nos narra un hecho significativo, que acabamos de escuchar. Al acercarse la Pasión, Jesús tranquiliza a sus discípulos, exhortándoles a no tener miedo y tener fe, luego entabla un diálogo con ellos, en el que habla de Dios Padre (cfr. Jn 14,2-9). En un momento, el apóstol Felipe le pide a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta" (Juan 14:8). Felipe es muy práctico y concreto: dice también lo que nosotros queremos decir, queremos ver al Padre - le pide "ver" el Padre, para ver su rostro. La respuesta de Jesús –no sólo a Felipe, sino también a nosotros– nos introduce en el corazón de la fe cristológica. El Señor afirma: "El que me ha visto, ha visto al Padre" (Jn 14, 9). En esta expresión se encierra sintéticamente la novedad del Nuevo Testamento, aquella novedad que apareció en la gruta de Belén: Dios se puede ver, Dios ha manifestado su rostro, es visible en Jesucristo.

En todo el Antiguo Testamento está presente el tema de la "búsqueda del rostro de Dios", el anhelo de conocer este rostro, de ver a Dios como es, se repite 400 veces, de las que 100 se refieren a Dios, cien veces se refiere y se quiere ver el rostro de Dios. Y, sin embargo, la religión hebraica, prohibiendo por completo las imágenes, porque Dios no se puede representar –como hacían los pueblos cercanos con la adoración de los ídolos, por lo tanto con esta prohibición de imágenes en el Antiguo Testamento– parece excluir totalmente el "ver" del culto y de la piedad ¿Qué significa, entonces, para el piadoso israelita, buscar a pesar de todo el rostro de Dios, aun sabiendo que no puede haber ninguna imagen suya? La pregunta es importante: por un lado, quiere decir que Dios no puede ser reducido a un objeto, como una imagen que se puede tomar en la mano, así como no se puede poner algo en lugar de Dios, y por el otro, se afirma que Dios tiene un rostro, es decir que es un "Tú", que puede entrar en una relación, que no está cerrado en su Cielo, mirando desde lo alto a la humanidad.

Dios está sin duda por encima de todo, pero se dirige hacia nosotros, nos escucha, nos ve, habla, establece alianza, es capaz de amar. La historia de la salvación es la historia de Dios con la humanidad y la historia de esta relación de Dios, que se revela progresivamente al hombre, que se hace conocer a sí mismo, su rostro. El esplendor del rostro divino es la fuente de la vida, es lo que permite ver la realidad; la luz de su rostro es la guía de la vida. En el Antiguo Testamento hay una figura a la que está enlazado de forma muy especial el tema del ‘rostro’ de Dios. Se trata de Moisés, aquel al que Dios elige para liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto, donarle la Ley de la alianza y guiarlo a la Tierra prometida.

Después Moisés regresaba al campamento, pero Josué –hijo de Nun, su joven ayudante– no se apartaba del interior de la tienda. Pues bien, en el capítulo 33 del libro del Éxodo, se dice que Moisés tenía una relación cercana y confidencial con Dios: "El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su amigo". (v. 11). En virtud de esta confianza, Moisés pide a Dios: "Muéstrame tu gloria", y la respuesta de Dios es clara: «Haré pasar junto a ti toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre del Señor… Pero tú no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y seguir viviendo…Aquí a mi lado tienes un lugar… tú verás mis espaldas. Pero nadie puede ver mi rostro». (Ex. 33, 18-23).

Por un lado, hay un diálogo cara a cara, como amigos, pero por el otro, hay la imposibilidad, en esta vida, de ver el rostro de Dios, que permanece oculto; la visión es limitada. Al final, a Dios sólo se le puede seguir, viendo sus hombros. Algo completamente nuevo sucede, sin embargo, con la Encarnación. La búsqueda del rostro de Dios recibe un cambio radical increíble, porque ahora se puede ver este rostro: el de Jesús, el Hijo de Dios que se hace hombre. En Él se cumple el camino de la revelación de Dios comenzado con la llamada de Abraham, Él es la plenitud de esta revelación, porque él es el Hijo de Dios, es a la vez "mediador y plenitud de toda la Revelación", y en Él el contenido de la Revelación y el Revelador coinciden. Jesús nos muestra el rostro de Dios y nos enseña el nombre de Dios. En la Oración sacerdotal de la Última Cena, Él le dice al Padre: "He manifestado tu nombre a los hombres... Yo les he dado a conocer tu nombre" (cf. Jn 17,6.26).

La Serpiente del Paraíso – 2º Parte


Durante siglos, los israelitas sintieron que su Dios era un excelente compañero de viaje y protector en los caminos. Pero cuando empezaron a instalarse en la tierra prometida, en Canaán, y a volverse sedentarios, las cosas empezaron a cambiar. Allí entraron en contacto con la población local, es decir, los cananeos, mucho más evolucionados y desarrollados que ellos. Ahora bien, los cananeos llevaban siglos instalados en la tierra, y por lo tanto eran completamente sedentarios, conocían muy bien la agricultura, y vivían de los frutos del campo, de las viñas y del producto de sus ganados. El dios de ellos se llamaba Baal y, por supuesto, era el Dios que les proporcionaba las lluvias, la cosecha y la fertilidad de los campos. La forma más común con que lo representaban era la de una serpiente, símbolo de la vida y de la inmortalidad. Baal tenía una compañera femenina, la diosa Asherá, diosa del amor y de la fecundidad.

Según las creencias cananeas, Baal y Asherá mantenían permanentes relaciones para asegurar la fecundidad de la tierra, de los rebaños y de los seres humanos. Por eso todas las fiestas religiosas cananeas estaban relacionadas con la cosecha. ¿Y cómo le rendían culto los cananeos a sus divinidades? Mediante la prostitución sagrada. En efecto, al ser un pueblo eminentemente agrícola, los cananeos pensaban que la fertilidad del campo y el éxito de la cosecha, su principal fuente de vida, dependían de la unión sexual de Baal con su esposa Asherá. Y que había que reproducir, aquí en la tierra, esas mismas relaciones, a fin de mantener la fecundidad. Para ello acondicionaban pequeñas habitaciones al lado del templo, y allí los cananeos actualizaban aquellas relaciones divinas, con prostitutas sagradas que estaban dedicadas a eso en los templos.

En un principio la religión cananea no significó ningún problema para los israelitas. Ellos tenían en claro que sólo Yahvé era su Dios, el que los había sacado de Egipto y los había acompañado a lo largo del desierto durante años, cuidándolos y protegiéndolos. Pero a medida que pasaban los años y se iban sedentarizando, los hebreos empezaron a dudar de que Yahvé les fuera útil. Este Dios, originario del desierto, ¿entendería de las lluvias, los trabajos del campo y la cría del ganado? Este Dios solitario, sin esposa ni experiencia en la fecundidad, ¿Podría ayudarlos a ellos ahora, en su nueva tarea de agricultores? ¿No sería preferible dejarlo y acudir a alguien con mayor experiencia en materia de cosechas, como eran Baal y su esposa?

Además, la religión cananea era muy sencilla y fácil de cumplir. Consistía exclusivamente en ceremonias rituales. No incluía ninguna exigencia moral, ni compromiso personal, ni conversión alguna, ni obligaba a practicar la justicia, el amor o el respeto a los demás. Bastaba con la prostitución sagrada, un rito mágico y supersticioso, para agradar a Dios y obtener la bendición de las cosechas. Semejante religión era más agradable que las duras exigencias de la Ley de Dios. Es fácil, pues, imaginar el serio peligro que la religión cananea comenzó a significar para los hebreos, herederos de la austera religión de Moisés.

Fue así como, poco a poco, si bien Yahvé siguió siendo el gran Dios nacional, a la hora de asegurar la fertilidad del suelo y la regularidad de las lluvias empezaron a volverse hacia la serpiente, símbolo de Baal. Comenzaron a visitar sus templos, a participar de sus ritos, y a introducirse furtivamente en las chozas de las prostitutas sagradas durante las grandes fiestas. El culto a las divinidades de la fertilidad fue, durante siglos, una permanente tentación para los israelitas. A veces con más fuerza, otras con menos, lo cierto es que Baal y Asherá terminaron seduciendo a los israelitas, que honraban a Yahvé, pero rendían culto apasionado a estos otros dioses.

Así estaban las cosas, cuando un escritor anónimo del siglo X decidió escribir un relato (nuestros actuales capítulos 2 y 3 del Génesis), para denunciar los peligros que estaba ocasionando la religión cananea entre sus hermanos israelitas. Según él, la sociedad toda (representada en Adán y Eva) debería estar viviendo en un Paraíso. Y sin embargo vivía en medio de injusticias, hambre, dolores, muerte. Y la causa de todos estos males no era otra que la serpiente, la religión cananea, que llevaba al pueblo a refugiarse en meros ritos exteriores y a olvidar las elevadas exigencias de la Ley de Dios. A buscar la protección de Dios y la felicidad no a través de una vida moral, justa, honesta, al servicio a sus hermanos, sino mediante meras prácticas fetichistas.

¿Y por qué dice el autor del Génesis que la serpiente lleva a “comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”? En hebreo decir “el bien y el mal”, equivale a decir “todo”, “todas las cosas”. Y como una de las prácticas cananeas consistía en consultar a los adivinos y hechiceros para conocer las cosas futuras, algo inaudito para un buen israelita que sabía que el futuro del hombre está sólo en manos de Dios y no de un adivino, al pecado del Paraíso lo describe como el de pretender “conocer el bien y el mal”, es decir, todo el futuro del hombre. El autor del Génesis quiso referirse a los males que en su sociedad estaba ocasionando la religión cananea. No habla de un hecho sucedido en los orígenes de la humanidad, ni pretendía culpar a una pareja determinada por los males que existían en el mundo.

Si presenta este pecado como cometido en los orígenes, es para decirle a los lectores que ese pecado (el de seguir a la religión cananea) está en el origen, en la raíz, en la base de todos los otros males sociales. Y les advierte sobre las posibilidades futuras (las de construir un Paraíso), que se están perdiendo por su mal proceder. Con el transcurso de los siglos desapareció la religión cananea, y entonces la serpiente perdió su primitivo sentido y pasó a ser para la mentalidad judía un símbolo del mal, del adversario divino, del pecado. Cuando en el exilio de Babilonia, siglos más tarde, los israelitas conocieron la figura de Satanás o Diablo, lo identificaron con su antiguo símbolo del mal, la serpiente del Paraíso. Y por eso, novecientos años después del Génesis, el libro de la Sabiduría dice sin problemas: “Por envidia del Diablo entró la muerte en el mundo” (2, 24). Ésta es la primera vez que la serpiente del Paraíso, que en el Génesis representaba a la religión cananea, aparece identificada con el Diablo. Y desde entonces esta idea se popularizó entre nosotros.

El autor del Génesis supo encontrar una respuesta a los grandes males de su tiempo. Descubrió que la pobreza, las injusticias sociales, los problemas laborales, los dramas familiares, la vida misma del pueblo, podrían ser distintas si no anduviesen detrás de aquella serpiente. Denunció, así, la inexcusable responsabilidad de la gente frente a las miserias que se vivían. No era voluntad de Dios la tragedia que envolvía a la sociedad, sino que se debía a que los israelitas se habían volcado hacia la religión de los cananeos. Y peor aún, ellos no parecían percatarse ni ver la gravedad. La serpiente era una voz seductora que, sin que el pueblo se diera cuenta, lo llevaba a abandonar la Ley de Dios, perdiéndose en el marasmo de la magia y en una religiosidad meramente exterior y fetichista.
Hoy el Génesis nos invita a descubrir lo mismo. A hacer una lista de los males que nos rodean, y tomar conciencia de que también a nosotros, subrepticiamente, se nos está colando una serpiente, que con voz seductora habla a nuestro pueblo, a nuestra gente, a nuestros gobernantes, a nuestros dirigentes, para alejarnos de la Ley de Dios. Que nos lleva a construir una sociedad mezquina, de miseria, de opresión, de injusticias, de niños abandonados, de mujeres sometidas, de hombres sin trabajo, de corrupción social, insolidaria, mientras nos sentimos religiosos porque practicamos devociones y ritos exteriores. Descubrirla a tiempo es el gran desafío. Para desenmascararla, para no escucharla más. Para que por fin amanezca el Paraíso.

viernes, 22 de marzo de 2013

Francisco cambió de sillón...


22 de marzo, 2013. (Romereports.com) El papa Francisco ha hecho ya algunos cambios dentro del Vaticano. A primera vista puede pasar desapercibido pero su tendencia a mostrarse más cercano a todos durante las audiencias ha hecho que algo cambie.

Como el uso de este sillón blanco en lugar del tradicional trono. Tan sólo ha usado el trono una vez durante el encuentro con los cardenales. Con los líderes religiosos y hoy, con el cuerpo diplomático, el papa Francisco ha utilizado el sencillo sillón tapizado en blanco que se usa durante las audiencias generales.

Además, no está sobre una tarima, sino a la misma altura de los demás. Durante el encuentro con líderes religiosos utilizó un sillón igual al que tenían los invitados.

Fuente:
www.romereports.com

miércoles, 20 de marzo de 2013

La historia del diariero que le vendía LA NACION al Papa

Los Gestos de Francisco



La elección del Papa Francisco ha sido sin duda uno de los eventos más importantes de los últimos años  y probablemente de lo que va de la segunda década de este nuevo milenio.

La presencia de poco menos de seis mil periodistas y la cobertura a través de Twitter han hecho de este Cónclave y elección papal, el evento religioso más cubierto en la historia de la humanidad. La llegada de cientos de miles de peregrinos para la ceremonia de inicio del pontificado, su presencia masiva en los primeros eventos del Papa y el reflejo y difusión de estos en las redes sociales, también han dejado números sin precedentes.

El Papa Francisco sin duda imprimirá su sello, como cada Papa, a través de sus acciones. Nos ha empezado a dejar entrever una serie de mensajes que van delineando lo que será la cara de la Iglesia de los inicios de la segunda década del tercer milenio.

Desde el primer instante de su pontificado el Papa Francisco comenzó a delinear su mensaje, que para quienes lo conocen no es ajeno a su propia forma de ser como Cardenal Bergoglio. Si bien es un sello nuevo para alguien que asume el Ministerio Petrino no lo es para él. Los Cardenales del Colegio Cardenalicio lo han elegido precisamente por eso y de acuerdo con lo que entienden que requiere la Iglesia de hoy y con su conciencia al momento del Cónclave. De ahí que se puede decir con toda certeza que es la Iglesia la que ante los nuevos retos elige a un Cardenal con un perfil adecuado a las circunstancias que enfrenta.

El Papa, desde su salida al balcón hasta la misa de inicio de su ministerio petrino, nos ha  llenado con ideas y momentos inéditos que vislumbran una Iglesia más cercana al Pueblo de Dios, más misericordiosa y austera, más humana y comprometida con la Verdad. Cada aparición pública la ha aprovechado el Papa para dejarnos este mensaje.

El día de la elección del Santo Padre

Los mil 200 millones de católicos esperábamos con ansias conocer al nuevo Papa, las referencias a los Papas anteriores eran inevitables, ¿cómo sería? la realidad superó cualquier especulación. Verlo fue quererlo, su sonrisa y su actitud conquistaron los corazones del mundo y su frase "os pido que vosotros receis para que el Señor me bendiga", inédita en el inicio de un pontificado, mostró la sencillez y humildad que le caracterizan

Misa con los Cardenales en la Capilla Sixtina

Al día siguiente, celebró una misa con todos los Cardenales en la Capilla Sixtina. Breve, conciso pero profundo, reflexionó sobre lo imperioso del "caminar, edificar y confesar, (...) Caminar siempre en presencia del Señor (...) Edificar la Iglesia (...) y confesar a Jesucristo", los problemas estarán allí, pero si confesamos a Cristo caminando con El y edificando su Iglesia habremos vencido. Una fórmula tan sencilla como compleja a la vez, reflejo inequívoco de su visión apostólica.

Audiencia con los Cardenales

La reflexión del Papa con los Cardenales giró en torno al Espíritu Santo como protagonista de "toda iniciativa y manifestación de fe (...) creador de todas las diferencias de la Iglesia". Pero al mismo tiempo que Cristo permite esas diferencias, es El quien guía a su esposa la Iglesia por medio de su Espíritu. El Papa deja claro que no son los hombres ni sus decisiones temporales lo importante sino dejar que el Espíritu Santo actúe a través de sus pastores pues "(...) da a la Iglesia el valor de perseverar y buscar nuevos métodos de evangelización"

Una vez más su visión apostólica queda de manifiesto y les dice a los Cardenales que a pesar de lo que pase "nunca nos dejemos vencer por el pesimismo", y comenta que siendo la mayoría de los Cardenales personas de edad avanzada, deben entender que "la vejez es la sede de la sabiduría de la vida" y les pide "ofrezcamos esa sabiduría a los jóvenes como el vino bueno que mejora con los años", con una impetuosa necesidad de impulsar el ejercicio del apostolado y la difusión del Evangelio.

Encuentro con los medios de comunicación

El Papa, agradecido con los medios por la cobertura de estos días, les recuerda algo que muchos olvidan por centrarse en lo aparatoso y fantástico de una elección papal "Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro", y girando sobre esta idea, recuerda a los medios de comunicación que "los acontecimientos de la historia requieren una lectura compleja que a veces puede incluir la dimensión de la fe" y por ello se torna esencial "conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia"

Así, el Sumo Pontífice recuerda a los medios su naturaleza evangelizadora: "Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, pero implica atención especial a la Verdad, la bondad y la belleza", llamado esencial ante una cultura mediática hedonista que solamente busca lo que vende independientemente de los valores o antivalores que esto difunda.

Su sencillez llegó al extremo al contar la anécdota de la forma en que escogió su nombre: "Durante las elecciones, tenía al lado al arzobispo emérito de San Pablo, y también prefecto emérito de la Congregación para el clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres». Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís (...) Francisco es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación"

Y fue más allá para quienes se sienten príncipes y para quienes la ostentación y la sofisticación es connatural al Papa. Rompió esquemas cuando dijo "como quisiera una Iglesia pobre y para los pobres" El Papa se ha distinguido por marcar distancia respecto a los teólogos de la liberación, pero es claro que a la vez, le preocupan grandemente los pobres desde un punto de vista humanista, trascendente, integral y pleno, una vez más, desde una perspectiva apostólica.

Misa Dominical y Angelus

El lema del pontificado del Papa Francisco es "lo miró con misericordia y lo eligió", la misa dominical y el ángelus lo dedicó a hablar justamente de esa misericordia que el experimentó siendo un joven de 17 años y que fue justamente su llamado vocacional para entregarse a Dios y a la vida apostólica.

"Nosotros somos este pueblo que por una parte quiere oír a Jesús pero por otro lado nos gusta castigar y condenar a los otros" reprochó el Papa, ¿cómo podemos desear misericordia condenando a los demás? Y nos recordó que Cristo "ha venido para nosotros que nos reconocemos pecadores (...) El olvida, te abraza y te dice "tampoco te condeno"

Pero existe un problema, y es que nosotros, por vergüenza, por falta de fe, por visión corta no nos acercamos a Jesús, "el Señor nunca se cansa de perdonar, somos nosotros quienes nos cansamos de pedirle perdón" aseguró el Papa  y nos invitó a todos a dejar de juzgar y condenar "la misericordia cambia todo, cambia al mundo, un poco de misericordia hace que el mundo sea menos frío y más justo".

Con estas palabras, la visión de una Iglesia estilo "la Santa Inquisición" ha quedado superada, hoy la Iglesia es misericordia, es perdón, es comprensión, es Cristo mismo. Y una vez más el Papa Francisco rompe esquemas y nos invita a imitarlo.

Misa de inicio del ministerio Petrino

El Papa salió revestido con total sobriedad, de blanco con franjas negro y dorado, evitó la larga procesión de las ofrendas haciendo más sencillo y breve la misa. Su homilía breve también, estuvo llena de significado y trascendencia. Nos habla de cómo San José ejerció la custodia de María y Jesús "con humildad y silencio pero con presencia y fidelidad total aún cuando no comprende (...) sabe escuchar a Dios"

Nos invita a ser custodios como San José, custodios de los más próximos, de los amigos, de la familia y de la creación "cuando el hombre falla y no nos preocupamos por los hermanos y por la creación, el corazón se queda árido" afirma el Papa y por ello insiste en custodiar especialmente a los más frágiles, a los niños y a los ancianos.

También pide abrir el corazón con bondad y ternura que no es debilidad "San José es valiente y trabajador pero también tierno, que no es débil sino lo contrario, denota fortaleza y capacidad de compasión"

El Papa refrendó que Cristo es el centro de la vocación cristiana y que el Papa tiene poder, pero que "el verdadero poder es el servicio y el Papa para ejercer el poder debe entrar en ese servicio que tiene su culmen en la cruz (...) y como San José, el Papa debe abrir los brazos para custodiar al pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a la humanidad"

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martes, 19 de marzo de 2013

El nuevo “anillo del pescador” que usará el papa Francisco


Según un comunicado facilitado por el padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede, monseñor Pasquale Macchi, el que fue secretario del papa Pablo VI, conservaba el molde en cera de un anillo hecho por el escultor italiano Enrico Manfrini para Pablo VI, que representa a Pedro con las llaves. Manfrini hizo diferentes medallas y otros objetos artísticos para Pablo VI.

El anillo que recibió hoy el papa Francisco en la Misa de inicio de su Pontificado no es de oro, sino de plata dorada.

El padre Lombardi recordó que el "anillo del pescador" se llama así porque San Pedro era efectivamente un pescador y Jesús lo convirtió en pescador de hombres.

“En el anillo se puede apreciar a San Pedro con sus llaves", las llaves del Reino de los Cielos que Jesucristo dio a Pedro, y a ningún otro apóstol”, dijo el portavoz vaticano.

Las llaves son un símbolo del ministerio especial, único que es el ministerio petrino, de un poder que pasa de Pontífice en Pontífice y que alude a las llaves que tenían los mayordomos o senescales en la dinastía de los reyes descendientes de David: cuando el rey se ausentaba, entregaba las llaves del tesoro, la armería, las puertas y las prisiones al mayordomo, con poder para abrir y cerrar.

El anillo nunca fue fundido en metal, y Pablo VI no lo utilizó nunca, porque llevaba siempre el anillo hecho en ocasión del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Monseñor Macchi dejó este molde, junto a otros objetos, a monseñor Ettore Malnati, su colaborador durante mucho tiempo.

Monseñor Malnati mandó hacer del molde en cera un anillo de plata dorada, que fue propuesto al papa por el Maestro de Ceremonias, junto a otras posibilidades, gracias a la recomendación del cardenal Giovanni Battista Re, el papa eligió este anillo.

En cuanto al anillo cardenalicio que venía usando, será enviado a la catedral de Buenos Aires.

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lunes, 18 de marzo de 2013

Cristina le pidió al Papa su mediación por Malvinas


Ciudad del Vaticano (AICA).- La presidenta Cristina Fernández reveló en una conferencia de prensa luego del almuerzo que mantuvo con el papa Francisco que le pidió su intercesión ante el Reino Unido para que acate las resoluciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que llaman a ambas naciones a dialogar por la soberanía de las Islas Malvinas.

Asimismo, la primera mandataria argentina reveló que, luego de los saludos protocolares y los regalos entre jefes de estado, abordaron en privado una agenda de temas que incluyó también la trata de personas, el trabajo esclavo y la unidad de los países de América Latina. Fue un encuentro de 40 minutos, a solas, y que definió como “fructífero e importante”

“Abordamos un tema muy sentido para los argentinos. Le solicité la intervención en la cuestión Malvinas”, expresó la presidenta en una conferencia de prensa en los apartamentos vaticanos, luego del almuerzo. Según dejó entrever, lo hizo “con una doble convicción”.

Cristina recordó la intervención del beato Juan Pablo II, a través del cardenal Antonio Samoré, para solucionar el conflicto que ambos países sostenían sobre la soberanía de los territorios y aguas situadas en el Canal de Beagle. También recordó que, en aquel momento, Chile y la Argentina eran gobernados por regímenes de facto.

“Ahora estamos ante una oportunidad histórica, diferente y mucho más favorable –expresó-. Hay gobiernos democráticos en Gran Bretaña y la Argentina, y más allá de la militarización que el Reino Unido está llevando en las Islas Malvinas, el nuestro es un país más que pacífico y pretendemos que se logre un diálogo entre las partes”.




La “Patria Grande” latinoamericana
La presidenta declaró ante la prensa que el papa Francisco le habló de la unidad de los pueblos latinoamericanos.

“Me habló de Latinoamérica y del rol que están cumpliendo los distintos gobernantes. Me dijo, exactamente, que era formidable el rol que estaban cumpliendo los gobernantes que trabajan por la Patria Grande, y explicó que utilizaba ese término porque era el mismo que utilizaban San Martín y Bolívar”, reveló.

La primera mandataria nacional dejó entrever que dialogaron acerca del trabajo esclavo y de la trata de personas, dos temas que el entonces cardenal Bergoglio tenía entre sus principales preocupaciones sociales.

Invitación a venir al país
La presidenta informó que invitó oficialmente al Pontífice, como jefe del Estado del Vaticano, a visitar el país, y reveló que Francisco “obviamente desea visitar la Argentina”.

“Me dice que tiene una agenda apretada –continuó-. Pero obviamente desea visitar la Argentina y va a mirar la agenda con sus colaboradores. Quedamos en que vamos a seguir trabajando por esa fecha”.

Hacia el final de su alocución, Cristina definió en tres palabras la impresión que se llevó del estado del papa Francisco: “Lo vi sereno, seguro y en paz. Lo vi también ocupado y preocupado por lo que va a ser la inmensa tarea de no sólo conducir el Estado del Vaticano, sino también cambiar las cosas que deben cambiar y las demandas que ha interpretado y que se han empezado a ver en gestos y se verán en políticas que oportunamente decida”.

La Presidenta sorprendida por un beso del Papa en la mejilla
El papa Francisco y la presidenta argentina Cristina Fernández mantuvieron un encuentro distendido y “cálido”, en el que intercambiaron regalos y la primera mandataria se manifestó sorprendida por el hecho de que el Papa le diera un beso en la mejilla.

“Por Dios es increíble esto, es increíble”, exclamó al ser saludada con afecto en la casa Santa Marta, del Vaticano, por el hasta el miércoles cardenal Jorge Mario Bergoglio.

Ante una referencia en broma del Papa sobre la edad de la jefa de Estado, Fernández de Kirchner replicó también con una chanza en doble sentido: "No es cierto, usted es un cuadro de la Iglesia".

Las imágenes televisivas mostraron a una Presidenta algo nerviosa, sobre todo cuando le tocó el brazo y se excusó: "Ay, no, no puedo tocarlo".

“Sí, puede tocar, puede...", respondió Francisco, quien luego la tomó brazo y le dio un beso en la mejilla.

"Nunca un Papa me había besado", expresó con sorpresa la mandataria argentina.

El pontífice argentino regaló a la Presidenta un libro con las conclusiones de la asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM); una copia de la placa que recuerda la visita que la Presidenta hizo a Benedicto XVI junto con su par chilena Michelle Bachelet, con motivo de los 30 años del acuerdo entre los dos países que evitó la guerra por el Canal Beagle, y una réplica del mosaico de la fundación de la basílica de San Pedro, en la época de Alejandro VI, además de una rosa blanca que representa a Santa Teresita, de la que Bergoglio es muy devoto.

En tanto, Fernández de Kirchner le obsequió un equipo de mate realizado por cooperativistas del programa Argentina Trabaja y un poncho de vicuña, hecho en Catamarca, para que “lo abrigue del frío de Roma”, dijo la mandataria.

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El Papa regala a la presidenta argentina libros sobre la Doctrina social de la Iglesia


18 de marzo, 2013. (Romereports.com).- La primera recepción del Papa a una delegación oficial fue a la Argentina, su país de origen. El nutrido grupo encabezado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner saludó al Papa en la Casa de Santa Marta, el hogar provisional del papa Francisco. Fue una audiencia privada.  

Durante el encuentro la presidenta argentina regaló al Papa una bufanda y un juego de utensilios para preparar y tomar mate, un producto típico argentino. El Papa regaló a la presidenta un bajorrelieve con la imagen de la Basílica de San Pedro y algunos libros sobre la Doctrina social de la Iglesia.

Tras el intercambio de regalos el Papa y la presidenta argentina pudieron hablar a solas durante casi 20 minutos. El papa Francisco les invitó después a comer en la Casa de Santa Marta.

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El escudo oficial del Papa Francisco y su significado

El escudo del Papa Francisco será básicamente el que tenía cuando era arzobispo. Se caracteriza por su simplicidad. Sobre un fondo azul, preside el emblema de la compañía de Jesús, de la que procede el Santo Padre: un sol radiante con las letras IHS -monograma de Jesucristo- que lleva encima una cruz y debajo los tres clavos en negro. 

Más abajo, a la izquierda, se ve una estrella, que según la antigua tradición heráldica simboliza la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia. A la derecha, la flor de nardo, que indica a San José, patrón de la Iglesia universal. Poniendo en su escudo estos símbolos, el Papa ha querido expresar su devoción hacia la Virgen y San José.

El lema del Papa Francisco, “Miserando atque eligendo”, proviene de las homilías de San Beda el Venerable, quien, comentando el pasaje evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: "Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me" (Jesús vió un publicano, y como lo miró con misericordia y lo eligió, le dijo: “Sígueme”). Así pues, se puede interpretar el sentido del lema como: “lo miró con misericordia y lo eligió”. Este pasaje posee una importancia especial para el Santo Padre, ya que fue precisamente en la fiesta de San Mateo del año 1953, cuando el joven Jorge Mario, que entonces tenía 17 años, experimentó de manera especial la presencia de Dios que lo llamaba a la vida religiosa.

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Cristina: "Nunca antes un papa me había besado"



En un encuentro oficial y distendido, la presidenta Cristina Kirchner comparte un almuerzo a solas con el papa Francisco en la residencia Santa Marta, lugar que habita el Santo Padre hasta que se reacondicione el albergue oficial destinado a los papas.

Antes de almorzar, la mandataria dialogó entre “15 y 20 minutos” con el flamante papa, quien en pocos días al frente de la Iglesia Católica generó el fervor de los fieles.

Según se pudo ver en imágenes difundidas por C5N, Bergoglio saludó cálidamente a la jefa del Estado, quien le regaló un equipo de mate. La mandataria también recibió obsequios del sumo pontífice.

La mandataria le presentó, además, al canciller Héctor Timerman, el embajador ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Soccimarro, entre otros.

En el breve encuentro antes del almuerzo, hubo risas, gestos cordiales y un beso. “¿Puedo tocar? -le sostuvo el brazo derecho- Nunca un papa me había besado”, le dijo Cristina a Bergoglio.

Según informó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, no habrá un comunicado de la Santa Sede sobre el almuerzo que comparten Francisco y la mandataria porque es una “visita informal”.

Tras el encuentro, la jefa del Estado se reunirá con la prensa, alrededor de las 13.30 locales en el hotel en que se aloja para conversar sobre la reunión con el ex arzobispo de Buenos Aires elegido Papa el 13 de marzo pasado.

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Jorge Bergoglio: "Cuando era seminarista me deslumbró una piba"


El papa Francisco publicó un libro donde expresó sus sentimientos y sentó su postura sobre diversos temas como el aborto y el matrimonio igualitario

"Nunca se me cruzó por la cabeza casarme", asegura Jorge Bergoglio en el libro "Sobre el cielo y la tierra", una suerte de declaración de principios de quien fuera cabeza de la Iglesia argentina, hoy convertido en el Papa Francisco.

"Cuando era seminarista me deslumbró una piba que conocí en el casamiento de un tío. Me sorprendió su belleza, su luz intelectual... y, bueno, anduve boleado un buen tiempo y me daba vueltas la cabeza", recuerda Bergoglio en el libro, editado en 2010.

Tras una semana en la que ni siquiera pudo rezar porque "cuando me disponía a hacerlo aparecía la chica en mi cabeza (...) tuve que pensar la opción otra vez. Volví a elegir -o a dejarme elegir- el camino religioso. Sería anormal que no pasara este tipo de cosas".

Así describe esta "última tentación" en "Sobre el cielo y la tierra", que recoge una serie de conversaciones con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, sobre las más diversas cuestiones divinas y humanas.

El relato de su experiencia juvenil da paso a sus reflexiones sobre el celibato en la Iglesia católica occidental, una "cuestión de disciplina, no de fe" que "se puede cambiar", continúa el entonces arzobispo de Buenos Aires, tras subrayar que "en lo personal, a mí nunca se me cruzó por la cabeza casarme".

Para Bergoglio, el celibato no tiene relación alguna con los casos de pedofilia denunciados en la Iglesia, un asunto en el que "jamás voy a hacer la vista gorda. No se puede estar en una posición de poder y destruirle la vida a otra persona".

Considerado un hombre dialogante y moderado, volcado en la lucha contra la pobreza y en el respaldo a la labor pastoral en las villas marginales, Jorge Bergoglio es también conocido en Argentina por su defensa de posturas conservadoras en temas como el matrimonio homosexual o el aborto, por los que se enfrentó con el Gobierno de Cristina Fernández.

El matrimonio entre personas del mismo sexo, afirma en el libro, constituye un "retroceso antropológico" dado que "sería debilitar una institución milenaria que se forjó de acuerdo a la naturaleza y la antropología".

Si una pareja homosexual adopta "podría haber chicos afectados. Toda persona necesita un padre masculino y una madre femenina que ayuden a plasmar su identidad", opina.

"El derecho a la vida es el primero de los derechos humanos. Abortar es matar a quien no puede defenderse", zanja sobre el aborto.

Testigo en dos procesos por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), considera que "la Iglesia privilegió, de entrada, realizar gestiones antes de declaraciones públicas" y que "hizo lo que tiene que hacer un organismo que tiene santos y pecadores".

"Los horrores que se cometieron durante el gobierno militar se fueron conociendo a cuentagotas, para mí es una de las lacras más grandes que pesan sobre nuestra Patria. Pero eso no justifica el rencor, con odio no se soluciona", agrega.

Sus conversaciones analizan también las relaciones con el poder: "No está mal si la religión dialoga con el poder político, el problema es cuando se asocia con él para hacer negocios bajo la mesa. Y en la historia argentina creo que hubo de todo", dice.

"Cuando recibo a los políticos, algunos vienen bien, con buena intención y compartiendo la visión de la Doctrina Social de la Iglesia. Pero otros llegan solo para buscar lazos políticos. Mi respuesta siempre es la misma: la segunda obligación que tienen es dialogar entre ellos. La primera es el custodio de la soberanía de la Nación, de la Patria", sostiene.

Primogénito de cinco hermanos, de padres de origen italiano, Bergoglio recuerda en el libro que su familia materna "es de raigambre radical", pero no desvela sus simpatías porque "al fin y al cabo, soy el padre de todos y no debo embanderarme políticamente".

No obstante, en la introducción del libro, critica las dificultades de los argentinos para consolidar "la cultura del encuentro"."Más bien -lamenta- parece que nos seducen la dispersión y los abismos que la historia ha creado".

Su diálogo con el rabino Skorka incluye un tema casi premonitorio, el papel de los líderes religiosos.

"Los grandes dirigentes del pueblo de Dios fueron hombres que dejaron lugar a la duda". "El líder religioso comparte, sufre, sirve a sus hermanos", concluye el hoy Papa Francisco.

domingo, 17 de marzo de 2013

Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón, Francisco



(RV).- El Papa Francisco en su primer Ángelus ante más de 150 mil fieles ha dicho que Dios "jamás se cansa de perdonar a los hombres" y que si Dios no perdonara, el mundo "no existiría". Desde la ventana de su apartamento, el pontífice agregó que son los hombres los que se cansan de pedir el perdón a Dios. El santo Padre subrayó la misericordia de Dios, y la "paciencia" de Dios con los hombres y afirmó que "un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo".

“Hermanos y hermanas, ¡Buenos días!,
Después del primer encuentro del pasado miércoles, hoy puedo de nuevo dirigirles mi saludo a todos ustedes. Y soy feliz de hacerlo el domingo, en el día del Señor. Esto es hermoso e importante para nosotros cristianos, encontrarnos el domingo: saludarnos, hablarnos como ahora aquí en la plaza. Una plaza que gracias a los medios de información tiene la dimensión del mundo.

Este quinto domingo de Cuaresma, el Evangelio presenta el episodio de la mujer adúltera que Jesús salva de la condena a muerte. Sorprende la postura de Jesús. No oímos palabras de desprecio, ni oímos palabras de condena, solo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión.

“Tampoco yo te condeno. Ve, y de ahora en adelante, no peques más”.

"Pues bien, hermanos y hermanas, el rostro de Dios es el de un Padre misericordioso, que siempre tiene paciencia. ¿Han pensado ustedes en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Esa, es pues su misericordia. Siempre tiene paciencia: tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, nunca se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con un corazón contrito.

"Grande es la misericordia del Señor", dice el salmo. En estos días, he podido leer un libro de un cardenal -el Cardenal Kasper, un teólogo inteligente, ¿eh?, un buen teólogo- sobre la misericordia. Y me ha hecho mucho bien, este libro, pero no crean que hago publicidad de los libros de mis cardenales, ¿eh? No, no es así! Pero debo decir que me ha hecho mucho bien...

El cardenal Kasper dice que sentir la misericordia, escuchar esta palabra hace cambiar todo. Es los mejor que nosotros podemos sentir: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace que el mundo sea menos frío y más justo. Tenemos necesidad de entender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso, que tiene tanta paciencia...Recordemos al profeta Isaías, que dice que aunque nuestros pecados fueran de color rojo escarlata, el amor de Dios los haría de color blanco como la nieve. ¡Es hermoso, eso de la misericordia!

Recuerdo, que cuando apenas fui nombrado obispo, en 1992, llegó a Buenos Aires Nuestra Señora de Fátima y se hizo una gran misa para los enfermos. Yo fui a confesar durante la Misa. Y casi al final de la misa me levanté porque tenía que administrar una confirmación. Vino hacia mí una mujer anciana, humilde, de más de 80 años. La miré y le dije: "Abuela - porque nosotros decimos así a las personas mayores: Abuela – usted quiere confesarse?". "Sí", dijo. "Pero si usted no ha pecado...". Y ella me dijo: "Todos tenemos pecados...". "Pero tal vez el Señor no los perdonará...". "El Señor perdona todo", me dijo, segura. "¿Y usted cómo lo sabe, señora?". "Si el Señor no perdonara todo, el mundo no existiría." Sentí ganas de preguntarle: "Dígame, señora, ¿usted estudió en la Gregoriana?", porque esa es la sabiduría del Espíritu Santo: la sabiduría interior a la misericordia de Dios. No debemos olvidar esta palabra: ¡Dios nunca se cansa de perdonarnos, nunca!

Padre, “¿cuál es el problema?". Bueno, el problema es que nos cansamos, no queremos, nos cansamos de pedir perdón. Él nunca se cansa de perdonar, pero nosotros a veces nos cansamos de pedir perdón. No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca! Él es un Padre amoroso que perdona siempre, que tiene un corazón de misericordia para todos nosotros. Y también nosotros aprendamos a ser misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen que ha tenido entre sus brazos la Misericordia de Dios hecha hombre.

Y después de la oración mariana del Ángelus el Papa Francisco ha dirigido un cordial saludo a todos los peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro: unas 150 mil personas según cálculos de la Oficina de prensa de la Santa Sede.

Dirijo un cordial saludo a todos los peregrinos: gracias por su acogida y por sus oraciones. Les pido que recen por mí. Renuevo mi abrazo a los fieles de Roma y lo extiendo a todos ustedes, y lo extiendo a todos ustedes que han venido de varias partes de Italia y del mundo, así como todos aquellos que se unen a nosotros a través de los medios de comunicación. Elegí el nombre del santo patrono de Italia, San Francisco de Asís, y esto refuerza mi conexión espiritual con esta tierra, donde - como ustedes saben - tiene el origen mi familia. Pero Jesús nos ha llamado a ser parte de una nueva familia: su iglesia, en esta familia de Dios, para caminar juntos por el camino del Evangelio. Que el Señor los bendiga, la Virgen les proteja. No olviden de esto: el Señor no se cansa de perdonar! Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. ¡Buen domingo y un buen almuerzo!”

sábado, 16 de marzo de 2013

Encuentro del Papa Francisco con los representantes de los medios de comunicación



“Queridos amigos

Al comienzo de mi ministerio en la Sede de Pedro, me alegra encontrarme con vosotros, que habéis trabajado aquí en Roma en este momento tan intenso, que comenzó con el anuncio sorprendente de mi venerado predecesor, Benedicto XVI, el pasado 11 de febrero. Os saludo cordialmente a todos vosotros.

El papel de los medios de comunicación ha ido creciendo cada vez más en los últimos tiempos, hasta el punto de que se hecho imprescindible para relatar al mundo los acontecimientos de la historia contemporánea. Expreso, pues, un agradecimiento especial a vosotros por vuestro competente servicio durante los días pasados – habéis trabajado ¡eh!, habéis trabajado – en los que el mundo católico, y no sólo el católico, ha puesto sus ojos en la Ciudad Eterna, y particularmente en este territorio cuyo «centro de gravedad» es la tumba de San Pedro. En estas semanas, habéis tenido ocasión de hablar de la Santa Sede, de la Iglesia, de sus ritos y tradiciones, de su fe y, sobre todo, del papel del Papa y de su ministerio.

Doy gracias de corazón especialmente a quienes han sabido observar y presentar estos acontecimientos de la historia de la Iglesia, teniendo en cuenta la justa perspectiva desde la que han de ser leídos, la de la fe. Los acontecimientos de la historia requieren casi siempre una lectura compleja, que a veces puede incluir también la dimensión de la fe. Los acontecimientos eclesiales no son ciertamente más complejos de los políticos o económicos. Pero tienen una característica de fondo peculiar: responden a una lógica que no es principalmente la de las categorías, por así decirlo, mundanas; y precisamente por eso, no son fáciles de interpretar y comunicar a un público amplio y diversificado. En efecto, aunque es ciertamente una institución también humana, histórica, con todo lo que ello comporta, la Iglesia no es de naturaleza política, sino esencialmente espiritual: es el Pueblo de Dios. El santo Pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Jesucristo. Únicamente desde esta perspectiva se puede dar plenamente razón de lo que hace la Iglesia Católica.

Cristo es el Pastor de la Iglesia, pero su presencia en la historia pasa a través de la libertad de los hombres: uno de ellos es elegido para servir como su Vicario, Sucesor del apóstol Pedro; pero Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro: Cristo. Cristo es el centro. Cristo es la referencia fundamental, el corazón de la Iglesia. Sin él, ni Pedro ni la Iglesia existirían ni tendrían razón de ser. Como ha repetido tantas veces Benedicto XVI, Cristo está presente y guía a su Iglesia. En todo lo acaecido, el protagonista, en última instancia, es el Espíritu Santo. Él ha inspirado la decisión de Benedicto XVI por el bien de la Iglesia. Él ha orientado en la oración y la elección a los cardenales.

Es importante, queridos amigos, tener debidamente en cuenta este horizonte interpretativo, esta hermenéutica, para enfocar el corazón de los acontecimientos de estos días.

De aquí nace ante todo un renovado y sincero agradecimiento por los esfuerzos de estos días especialmente fatigosos, pero también una invitación a tratar de conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia, y también su caminar por el mundo, con sus virtudes y sus pecados, y conocer las motivaciones espirituales  que la guían, y que son las más auténticas para comprenderla. Tened la seguridad de que la Iglesia, por su parte, dedica una gran atención a vuestro precioso cometido; tenéis la capacidad de recoger y expresar las expectativas y exigencias de nuestro tiempo, de ofrecer los elementos para una lectura de la realidad. Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, como en tantas otras profesiones, pero implica una atención especial respecto a la verdad, la bondad y la belleza; y esto nos hace particularmente cercanos, porque la Iglesia existe precisamente para comunicar esto: la Verdad, la Bondad y la Belleza «en persona». Debería quedar muy claro que todos estamos llamados, no a mostrarnos a nosotros mismos, sino a comunicar esta tríada existencial que conforman la verdad, la bondad y la belleza.

Algunos no sabían por qué el Obispo de Roma ha querido llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier, en Francisco de Sales, también en Francisco de Asís. Les contaré la historia. Durante las elecciones, tenía al lado al arzobispo emérito de San Pablo, y también prefecto emérito de la Congregación para el clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres». Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres! Después, algunos hicieron diversos chistes: «Pero tú deberías llamarte Adriano, porque Adriano VI fue el reformador, y hace falta reformar...». Y otro me decía: «No, no, tu nombre debería ser Clemente». «Y ¿por qué?». «Clemente XV: así te vengas de Clemente XIV, que suprimió la Compañía de Jesús». Son bromas... Os quiero mucho. Os doy las gracias por todo lo que habéis hecho. Y pienso en vuestro trabajo: os deseo que trabajéis con serenidad y con fruto, y que conozcáis cada vez mejor el Evangelio de Jesucristo y la realidad de la Iglesia. Os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María, Estrella de la Evangelización, a la vez que os expreso los mejores deseos para vosotros y vuestras familias, a cada una de vuestras familias, e imparto de corazón a todos mi Bendición.

Les dije que les daba de corazón la bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica, otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. Que Dios los bendiga”.

Sala Pablo VI
Sábado 16 de Marzo de 2013

viernes, 15 de marzo de 2013

El Pontífice se alteró y se alejó del purpurado estadounidense Bernard Law



Los miles y miles de abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes que han salido a la luz en los últimos años representan sin duda alguna el más grave problema que encara la Iglesia Católica. Pues bien: en las primeras horas de su Pontificado, el Papa Francisco está haciendo gala de una actitud completamente nueva a la hora de afrontar la pederastia.

La demostración tuvo lugar ayer, en la visita que a primera hora de la mañana el nuevo Papa realizó a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. En esa Basílica tiene su residencia un cardenal estadounidense de 82 años llamado Bernard Law, acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas entre 1984 y 2002, el periodo en que fue arzobispo de la diócesis de Boston. Según SNAP, una organización de víctimas sexuales de sacerdotes, el cardenal Law no hizo nada para evitar más de 5.000 casos de abusos.

Law estaba a punto de recibir la citación judicial para responder ante los tribunales estadounidenses de sus actos cuando en diciembre de 2002, poco después de verse obligado a dimitir como arzobispo de Boston en medio del escándalo, abandonó Estados Unidos y se trasladó a Roma. Un movimiento que muchos consideraron como una jugada del Vaticano para protegerle de los jueces estadounidenses y evitar de ese modo que tuviera que sentarse en el banquillo de los acusados de su país a rendir cuentas de sus actos.

En 2004, el Papa Juan Pablo II nombró al cardenal Law arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor. Ha desempeñado ese cargo hasta noviembre de 2011, cuando fue sustituido por el cardenal español Santos Abril y Castelló. Pero Law continúa viviendo en la Basílica de Santa María la Mayor. Y ayer por la mañana, cuando el Papa Francisco acudió a las 8.00 horas a ese templo para rezar ante una imagen de la Virgen, se dio de bruces con él.

"El cardenal Law había sido informado de la llegada del Papa y quiso estar presente en ese momento", indicaba ayer Federico Lombardi, el portavoz vaticano.

Pero al ver al cardenal Law, a Francisco se le desencajó la cara y se alejó inmediatamente de él. "No quiero que siga frecuentando esta Basílica", aseguró, según la reconstrucción de los sucedido que hoy publica el diario italiano 'Il Fatto Quotidiano'.

El periódico sostiene que Francisco podría estar decidido a obligar al cardenal Law a entrar en un convento de clausura y a cumplir con el retiro espiritual que se anunció que llevaría a cabo cuando fue obligado a dimitir como arzobispo de Boston en medio de las acusaciones de haber encubierto a curas pederastas y que nunca ha llevado a cabo. De hecho, Law participó en las celebraciones de los funerales de Juan Pablo II y en el Cónclave en el que hace ocho años fue designado Papa Benedicto XVI. Si en el reciente Cónclave no ha tomado parte, es sólo porque ha superado los 80 años.

Quién es el cardenal que presentó a Francisco


Jean-Louis Tauran, francés de 67 años, ha sido el cardenal encargado de anunciar el 'Habemus Papam' desde el balcón de la Basílica de San Pedro al ser el llamado 'protodiácono', es decir, el cardenal más antiguo del Colegio Cardenalicio.

La expresión Habemus Papam, proviene del latín y quiere decir "tenemos papa", y debe ser enunciada por el cardenal protodiácono: el cardenal diácono de más alto rango.

Para la presentación de Benedicto XVI, el 19 de abril de 2005 el protodiácono que ofició la ceremonia fue el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, cuyo anuncio fue precedido por un saludo en cinco lenguas.

El primer nombre del sumo pontífice debe ser anunciado en latín, mientras que el apellido se entrega de forma original.

Todos los que estaban en la plaza de San Pedro o seguían el momento por televisión han podido comprobar cómo el responsable de anunciar al nuevo romano Pontífice Francisco, cardenal Bergoglio, se encontraba muy débil y tembloroso.

La causa no es otra que una grave enfermedad de Parkinson que sufre Tauran, y que ha deteriorado su aspecto físico de manera notoria en los últimos tiempos.

El primer signo de una posible enfermedad se detectó en abril de 2012, cuando  cayó enfermo mientras concelebra la misa del Domingo de Pascua con el Papa Benedicto XVI, y tuvo que ser ayudado a abandonar el altar para descansar.

Tauran se sentó junto al altar, y allí permaneció toda la celebración eucarística, después de haber sufrido un desvanecimiento, que entonces se achacó al calor que hacía en la Plaza de San Pedro, pero que posteriormente se ha demostrado que se trataba de un primer aviso del Parkinson que padece.

Nacido en Burdeos (Francia), Tauran habla castellano, inglés e italiano y es miembro del cuerpo diplomático del Vaticano desde 1975. De hecho, preside el Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso y, gracias entre otros puntos a su dilatada experiencia internacional, es el principal encargado de las relaciones con el mundo musulmán.

El 24 de noviembre fue nombrado archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, cargo desde el que debía supervisar los archivos secretos del Vaticano, además de la librería del Vaticano.

Actualmente se desempeña como presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y es miembro de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Congregación para las iglesias orientales, Congregación para los obispos, entre otras.

jueves, 14 de marzo de 2013

La explicación de la gaviota en la chimenea, según la Iglesia argentina


Transcurría el segundo día del cónclave de cardenales que elegiría a Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice, cuando un episodio inesperado captó la atención de millones de personas que esperaban el humo blanco.

En la previa de la segunda fumata, una gaviota se posó sobre la chimenea de la Capilla Sixtina; el hecho tuvo una repercusión inusitada que provocó incluso que una persona decidiera crear una cuenta de Twitter del ave.

Cientos de personas que estaban en la zona del Vaticano fotografiaron el momento, que fue captado por las cuatro pantallas gigantes que estaban en la plaza de San Pedro; desde ese mismo instante comenzaron las especulaciones en torno a qué significado podía tener la imagen del ave sobre la chimenea.

La primera teoría de los fieles apuntó a que se trataba de una paloma que indicaba la supuesta presencia del Espíritu Santo (el catolicismo suele representarlo con esa ave),inspirando la elección papal; de ahí en más se sumó otra decena de especulaciones que llegó al extremo con la hipótesis de que el pájaro escondía un mensaje apocalíptico.

Sin embargo, la Agencia Informativa Catolica Argentina (AICA), órgano de difusión del arzobispado local, sumó un dato que alimentó el misticismo del mensaje porque, casualidad o no, podría haber indicado la inminente elección de un Papa argentino.

"Quienes no saben distinguir las distintas especies de aves, suponían que era una paloma (...). En realidad, la aposentada en la chimenea de la fumata era una gaviota de la especie Larus argentatus", aseguró AICA.

"Larus es el nombre genérico de las gaviotas, y argentatus hace referencia a su color blanco, color que en heráldica se llama plata (argentum), lo mismo que el nombre del país de donde proviene el nuevo papa: Argentina, cuyo nombre se deriva del Río de la Plata, el río más ancho del mundo, sobre el que se recuesta la ciudad de Buenos Aires, llamada por ello “La Reina del Plata”, que hasta este momento era gobernada eclesiásticamente por el nuevo pontífice", concluyó.

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